ARTRITIS REUMATOIDE
Enviado por karamell120890 • 2 de Noviembre de 2014 • 683 Palabras (3 Páginas) • 210 Visitas
Es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar
otras partes del organismo. Es una enfermedad crónica, con una baja frecuencia de curación espontánea, aunque con un tratamiento adecuado se consigue
un buen control de la enfermedad en la mayoría de los casos.
Las molestias y limitaciones que ocasiona la artritis reumatoide varían mucho de un enfermo a otro, de modo que no hay dos enfermos iguales. La artritis reumatoide
es una de las más de 100 enfermedades reumáticas existentes, con un pronóstico y un tratamiento específicos, por lo que el diagnóstico ha de ser preciso
(generalmente realizado o confirmado por un reumatólogo).
La artritis reumatoide es frecuente, ya que en nuestro entorno la padece una de cada 200 personas (200.000 afectados en España). Es más frecuente en mujeres,
pero también afecta a varones. No es una enfermedad propia de la edad avanzada y aunque puede aparecer en ancianos, se presenta con mayor frecuencia
entre los 45 y los 55 años. Asimismo, una forma muy similar de artritis puede afectar a los niños.
LA ARTRITIS REUMATOIDE EN LAS ARTICULACIONES
Las articulaciones son las estructuras que unen huesos y permiten la movilidad del cuerpo humano.
Las porciones finales de los huesos tienen unas superficies lisas que son los cartílagos, que permiten un
rozamiento suave entre dichos huesos (figura 1).
Con el fin de nutrir y proteger estas terminaciones óseas recubiertas de cartílago, las articulaciones disponen
de una membrana (la membrana sinovial) que las recubre en su interior uniendo un hueso con el otro.
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se produce la inflamación de la membrana sinovial
de múltiples articulaciones. Esta inflamación va a ser la responsable del dolor, de la hinchazón y de la
sensación de rigidez que se puede notar por las mañanas. Algunas articulaciones se afectan más que
otras, y hay algunas que casi nunca se alteran (figura 2).
La persistencia de la inflamación de la membrana sinovial, condiciona que el lugar del hueso en el que se
fija la membrana sinovial se dañe dando lugar a pequeñas muescas (erosiones) (figura 3). Además, la inflamación
mantenida de una articulación hace que el cartílago, que permite el rozamiento suave entre los
huesos, adelgace y desaparezca.
Con el tratamiento se puede conseguir que la inflamación de la membrana sinovial se controle, pero el daño
ya producido en el hueso y en los cartílagos es irreparable. La sobrecarga de las articulaciones inflamadas contribuye a acelerar la destrucción. Para que el daño irreparable
sea el menor posible, es imprescindible que el médico conozca la realidad diaria del enfermo,
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