VIOLENTA REPETICION

VIOLENTA REPETICION

Los nueve fueron condenados a muerte para escarmiento, “dando asi una terrible lección de la facilidad y prontitud con que serían castigados, cuantos tratasen de separarse de la senda del honor y la lealtad. Los condenados a muerte fueron diez, pero se perdonó a cinco por muerte”.

Continuamos con pezuela…

“Forme tres procesos, que son los siguientes:

1° En huacho, a los indios por indiferentes, por haber auxiliado y vendido víveres a los enemigos a cuyo bordo estuvieron casi todo los indios del pueblo, con la desvergüenza mas extraordinaria, resultando del proceso, ocho indios y una mujer a ser pasados por las armas como se ejecutó con cuatro de aquellos, habiendo sido perdonados de la vida los otros cuatro y la mujer, per sentenciados a presidio y algunos otros indios al servicio de la marina”.

Y la sentencia se ejecutó con “cinco jóvenes indios (dice William Bennet), juzgados en consejo de guerra, aunque no habían pertenecido jamás al ejercito condenados a muerte y fusilados, contra las leyes del país, sin que se pudiesen dar otras razones a Manco Yupanqui, su protector general residente en Lima”, explicación que ni siquiera fue solicitada por su autoridad local que en aquel entonces rendía vergonzosa pleitesía al Virrey.

También es posible que fuesen más los ajusticiados por los realistas, pues dice Cochrane en sus memorias con respecto a los sucesos del 31 de marzo en que se interrumpió el aprovisionamiento, que el jefe de la guarnición “mando a fusilar a dos de las personas más influyentes que nos habían auxiliado y castigar severamente a otros, embargando al propio tiempo nuestros cascos de agua y mandándome un cartel insolente, en vista de lo cual hice desembarcar una partida de hombres que puso en fuga a la guarnición.

Tan atroces habrían sido las represalias y tan violenta la represión ejercida por los realistas que diecinueve meses después al llegar San Martin, envió al teniente coronel D’ Albe a efectuar un reconocimiento, encontrando solo a unos frailes, pues el pueblo se encontró desierto por la orden de fusilamiento contra todo el que tuviera contacto con patriotas, relata Paroissien, secretario de San Martin y sigue “gran número de indios ha entrado al pueblo, desde un escondrijos. Parece que los niños aquí no muestran ese gesto de timidez tan característico en los niños de Inglaterra. Un chico indio, relato esta mañana al general San Martin causando lágrimas en los oyentes, que su padre era uno de los nueve indios condenados a la horca por el Virrey del Perú, por haber vendido víveres a nuestra Escuadra la última vez que estuvimos acá.

Mas, parece que, a pesar de ser condenados, solo mataron a cuatro (fusilándolos) debido a que antes llevase a efecto una apuesta,… rodeados por sacerdotes, y los cinco que lanzaron números más altos fueron respetados, luego de haber sufrido horrores pensando en su muerte tan próxima. La gente aun contempla con terror aquel sitio.

Han trascurrido desde entonces 178 años y la memoria ingrata de la Republica ha olvidado este suceso como otros acaecidos eh Huacho, que posibilitaron la llegada de la Libertad.

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