Un Libro En Mexico
Enviado por darckcannibal • 3 de Abril de 2014 • 1.389 Palabras (6 Páginas) • 187 Visitas
Hoy les vengo a contar un buen cuento y este va así:
Había una vez un mexicano el cual tomo un libro y se lo puso a leer y no dejo de leer hasta que lo acabo y así fue uno tras otro, un día noto que en un año habían leído muchísimos libros y aun así quería seguir leyendo.
FIN.
Es malo saber que solo era un cuento y recordemos que los cuentos no siempre son ciertos y este es muy difícil que lo sea, porque es cierto un mexicano no llega ni a leer 2.8 libros en un año, de tal modo que México es un país en el que su población prácticamente no lee, en donde la mayor parte de los mexicanos son manipulados por el gobierno y lo peor de todo a su voluntad, ya que es el propio mexicano el que por su ignorancia no se da cuenta como lo hacen menos, como lo roban como le quitan lo poco que tiene y todo solo por su falta de conocimientos y este conocimiento lo podemos encontrar al leer, al abrir un libro y depositar su contenido en nuestro conocimiento, evitando el robo que hacen a nuestra persona.
Hace tiempo cuando el trabajar la tierra era la principal actividad económica, era muy común en muestra gente de bajos recursos la frase que dice “los libros no te enseñan a como ser hombre y mucho menos a como alimentar a una familia”, en estos tiempos esa frase ya no es la misma ya que hoy todo el conocimiento que se deposita en un libro es necesario para alimentar a tu familia y ese mismo conocimiento te hace un HOMBRE DE PROVECHO es decir un hombre el cual no puede ser llenado de falsos conocimientos ya que el en carne propia sabe cuál es la verdad de las falsedades de los demás y poder ser una pieza multifuncional de la sociedad.
Se ha dicho que con estos medios de comunicación hoy se estaría más comunicado y en especial más informado pero parece que solo adsorbe más de nuestra atención y exactamente para algo que nos nutra intelectualmente ya que no todos aprovechan ese gran privilegio de tener la información que antes se encontraba en un libro a tenerlo en nuestro hogar sin necesidad de buscarlo manualmente, ya que hasta eso lo hace la computadora, nosotros mismos creamos nuestro nivel de ignorancia y falta de información somos responsables de lo que sepamos o no.
La mayor parte de los estudios e investigaciones sobre conducta lectora en México coincide en una desalentadora conclusión que, por su carácter previsible, puede perfectamente intuirse y resumirse en tres afirmaciones que prácticamente no admiten controversia:
Estadísticamente, los verdaderos lectores son escasos y constituyen una minoría en una enorme población que aun siendo alfabetizada y teniendo algún contacto con los libros no puede denominarse lectora. Existe un analfabetismo cultural (que es algo mucho más que funcional) representado por las personas que aun sabiendo decodificar una palabra, una frase, una oración, un párrafo, una página, al mismo tiempo no sólo carecen del hábito de leer sino que, además, no creen que la lectura cotidiana de libros constituya una experiencia digna de disfrutarse. Estas personas pueden ser –y de hecho lo son– universitarias; muchas de ellas, con carreras humanísticas (y aun con doctorados), y sin embargo no les interesa leer por iniciativa propia ni tienen un comercio estrecho con los libros. (Los libros o fragmentos de libros que leyeron en la universidad no tuvieron otro propósito que el de sacar la carrera).
En su libro Los demasiados libros, el fino poeta y brillante ensayista Gabriel Zaid nos amplía la visión respecto a este problema cuando señala: “Hay millones de personas con estudios universitarios. Por mal que esté económicamente, pertenecen a la capa superior de la población. Pues bien, estos millones de personas superiores en educación y en ingresos, no dan mercado para más de dos o tres mil ejemplares por título, o mucho menos. Y si las masas universitarias compran pocos libros, ¿para qué hablar de masas pobres, analfabetismo, poco poder adquisitivo, precios excesivos? El problema del libro no está en los millones de pobres que no saben leer y escribir, sino en los millones de universitarios
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