Antibioticoterapia
pancro25 de Septiembre de 2013
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Actualización de la antibioticoprofilaxis en Cirugía y Ortopedia
Dr. Vladimir Calzadilla Moreira,1 Dr. Ibrilio Castillo García,1 Dr. Ernesto González Martínez,1 Dr. Rafael Nodarse Hernández,2 Dr. Remberto Martínez Crespo3 y Dra. Midsay B. López Leyte4
Resumen
Se hizo una revisión bibliográfica de la profilaxis antibiótica en Cirugía y Ortopedia, sus bases fisiológicas, los principios en que se basan sus indicaciones, ventajas, errores más comunes, modo de utilización y selección del fármaco a utilizar en el momento actual. Se hacen recomendaciones para su utilización correcta de acuerdo con los gérmenes más frecuentes con el objetivo de minimizar los efectos adversos y costos de tratamiento. Se evidencia el hecho de que disminuir o evitar la infección de las heridas quirúrgicas, le confieren al método singular importancia en la cirugía moderna, por lo que es imprescindible su empleo sistemático.
DeCS: PROFILAXIS ANTIBIOTICA/utilización; INFECCION DE HERIDA OPERATORIA/quimioterapia; ORTOPEDIA/cirugía; ORTOPEDIA/quimioterapia
Los antimicrobianos son costosos y no deben utilizarse innecesariamente. En el mundo una de las principales causas del consumo exagerado de antibióticos, es su utilización profiláctica, y de estos, un alto porcentaje son usados de manera incorrecta. Por consiguiente, si el uso excesivo e innecesario, resulta peligroso por los problemas de creación de resistencia, toxicidad, sobreinfecciones y el incremento del costo del tratamiento, se considera coherente analizar si la profilaxis es real y útil.1,2
Constituye un capítulo polémico. No existe ningún antibiótico, ni ninguna combinación que sea efectiva contra todos los microorganismos.3 Se ha aplicado profilaxis en las situaciones siguientes:2-4
• Para evitar la adquisición de microorganismos a los que el individuo ha estado expuesto con seguridad, ejemplo, Plasmodium.
• Para impedir el acceso a áreas estériles, de gérmenes de la flora normal en otras zonas, ejemplo urosepsis por bacterias vaginales.
• Para disminuir la gravedad de procesos agudos en pacientes crónicos, ejemplo, agudización de la enfermedad pulmonar obstructiva.
• Para evitar las infecciones en pacientes de alto riesgo.
• Para impedir recaídas de infecciones graves que el paciente ha tenido, ejemplo, endocarditis bacteriana.
• Para impedir la aparición de infecciones posquirúrgicas
Esto no significa que esté indicado en cualquiera de las situaciones que se aproximen a las señaladas. El uso de antibióticos debe reservarse para las infecciones específicas. En la práctica hay eventos clínicos o quirúrgicos que requieren profilaxis.2,5 Motivados por lo controvertido del tema, la desmedida utilización de antimicrobianos, sin tener en cuenta sus efectos adversos y el mapa microbiológico de cada área, así como la necesidad de minimizar los costos de tratamiento, se revisó la opinión especializada sobre el tema en Cirugía y Ortopedia.
Profilaxis antibiótica en procederes quirúrgicos
Es una costumbre extendida la administración de antibióticos alrededor de una cirugía, a veces durante varios días, con vistas a prevenir la infección de la herida quirúrgica. Este evento como se conoce depende de 2 factores fundamentales, uno endógeno, dado por las características particulares del órgano blanco, las enfermedades previas del paciente y las peculiaridades propias del proceder, y el factor exógeno, que incluye aquellos elementos externos que se relacionan con la operación, como son la asepsia ambiental, corporal e instrumental.2,6,7 La baja temperatura durante la cirugía, aparece como un factor importante en la prevención de la infección.5 En cirugía, diversos estudios han mostrado la efectividad de la profilaxis antibiótica.1-10 Su uso tiene el objetivo de impedir que la flora bacteriana endógena y exógena provoquen infección al multiplicarse los microorganismos en el área quirúrgica.
Momento de comienzo
Antes se hablaba de profilaxis cuando se aplicaban antibióticos durante o inmediatamente después del acto quirúrgico. Hoy día se conoce que el período de riesgo, o tiempo de mayor vulnerabilidad para la adquisición de una infección, es alrededor de 4 h, lo que puede variar por la influencia del proceder realizado y los factores de riesgo.7 Durante las 2 primeras horas, los mecanismos de defensa tratan de disminuir la cantidad de gérmenes, en las siguientes 4 h el número de bacterias es inconstante. Estas primeras 6 h se conocen como el período dorado, después de las cuales las bacterias se multiplican exponencialmente. La profilaxis preoperatoria aumenta dicho período dorado.6,8,11,12
Es necesario conseguir niveles hísticos, apropiados en el momento en que ocurre la contaminación microbiana, lo que sucede desde el momento de la incisión, aquí comienza el período crítico, es decir, la fase de respuesta inflamatoria.13 Es ideal la administración entre 15 y 60 min antes de la operación y en caso de urgencia inmediata puede realizarse durante la inducción anestésica;7,11 no el día antes, que significa pérdida de tiempo y dinero, añade riesgo de sensibilidad, resistencia y disminuye la eficacia; no luego de la operación, pues ya ocurrió contaminación y colonización.13
En 1961, Burke demostró que la administración de antibióticos antes de la inoculación, era efectiva y que los retrasos en la administración se asocian con un aumento significativo de la infección.13 Esto ha sido corroborado más tarde por diferentes autores. Classen y otros demostraron en un estudio de 28 472 pacientes, que la administración 2 h o más antes del proceder o poco después de la incisión no reduce el riesgo de infección.14
Duración del tratamiento profiláctico
Es aún polémico el tiempo de administración del antibiótico. Se han utilizado múltiples esquemas:
- Muy corto: dosis única antes de comenzar la operación.
- Corto: se extiende por 24 h.
- Largo: hasta 72 h.
Existe el consenso de que la profilaxis debe ser utilizada por el tiempo más corto posible.7 Poco se gana prolongando el tratamiento por más de 24 h luego de la intervención, lo cual es el error más común, pueden producirse efectos adversos o sobreinfecciones por gérmenes resistentes, al alterar la flora normal. La única excepción es cuando se dejan cuerpos extraños, como son los catéteres torácicos, donde se continúa hasta que son retirados.2,8,14,15 Muchas veces la superinfección es el resultado de que el paciente llegó a la cirugía con tratamiento antimicrobiano por alguna lesión infecciosa.
Bergamini y Polk16 consideran que una concentración del antibiótico por debajo de la concentración inhibitoria mínima tiene un efecto beneficioso. No está definido o se desconoce el número de dosis para lograr una cobertura óptima, probablemente la dosis única es tan efectiva como las dosis múltiples y en la práctica es lo más común.5,7,15
El análisis de algunas series publicadas indica que la duración de la profilaxis depende del riesgo de contaminación operatoria, según la clasificación de las operaciones del National Research Council, EE.UU., mundialmente aceptada.17
• Limpias: cuando el tejido no está inflamado. Correcta técnica de asepsia y antisepsia. No hay trauma previo. La operación no es traumática. No hay afectación del tracto respiratorio, digestivo ni genitourinario. La operación dura menos de 3 h.
• Limpia contaminada: se abre una cavidad que contiene microorganismos, pero no hay vertido significativo. Intervenciones traumáticas. Hay afectación del tracto respiratorio, genitourinario o digestivo (excepto intestino grueso). La operación dura más de 3 h).
• Contaminada: inflamación aguda sin pus. Cuando al abrir una víscera se derrama su contenido. Herida traumática de menos de 4 h de evolución. Groseras violaciones de la asepsia y la antisepsia. Cirugía anorrectal.
• Sucia: cuando hay pus. Está perforada una víscera. Herida traumática de más de 4 h de evolución.
Se considera que el porcentaje de sepsis es menor del 5 % para las operaciones consideradas limpias, alrededor del 10 % en las limpias contaminadas, cerca del 20 % en las contaminadas y del 30 al 70 % en las sucias. Por ello se justifica la profilaxis perioperatoria en aquellos procederes en los que el riesgo de infección sea superior al 5 %.5,7,18 En cirugía limpia no está justificada, salvo excepciones como la cirugía vascular y ortopédica, pacientes inmunosuprimidos (SIDA), con afecciones endocrinas (diabetes), desnutridos, anémicos, enfermedades autoinmunes (artritis reumatoidea), politraumatizados o que presenten infecciones a distancia. En las operaciones ortopédicas y vasculares se justifica, ya que por un lado se elevan las posibilidades de sepsis por la instrumentación y por otro la infección tiene consecuencias desastrosas.7,11 Cuando se utiliza la profilaxis en estos casos, y en todas las limpias contaminadas y contaminadas, se suministra una dosis en el preoperatorio inmediato, puede repetirse, si la operación se prolonga con un intervalo de 3 h o si duplica la vida media del antibiótico utilizado, así como si hay pérdidas sanguíneas importantes (más de 1 000 mL), se pueda aplicar otra dosis en el momento del cierre de la piel. La aplicación del fármaco debe circunscribirse al período perioperatorio, y no prolongarse más allá de 24-48 h.10 Por ello es preferible hablar de dosis y no de tiempo de tratamiento. La cobertura debe durar desde el momento de la incisión y hasta las 3 ó 4 h siguientes.1,18
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