Sumak Kawsay

A lo largo de la historia constitucional del Ecuador, se identifica rasgos muy marcados hacia diferentes intereses dentro de cada una de las constituciones que han sido aprobadas en el país desde 1830; fecha en la que se redacta y aprueba la primera Constitución Ecuatoriana, una constitución excluyente que favorecía a ciertos grupos particulares de la sociedad, una constitución discriminatoria que concentraba el poder en un solo grupo privilegiado de la sociedad.

Estos rasgos característicos de las constituciones conservadoras del Ecuador, se fueron repitiendo a medida que iban avanzando los años; claro está con ciertas modificaciones, renovaciones y adaptaciones a conveniencia de los que gozaban del poder en cada una de sus épocas; sin embargo, llegó el momento en el que se dió un giro al conservadorismo y se redacta la primera constitución liberal del Ecuador en 1896; en donde se establece la igualdad de los ecuatorianos ante la ley y una serie de instauraciones más que abolieran la época conservadora.

Estos fueron dos grandes periodos que marcaron la historia política del Ecuador: el periodo conservador con tintes autoritaristas y la concentración de poderes en un solo grupo y el periodo liberal con libertades individuales y ramificación del poder en legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo, en los últimos años y con la redacción y aprobación popular de la última y actual Constitución en el 2008; será que podemos decir que se viene un nuevo periodo para la historia del Ecuador.

¿A qué periodo nos referimos?, pues nos referimos a un socialismo de Sumak Kawsay, un socialismo de buen vivir. Para entender un poco más de que se trata este nuevo término y estas nuevas instauraciones que se vienen dando desde la constitución; iniciemos por definir Sumak Kawsay, expresión que traducida al castellano significa “buen vivir”, este término proviene del kiwchua y es una parte importante del legado conceptual, cultural y vital de los diferentes pueblos andinos.

Este término guarda un fondo conceptual que se dirige y se traduce hacia un estado de armonía entre los seres humanos y la naturaleza; constituyendo así una guía hacia la cual deberá orientarse el desarrollo. El “buen vivir” o “sumak kawsay” propone no solo una reforma más, sino una refundación del Estado basada en formas de vida ancestrales provenientes de las poblaciones indígenas.

La propuesta de un nuevo régimen de desarrollo es algo nuevo no solamente en el Ecuador sino en Latinoamérica; una propuesta que en el artículo 275 de la Constitución Ecuatoriana se define como “Régimen de Desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la realización del buen vivir; el buen vivir requiere que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos y libertades, y ejerzan responsabilidades en el marco del respeto a sus diversidades y la convivencia armónica con la naturaleza”.

Pero, qué tan sostenible es esta propuesta en la actualidad; sin duda el Ecuador ha incursionado en un camino hacia una política independentista, sustentada en el progreso y desarrollo plurinacional; es así como esta nueva propuesta se convierte en un desafío cuyo premio es el equilibrio social y de pensamiento.

Por equilibrio social y de pensamiento me refiero

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