APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA SEIS SIGMA EN LA MEJORA DE RESULTADOS DE LOS PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN
Enviado por ranyeel • 6 de Julio de 2015 • 2.719 Palabras (11 Páginas) • 414 Visitas
APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA SEIS SIGMA EN LA MEJORA DE RESULTADOS DE LOS PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN
RESUMEN
La falta de calidad en los proyectos de construcción constituye un problema de gran trascendencia social y económica. La progresiva incorporación de los sistemas de gestión de la calidad en el proceso de elaboración de los proyectos supondrá una sensible mejora de dicho problema. La comunicación presenta la metodología Seis Sigma y su aplicabilidad en los proyectos. Seis Sigma ha significado para ciertas empresas una reducción drástica de sus fallos y costes de calidad. Si bien esta metodología se desarrolló fundamentalmente para disminuir la variabilidad de procesos repetitivos, también es verdad que la filosofía que subyace en Seis Sigma posiblemente pueda reducir significativamente el coste y el número de fallos debido a una calidad deficiente en el diseño de los proyectos de construcción.
PALABRAS CLAVE: Calidad – Construcción – Diseño – Proyecto – Seis Sigma
LOS PROBLEMAS DE CALIDAD DE LOS PROYECTOS
La siniestralidad de la construcción constituye un problema de gran importancia social y económica. Edificios con problemas estructurales, de impermeabilización o de fisuras; hundimientos de barrios enteros como consecuencia de la excavación de túneles subterráneos para el metro; líneas de ferrocarril de alta velocidad con problemas para alcanzar su velocidad comercial; presas que sufren roturas y provocan verdaderas catástrofes. Estos son algunos ejemplos que se pueden encontrar en la vida cotidiana y que suponen elevadísimos costes de todo tipo.
Varias estadísticas procedentes de diferentes países y realizadas por diversos organismos (Calavera, 1996) coinciden en señalar la elevada incidencia de los defectos producidos en la fase de proyecto y ejecución respecto a los materiales y al uso y mantenimiento de la construcción. En las Figuras 1 y 2 se recogen los resultados de un estudio estadístico de
10.000 informes de fallos del Bureau Seguritas (Francia), en 1978. Se comprueba que el coste de los errores en la fase de diseño se iguala a los de la ejecución de una construcción. Además, profundizando en la distribución de los fallos dentro de la propia etapa de proyecto, se evidencia la extraordinaria importancia de los detalles constructivos.
Distribución de los fallos según las etapas del proceso constructivo.
Distribución de los fallos debidos al proyecto.
El fuerte predominio del número de errores en la redacción de un proyecto se manifiesta también en otras encuestas referenciadas por Calavera (1996). Así, una investigación realizada por el profesor J.M. Vieitez entre 1980 y 1984, comprobó que el porcentaje de los fallos ocurridos en la fase de proyecto en España es sensiblemente igual a la media de los países europeos, con una incidencia del 42%. El estudio efectuado por el Conseil International du Bâtiment (1992) cifra en una media del 43% el número de los defectos ocurridos durante el proyecto de los edificios. En el caso de la encuesta realizada en 1991 de los profesores Aguado y Agulló sobre obras hidráulicas españolas, establece una incidencia entre el 30 y el 35% de los fallos en la fase del diseño.
Los datos anteriores muestran la brecha de calidad existente en el proceso de definición de los proyectos de construcción. El empleo de sistemas de aseguramiento de la calidad como ISO 9001 (Yepes, 2001), de guías para la gestión de la calidad en los proyectos como ISO 10006 (Yepes y Pellicer, 2003) y la preocupación en general por la calidad en el diseño en la construcción (Pérez y Sabador, 2004) indican un fuerte acercamiento hacia la filosofía de la gestión estratégica de la calidad ya incorporada en otros sectores de fabricación industrial o de servicios.
La comunicación estudia la aplicabilidad al diseño de los proyectos de una nueva filosofía de gestión denominada “Seis Sigma”, que ha provocado reducciones importantísimas de costes y de reducción de fallos en muy poco tiempo en empresas de todo tipo. Si bien esta metodología se desarrolló fundamentalmente para disminuir la variabilidad de procesos repetitivos (característica nada frecuente en la elaboración de proyectos de construcción), también es verdad que la filosofía que subyace en Seis Sigma posiblemente pueda reducir significativamente el coste y el número de fallos de calidad en el diseño de los proyectos de construcción.
1 SEIS SIGMA COMO FILOSOFÍA DE GESTIÓN
La historia de Seis Sigma se inicia a mediados de los años 80 en Motorola cuando un ingeniero (Mikel Harry) comienza a estudiar la reducción en la variación de los procesos para mejorarlos. Esta herramienta tenía una fuerte base estadística y pretendía alcanzar unos niveles de calidad en los procesos y en los productos de la organización próximos a los cero defectos. Constituye una metodología sistemática para reducir errores, concentrándose en la mejora de los procesos, el trabajo en equipo y con una gran implicación por parte de la Dirección (de Benito, 2000; Membrado, 2004; Harry y Schroeder, 2004).
En los años 90, Jack Welch, presidente de General Electric decidió utilizar Seis Sigma consiguiendo resultados económicos espectaculares. Desde entonces, Seis Sigma se ha convertido en una de las herramientas de mejora más utilizadas, habiendo sido adoptada por compañías como Motorola, General Electric, Allied Signal, Polaroid, Toshiba, Honeywell, City Bank o American Express. Más recientemente Seis Sigma ha llegado a Europa donde numerosas empresas están empezando a implantarla (en España, empresas como Telefónica, e-La Caixa o Iberia).
La letra griega sigma () se utiliza en estadística para representar la variación típica de una población. El “nivel sigma” de un proceso mide la distancia entre la media y los límites superior e inferior de la especificación correspondiente (Figura 3). Ha sido habitual considerar
Como suficiente que un proceso tuviese una desviación de 3, lo cual significa que dicho proceso era capaz de producir sólo 2,7 defectos por cada mil oportunidades. La idea de un “porcentaje de error aceptable” (a veces denominado un “nivel de calidad aceptable”) es un curioso remanente de la era del “control de calidad”. En aquellos tiempos se podían encontrar maneras de justificar estadísticamente los naturales fallos humanas, sosteniendo que nadie podía ser perfecto. Hoy día dicho nivel de calidad es inaceptable para muchos procesos (supondría aceptar 68 aterrizajes forzosos
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