Rousseau
Enviado por kerliita • 26 de Noviembre de 2014 • Síntesis • 816 Palabras (4 Páginas) • 150 Visitas
Debido a motivos religiosos, la familia Rousseau se exilió en Ginebra cuando era una ciudad-estado independiente. Allí, Isaac Rousseau (Ginebra, 1672 - Nyon, 1747) y Suzanne Bernard (Ginebra, 1673 - ibídem, 1712), hija del calvinista Jacques Bernard, tuvieron a su hijo Jean-Jacques. Nueve días después de dar a luz, Suzanne falleció. El pequeño Rousseau consideró a sus tíos paternos como sus segundos padres, debido a que desde muy pequeño pasó mucho tiempo con ellos y fueron los que lo cuidaron.
Cuando Rousseau tenía 10 años (1722), su padre se exilió por una acusación infundada y él quedó al cuidado de su tío Samuel. Con esta familia disfrutó de una educación que él consideraría ideal, calificando esta época como la más feliz de su vida. Junto con su primo, Rousseau fue enviado como pupilo a la casa del calvinista Lambercier durante dos años (1722-1724). A su regreso en 1725, trabajó como aprendiz de relojero y, posteriormente, con un maestro grabador (aunque sin terminar su aprendizaje), con quienes desarrolló la suficiente experiencia para vivir de estos oficios toda su vida.
Renunciar a la libertad es renunciar a la cualidad de hombres, a los derechos de humanidad e incluso a los deberes.
El contrato social
Por ello, a los 16 años (1728) abandona su ciudad natal. Tras estar peregrinando un tiempo, se estableció en Annecy, siendo tutelado por Madame de Warens, una dama ilustrada, trece años mayor que él, que le ayudó en su educación y en su afición por la música. A ojos de Rousseau, ella sería una madre y una amante. Residió seis semanas en Montpellier por una enfermedad grave, y a su regreso fue preceptor en Lyon y tuvo contacto con Fontenelle, Diderot o Marivaux. Forjando un carácter de "paseante solitario" mientras recorría kilómetros y kilómetros por los Alpes, Rousseau ejerció de periodista.
En 1745, con 33 años vuelve a París, donde convive con Thérèse Levasseur, una modista analfabeta con quien tiene cinco hijos y a quien convence para entregarlos al hospicio conforme van naciendo. Al principio dijo que carecía de medios para mantener una familia,1 pero más tarde, en el volumen IX de sus Confesiones, sostuvo haberlo hecho para apartarlos de la nefasta influencia de su familia política: Pensar en encomendarlos a una familia sin educación, para que los educara aún peor, me hacía temblar. La educación del hospicio no podía ser peor que eso.
En esta época contacta con Voltaire, D'Alembert, Rameau y, de nuevo, con Diderot, y escribe sus obras más reconocidas. Cuando la Academia Francesa propuso en 1750 el siguiente dilema: ¿Contribuyen las artes y las ciencias a corromper al individuo?, Rousseau ganó respondiendo que sí, pues las artes y las ciencias a su juicio suponen una decadencia cultural. A partir de aquí, la fama llama a su puerta. Empieza a asistir a salones parisinos, critica
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