Trabajo final pedagogía. La pandemia y la nueva escuela
Enviado por yanuss1993 • 17 de Agosto de 2021 • Examen • 2.396 Palabras (10 Páginas) • 126 Visitas
Trabajo final pedagogía
2. A partir de ese párrafo, te propongo que realices un artículo en el que puedas ir argumentando tus ideas a partir de la bibliografía obligatoria.
3. El artículo debe presentar lo siguiente:
● Título
● Introducción - Desarrollo - Conclusión.
● Formato: Entregar en letra ARIAL 11 - interlineado sencillo - en PDF - La
cantidad de hojas debe tener un máximo de 4.
● Bibliografía: citar bibliografía obligatoria utilizada. Debe poder articularse con la mayor cantidad posible de autores propuestos. Si emplean otra bibliografía,
también especificarla.
La pandemia y la nueva escuela
Introducción
¿Qué sucede cuando lo que ya teníamos pautado para enseñar queda limitado a transmitirlo a través de una pantalla?¿estamos preparados para afrontar esto?, ¿fueron los docentes capacitados para enseñar fuera del aula?, ¿somos los suficientemente flexibles para lograr afrontar esta nueva era y lograr sacar de ella lo mejor posible?, ¿los alumnos aprenderán de la misma manera que en el aula?, ¿ lograran adaptarse a la nueva forma de enseñanza /aprendizaje?¿Es necesario comenzar a modificar el curriculum?. Todas estas inquietudes comenzaron a diluviar apenas mencionaron las nuevas medidas adoptadas por el gobierno nacional, por el Covid 19 y con ello, el que pasara, no solo en cuanto a la salud, sino también las normativas para la educación. Los chicos no irán a las escuelas, estudiaran desde las casas… ¿es esto posible?, claro que sí, es más, en muchos países, el uso de tics en la educación no es nada comparado al panorama que conocemos.
Desarrollo
En Argentina, el uso de tics, si es algo nuevo y novedoso, pero lo que queda claro, es la necesidad de rever nuestras prácticas y nuestra historia educacional para lograr generar cierto cambio al mismo y permitir seguir avanzando. Darnos la oportunidad de tomar esto como experiencia para generar un cambio y que nos permita avanzar y apropiarnos de esta nueva realidad que nos acontece.
Con la llegada de las nuevas restricciones, por el Covid 19 en Marzo del 2020, Argentina se vio obligada a cerrar sus fronteras. A partir de allí y por decreto Nacional, los estudiantes pasaron de tener clases en las aulas, a sus casas, las mismas, mediadas por las tic`s (Tecnología de la información y la comunicación) y cuyos docentes, no se encontraban muy familiarizados con las mismas. Zoom, classroom, videollamadas, meet, drive u otras, plataformas fueron utilizadas para este nuevo acercamiento a la enseñanza, y no fue nada fácil.
Como bien se menciona en el texto de Pineau, “históricamente es demostrable que los contextos cambiaron, pero aún así, a los educadores modernos (nos) es muy difícil ver la escuela como un ente no fundido en el paisaje educativo, es decir, por fuera de las aulas”. Que es lo que se planteo al momento del decreto, ¿Sera posible una enseñanza desde los domicilios?
Vale aclarar, que han pasado más de cien años desde la creación de la escuela y sus múltiples factores para llegar a hoy en día y aún así, se continúa distorsionando las diversas estrategias e imágenes con que se regulo la figura del maestro.
Es decir, con esta pandemia, nos volvemos a enfrentar a las mismas preguntas que se fueron cuestionando los diversos constructores del sistema. Con ello, nos demuestra, que esta condición de “naturalidad”, debe ser desarmada y desarticulada.
Durkheim “naturaliza” a la escuela al volverla heredera de la “evolución pedagógica” previa, negando su historicidad, es decir, la serie de rupturas que significó su conformación (Durkheim, 1983).
Para lograr entender un poco lo que se viene mencionado, es necesario retomar lo que Domeniconi y otros (1999) aluden a que “El ámbito escolar se configura en un determinado período histórico y responde a un claro proyecto político (…). Desde esta perspectiva el sistema educativo se constituyo en un instrumento de poder de un proyecto político, del proyecto nacional, otorgándole al mismo un tejido, una trama, una historia singular que además de constituir el contenido de lo que se aprendió en ese sistema, se reproduce fuera de él en otras realidades sociales”.
A partir de los movimientos independentistas se produjo en el país un proceso de reestructuración económica y política. Este período de organización nacional (1853 -1880) fue primordial para la conformación de la educación sistemática del país.
Es por ello, que traigo a Dussel (2006), ya que teniendo en cuenta toda la historia y como está conformada la educación, y a su vez, tomando como principal eje, el abordaje en cuanto al aprendizaje en pandemia, la misma, aboga por una postura que piense al curriculum como parte de un debate más amplio. Es decir, y desde mi postura, Dussel, hace mención a la reestructuración del mismo, para lograr adaptarnos a la realidad que hoy nos atraviesa y no quedar varados, en aquel y antiguo curriculum del cual se hace mención.
“En esta operación, se estableció no sólo, lo qué debe enseñarse en la escuela, sino aquello que debe saberse y qué es importante para una sociedad” (Dussel y carusso, 1996). En relación a esto, Stephen Ball (1994) sostiene que el currículum establece las reglas del juego, su contenido, su lugar y su ubicación, lo cual no es mal, pero está muy claro, que el mismo debe sufrir, para bien, un cambio para lograr adaptarlo a la nueva realidad. No está de más decir, que el curriculum y en los orígenes del sistema educativo, se definió un mínimo e instrucción obligatoria, es decir, un saber sencillo, común y de alcance universal, y la escuela detentaba la autoridad sobre esos saberes (Terigi, 2006).
Además, en consonancia con Dussel, consideramos que la escuela es un lugar donde se transmiten saberes, es donde “entendemos los conocimientos científicos pero también todo otro conjunto de cogniciones que no son científicas pero que pueden ser válidas, necesarias, eficaces. Los saberes integran las redes de experiencias de los sujetos y van transformándose por una serie de experiencias nuevas, entre ellas la escolar (1996)”, es decir que este saber escolar, en contexto de pandemia, “inevitablemente descontextualizado implica la creación de un nuevo saber (Chevallard, 1985), el saber escolar, que responde a ciertas pautas. El saber científico puro es moldeado por la forma en que es presentado, por las condiciones en las que se enseña y se aprende, y por los mecanismos de sanción y evaluación de su adquisición”.
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