Trabajo sibre la escritura

La escritura es un “pensamiento traducido en movimientos”. Escribir consiste en plasmar pensamientos en un papel u otro soporte material a través de la utilización de signos. Estos signos, por lo general, son letras que forman palabras. Es decir, es un sistema de representación de ideas o palabras, constituido por un conjunto de grafías o letras. La psicología cognitiva hace una clasificación de los tipos de escritura: escribir copiando, escribir al dictado y escribir espontáneamente. Al igual que en la lectura, en la escritura podemos encontrar cuatro tipos de procesos y conocimientos, que van desde la aparición de las ideas y sentimientos hasta la acción motora de escribir.

En primer lugar, vamos a tratar los procesos semánticos (escritura espontánea). En la escritura existen tres fases que se diferencian muy fácilmente: pre-escritura (piensas qué escribir), escritura (escribes) y revisión (revisas lo escrito). John R. Hayer (Carnegie Mellon) y Karen Flower (Hayes & Flower, 1980,1986) crean un modelo en el que incluyen estas fases pero, en su opinión, se encuentran en continua interacción. Me gustaría centrarme en la planificación, aunque estas fases abarcan todo el proceso de escritura. Hayes & Flower (1986) consideran la planificación como fundamentalmente conceptual y señalan que realizamos tres actividades: generar ideas, organizar el orden de las ideas y establecer metas y revisar las ideas generadas en función de ellas. Existen otros modelos que explican los procesos de la escritura como, por ejemplo, el modelo de Kellog (1996) que “conecta la memoria de trabajo (Baddeley, 1990) con los procesos que se realizan en la escritura”. Kellog introduce los tres integrantes de la memoria de trabajo: la agenda visoespacial, el lazo articulatorio y el ejecutivo central.

En segundo lugar, encontramos los procesos sintácticos. Según Cuetos (2008), solemos reparar en tres factores a la hora de producir estructuras sintácticas y son los siguientes: tipo de oración (reparando en variables lingüísticas y contextuales), colocación de palabras funcionales (ayudan a construir lo que deseamos) y signos de puntuación (necesarias para construir y expresar rasgos prosódicos, que son recursos vocales utilizados para expresar significados).

En tercer lugar, los procesos léxicos (descodificación escrita) o procesos centrales, denominados así por Shallice (1981) y Ellis y Young (1988), permiten que escribamos de forma correcta las palabras y se encargan de almacenar y recuperar la información ortográfica. Existen varios modelos que sirven para describir este tipo de procesos y se apoyan en los modelos de lectura, más concretamente, en los modelos de logogenes. El último de estos modelos explica la escritura e incluye dos sistemas de logogenes de salida: la producción oral (fonológico) y la producción escrita (ortográfico) (Morton, 1980). Por todo esto, Morton (1980) crea un modelo que consta de cuatro sistemas de logogenes y es válido tanto para la lectura como para la escritura. Los sistemas son el auditivo y visual (entrada) y el fonológico y gráfico (salida). Por otro lado, en 1980 se crea el Modelo de Doble Ruta en escritura, que “se apoya en la doble naturaleza fonológica y visual de la palabra escrita”. Es decir, podemos dividir la palabra en todos sus fonemas y descifrarlos según las correspondencias fonema-grafema, o podemos recuperar desde la memoria su forma gráfica. Este modelo proclama dos rutas independientes que trabajan de forma paralela: la ruta fonologica indirecta o no léxica (se activa la palabra y se busca la forma fonológica correspondiente), y la ruta ortográfica directa, visual y léxica ( se activa el significado de la palabra y la secuencia de letras de la palabra). Seidenberg (1985) señala que se pueden escribir palabras regulares frecuentes tomando esta ruta pero, la ruta fonológica sólo toma parte a la hora de escribir palabras de baja frecuencia léxica. Barry y Seymour (1988) señalan que ocurren dos cosas, a la hora de escribir pseudopalabras: a) se usa el grafema de alta frecuencia y b) se puede condicionar la escritura si presentamos antes una palabra con el sonido. Se pueden seguir otro tipo de rutas, dependiendo del tipo de escritura y un resultado concreto. A parte del modelo dual existe otro modelo, que no vamos a entrar a valorar: el modelo conexionista.

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