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Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?

Flor FuentesTrabajo25 de Mayo de 2016

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Comunicación, Cultura y Sociedad                   Profesora: María José Egidi    Escuela Normal Superior

Florencia Fuentes 5° A

[TRABAJO PRÁCTICO: CULTURA Y DESARROLLO]


“Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?”      Néstor García Canclini

En su análisis sobre cultura y desarrollo, García Canclini propone dos puntos de partida: el primero trata sobre la visión que tenemos de la cultura como un gasto para los gobiernos cuando tendría que ser vista como un recurso para traer inversiones, generar crecimiento económico y empleos. El otro enfoque es el de la desigualdad y la penuria, es decir, cuando la cultura es usada para marcar las diferentes clases sociales y discriminar. Al ampliar el tema el autor decide hacerlo a través de tres hipótesis que buscan describir dilemas estratégicos de la actualidad y proponen relaciones entre cultura y desarrollo:

  • El desarrollo de la cultura en una sociedad implica la participación del gobierno. Es decir, no se puede desarrollar una cultura teniendo un conjunto de tradiciones unificadas por el Estado; en cambio, los gobiernos tienen que valorar la riqueza las diferencias, ayudar en la comunicación y el intercambio y contribuir a la corrección de desigualdades.
  • Las políticas homogeneizadoras son improductivas y generan ingobernabilidad. La cultura no debe ser pensada como algo uniforme sino como distintas características variadas que diferencian las etnias y naciones. Muchas empresas transnacionales para expandirse buscan atender los variados gustos de estas distintas culturas y por esta razón el riesgo actual no es el de la imposición de una sola cultura, sino que el peligro está en las megacorporaciones que tienen el poder de la difusión mundial; estas hacen una selección más mercantil que cultural de lo que difunden (música, literatura, cine, etc) y muchas veces toman los derechos intelectuales de los creadores y se apropian de ellos. Estas compañías que dominan al mercado mundial cultural casi en su totalidad muestran como multiculturalidad solo una selección de los bienes culturales de las grandes potencias (Estados Unidos, Europa y Japón).

Según Canclini la clave para que esto no suceda es la aplicación de políticas que garanticen la diversidad cultural e intercambios equitativos entre las metrópolis con fuerte control de los mercados y aquellos países con economías débiles pero con gran producción cultural.

Un autor que piensa parecido a Canclini es George Yúdice. En su libro “El recurso de la cultura” explica como los bienes culturales se volvieron mercancía al igual que lo son los autos y la ropa. A partir de la posesión de los derechos de propiedad de estos bienes (los cuales pertenecen a las grandes compañías) se generan ganancias y es por eso que la difusión de los bienes culturales se ve sujeta a los intereses de estas empresas. El autor ejemplifica esto con la industria cinematográfica, aclara como Hollywood se apropia de los derechos de autor de diferentes “creadores” y los vuelve “proveedores de contenido”. Esto según el autor explica el internacionalismo de Hollywood.

  • La cultura genera enromes ganancias para los países, pero lo que se suele pensar es que esta es un lugar de gastos y subsidios. Es verdad que la producción de espectáculos y programas requiere grandes inversiones, es por esto que la mayoría de los Estados deja para empresas privadas la televisión, el cine y la gestión de las redes electrónicas y solo se ocupa de las artes de bajo costo dándole algunas becas a escritores, revistas y obras de teatro. Pero como los museos, los espectáculos internacionales y la producción editorial y musical son manejados por empresas transnacionalizadas, estas exigen a los artistas tener una comercialización acelerada, renovaciones para tener éxito y públicos masivos; y solo una minoría de artistas logran llegar a esas industrias culturales.

Todos los países tienen cultura, pero se dice que un país produce cultura cuando utiliza los beneficios que esta misma puede traer, invierte en ella y al hacerlo genera ganancias. Los países que producen cultura son Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Japón. Estos países cubren casi el 60 por ciento de las exportaciones de bienes culturales del mundo y el 50 por ciento de importaciones también se concentra en ellos.

El ejemplo más claro que podemos ver es el de la industria cinematográfica. La mayoría de los países satisface sus necesidades con entre 10 y 20 por ciento de su mercado nacional y el resto son películas que reciben de otros países. En cambio, Estados Unidos cubre con su mercado nacional el 92,5 por ciento, lo que hace que no obtenga muchas películas extranjeras. Además el 85 por ciento de películas difundidas en salas de todo el mundo provienen de Hollywood; sin embargo Estados Unidos no cuenta con ninguna política de protección a películas nacionales. Lo que sí tiene es un sistema de distribución y exhibición que combina varios factores para favorecer a los films nacionales. Esto podría ser una explicación de porqué ocurre esto con la cinematografía, pero aun así no alcanza para entenderlo.

Muchos piensan que habría que controlar la expansión de las megacorporaciones comunicacionales para proteger la producción cultural de cada país ya que esta forma parte de la continuidad identitaria de cada región. Es decir su patrimonio histórico, su arte, sus medios y sus recursos informáticos forman parte de la participación ciudadana y los derechos de expresión y comunicación de cada sociedad. Entonces se habla de que el desarrollo cultural no debe ser solo considerado económicamente, sino que también contribuye al desarrollo comunitario, la educación, la defensa de los derechos humanos y la comprensión de diferentes sociedades. Es decir que hay una transversalidad de las culturas que la relaciona con otras áreas de la vida social y para desarrollarla es necesario estimular otras lógicas de producción y difusión diferentes a las de las megacorporaciones. Estos métodos serian: la creación de espacios económicos y circuitos de comunicación para las editoriales independientes, las películas y las productoras de música locales.

En mi opinión los países pueden mejorar su competitividad cultural estimulando la participación de artistas independientes en festivales, espectáculos y turismo tanto nacionales como internacionales, ayudando a la creación y crecimiento de compañías culturales nacionales que cooperen con los artistas con grandes creaciones pero pocos medios para que estas puedan ser reconocidas. En Argentina la creación de centros culturales y los incentivos económicos brindan a los artistas, productores y creadores la posibilidad de crear proyectos, programas o actividades culturales que necesitan el sustento de la nación.

Al hablar de la participación del gobierno en el desarrollo de la cultura estamos hablando de la democratización cultural que se refiere a las acciones formativas y facilitadoras de los Estados. Estas acciones se basan en generar el conocimiento sobre el desarrollo sustentable a través de tecnologías comunicativas y compartir ampliamente el conocimiento sobre el uso eficiente de internet.

Debemos también mencionar que la falta de estudios sobre economía de la cultura no permite construir una explicación acerca del modo en el que las diferentes industrias culturales se integran en la economía mundial.

Si quisiéramos investigar sobre la inserción de las industrias culturales de América Latina en la economía mundial, los únicos datos disponibles son que la industria editorial y la cinematográfica muestran un desempeño frustrante debido a la desregularización y el libre comercio. También hay datos de que se vendieron recursos básicos para la producción y circulación de bienes culturales y por lo tanto este proceso fue la causa de la disminución de la capacidad productiva de los países latinoamericanos editores. Sin embargo estos datos no son suficientes para armar una visión integral del proceso que ha venido ocurriendo.

Podemos decir que la liberalización del comercio cultural puede impulsar o retrasar al desarrollo de una cultura según las políticas de protección nacional. Es por eso que  son necesarias políticas internacionales que protejan la propiedad intelectual y su difusión, el intercambio de bienes y controlen las tenencias oligopólicas. Una sociedad requiere de marcos normativos nacionales pero también internacionales que respondan a las necesidades de cada nación. Las políticas internacionales son necesarias ya que la demora en establecerlas coloca a los países ante el riesgo de que la decisiones de la Organización Mundial del Comercio, ilegalice los intercambios preferenciales para las naciones débiles.  

Por otra parte tenemos a las nuevas conexiones informáticas, que generan una brecha entre los usuarios que pueden acceder a esos medios disipadores de mensajes y bienes y los que no. Al reducir esta brecha digital se aminoran ciertas desigualdades. Pero internet en ciertos casos puede generar un efecto homogeneizador, porque a través de él podemos acceder a toda la web y todos los contenidos, pero estos se ven controlados por las industrias culturales, esta industrialización de la cultura significa que se toma a la cultura como un producto mercantil y se la comercializa teniendo en cuenta solo los beneficios económicos que esta genera en empresas privadas. Esta consideración de los medios como industrias llevo a la construcción de una esfera pública. Lo público surgió como una defensa de la sociedad frente a las grandes empresas y sus amenazas hacia la libre comunicación entre los ciudadanos. Esto generó espacios emancipatorios, donde creció la información independiente y se limitó el poder de los grupos hegemónicos en la política y los negocios.

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