Trabajo Práctico - El Retorno de la Moral
Enviado por ferfranluci • 9 de Noviembre de 2015 • Trabajo • 1.607 Palabras (7 Páginas) • 237 Visitas
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Trabajo Práctico N° 1
“El Retorno de la Moral”
Catedra: Dimensión Ético- Política de la Praxis Docente
Profesor: Guillermo Santillán
Alumno: Fernanda Riveira
Fecha de Entrega: 25/8/2015
Cañuelas
Consignas:
- ¿Qué significa la expresión “muerte del hombre”? ¿Cómo se relaciona con la concepción moderna de “libertad”?
- ¿Cuál es el significado del término Moral? ¿Con qué otros conceptos se relaciona y, cómo interviene en el desarrollo de lo que denominamos “cultura occidental”?
- ¿Qué conexión existe entre las ideas mitológicas y morales? ¿En qué contexto surge una concepción universalista de la moralidad?
- Establecer una relación entre los conceptos Ideología y Poder.
- ¿Es posible dentro de una sociedad globalizarla una “ética de la diferencia”? ¿Cómo aparece la idea de Nación en un mundo que funda en el “absoluto relativismo”?
- ¿Cómo se comunican los conceptos de Comunidad y Orden? Formar una correlación entre los términos Rol e Igualdad.
- ¿Por qué el autor se plantea un “desarme” de la filosofía moral?
- ¿A qué se refiere Badiou cuando habla de una “ética de la verdad”?
- ¿Cuál es el vínculo entre Religión y Ética?
- ¿En qué consiste la “ética de la singularidad” y la “ética dela amistad”? ¿Existe algún enlace entre ambas teorías?
- Cuando se habla de la expresión muerte del hombre se hace referencia a una frase simbólica, partiendo de la idea de que el sujeto absoluto había comenzado a desaparecer.
Ya no puede tratarse de un sujeto universal y libre, sino de varios sujetos relativos y ligados a los contextos históricos y culturales.
La libertad es un estado de la verdad. Y este sujeto era libre porque resultaba autónomo, debido a que se daba sus propias normas y leyes de su actuar.
El deber del hombre moderno es ser definitivamente libre. De modo que no puede justificar sus actos usando causas externas o motivos psicológicos. - El término moral, proviene del latín “mos”, que significa costumbre, hábito. Estas prácticas culturales se relacionan con:
El Logos: es el idioma por el cual los ciudadanos se entendían, es por este motivo que los bárbaros y los esclavos no formaban parte de la polis (ciudades estado, de la antigua Grecia).
El Ethos: de donde proviene el término ética, también significaba costumbre, hábito o manera de ser.
El Ethnos: manera de ser del pueblo y de sus miembros, de acuerdo con el papel que les tocaba interpretar en la división social de actividades. Ethos, Ethnos y Logos están directamente relacionados.
Especulaban que existía una moral universal, la del occidente cristiano, frente a la cual las demás quedaban como bárbaras u ordinarias. Así los conquistadores en las invasiones del continente americano, consideraban que el sometimiento y la violencia contra los pueblos nativos no eran un gesto indigno, ya que se les infundía a esos salvajes los valores cristianos de la civilización europea, para salvarlos del contexto en que vivían. El etnocentrismo, fue la ideología moral de la conquista europea, que hacía referencia a la justificación de la esclavitud y las masacres. - Las ideas mitológicas siempre acuden a los orígenes, a una situación pre-cultural, para naturalizar y legalizar las concepciones del bien y del mal.
Tanto las ideas mitológicas y morales responden y obedecen a reglas estrictas y perfectamente codificadas.
La concepción universalista de la moral surge en el pensamiento del pueblo griego (Ethnos), convirtiéndose en el único fundamento valido para pensar los valores morales y las leyes estatales. Los griegos pensaban que existía una moral universal. En consecuencia la filosofía debió elaborar un lenguaje universal y necesario; donde ciertos valores relativos a una cultura pretenden ser los únicos validos en todo tiempo y lugar. - Tomar esas verdades como universales y necesarias, ocultan detrás un instinto de autoridad, imponer a los enemigos los valores teóricamente superiores del imperio. Convierte a los individuos en esclavos haciéndoles creer que actúan libremente, que al obedecer estaban obrando bien o moralmente.
- Dentro de una sociedad globalizada si es posible una ética de la diferencia. La democracia debe basarse, en el respeto de las diferencias. La ética se convierte en una simple tolerancia ante las diferencias individuales o comunitarias. A su vez, el llamado “respeto de las diferencias” puede servir para tolerar la represión y las ejecuciones en ciertos países cuando las circunstancias lo exigen.
La idea de Nación en un mundo que se funda en el absoluto relativismo cultural, aceptaban perfectamente que los valores franceses no eran los únicos ni los mejores para todos los hombres.
El espíritu del pueblo griego (Ethnos), se va a convertir en el único fundamento valido para pensar los valores morales y las leyes estatales. La deriva nacionalista amenaza entonces a la filosofía del giro lingüístico, desde el momento que vincula el bien, lo bello y lo verdadero con una pre-interpretación a la cual los individuos no pueden sustraerse, desde el momento en que renuncian a la idea de un pensamiento universal. - Al pretender hacer tabla rasa con los prejuicios y las creencias de una época, las morales iluministas olvidaban que esos individuos habitan siempre en una comunidad, con sus normas e instituciones, y que sería absurdo pensar en una moral fuera de las situaciones sociales, ya que la moral es por sobre todo, un problema de relación de un individuo con el prójimo.
En una cultura un individuo siempre encarna un rol determinado y hace lo que debe hacer en cada caso, de acuerdo con su personaje social y con la situación en que se halla.. De modo que las obligaciones morales están siempre ligadas a los roles interpretados por los individuos en distintas circunstancias.
Cada uno de los roles depende de la división social de actividades, es decir, de la organización económica, social y estatal de esa comunidad.
Los roles y su reparto social, digamos, cambian de una sociedad a otra, de acuerdo con sus costumbres o su organización social. El comportamiento de los individuos sólo puede ser juzgado dentro de esa comunidad y en función de sus valores particulares y relativos. En efecto que las reglas de juego valgan para todos los participantes de por igual y que éstos la acepten libremente; en el sentido que no fueron amenazados para obedecer.
- Se plantea un desarme de la filosofía moral porque no hay manera de poner de acuerdo a todos los seres humanos acerca de lo que es bueno o virtuoso. No existe un bien universal y necesario sino bienes relativos y casuales. Para unos hay que comportarse de una manera, para los otros de otra. Hay que aceptar la diversidad humana, las diferencias culturales, las multiplicidades individuales. Cada comunidad y cada individuo tienen su pequeña idea acerca de lo que es el bien para ellos y conviene que no traten de imponérsela a los otros. El mal comienza cuando se quiere imponer a todos los individuos un bien teóricamente universal, como es el caso de una Iglesia, un Partido o un Estado.
Por eso la ética de los derechos humanos es universal, porque ya no prescribe un Bien sino que denuncia un Mal.
- Se trata de la fidelidad de un sujeto a una verdad que siempre excede el lenguaje de una situación, de las opiniones o del sentido común de una época. Estas verdades pueden aparecer en cuatro situaciones: científicas, políticas, artísticas o amorosas. Existe una ética de las verdades, ya que es gracias a ellas que el sujeto puede sustraerse a su propia finitud como como un ser histórico y cultural. Badiou nos propone así un nuevo universalismo que ya no se sostiene en una norma universal, sino en algunas verdades universales: ética de la ciencia, de la política, del arte y del amor.
La ética de la verdad es todo lo contrario de una ética de la comunicación. Por eso Badiou afirma que las opiniones son el cimiento de la sociabilidad o del lazo social, algo que los partidarios de la comunicación, no osarían desmentir. De modo que la ética de la verdad resulta profundamente a-social. Una verdad en el sentido de Badiou es aquello que rompe el lazo social. - Cristo resumía esa figura incomprensible que será el fundamento de la ética: ese hombre que era algo distinto de un mortal.
El ser humano es un ser condicionado por las costumbres de su época y de su país, pero puede sustraerse su capacidad de hacer o pensar algo que no estaba previsto por su época. La condición para acceder a esta inmortalidad es mantenerse fiel a un enunciado absurdo, desde el punto de vista de su tiempo.
Justo en el momento en que la universalidad de la razón iluminista parece derrumbarse, al menos en un plano ético, la religión, a través de las figuras de lo sagrado y la fe, permitiría pensar hoy, según muchos filósofos, una nueva universalidad. - La ética de la singularidad sería una ética de la solidaridad. Ésta permitirá superar la falsa alternativa entre el egoísmo y la nobleza, entre deseo personal y respeto del otro. La ética de la solidaridad es una ética del deseo, desde el momento en que éste resulta, en última instancia, deseo de comunidad.
La ética de la amistad acordaría vivir en sociedad, según esta moral, significa renunciar de uno a otro modo a ciertas aspiraciones personales, y se trata de un gesto casi sobrenatural, ya que el individuo, por naturaleza, sería esencialmente egoísta.
Pero como lo plantea Foucault, la amistad o la solidaridad son esos vínculos que se sustraen a las mediaciones jurídicas, a la ley, la regla o la institución. De modo que es gracias a estas relaciones que una composición cualquiera, irrepresentable, resulta posible. La ética, por consiguiente, sería el pensamiento y la práctica de estas relaciones la amistad, la solidaridad, el amor que se nos someten a las reglas morales, jurídicas o institucionales.
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