Acción Directa Contra la Obesidad

Actividad física, sedentarismo y salud

Acción Directa Contra la Obesidad

Escrito por La Garbancita ecológica

Viernes, 24 de Septiembre de 2010 00:00

Sedentarismo como factor de riesgo para la salud Hasta los años 80 existía la creencia de que la actividad física era buena para la salud sin datos para respaldarla. Posteriormente, no han dejado de crecer las evidencias que confirman el impacto beneficioso de la actividad física sobre la salud. Cada día se acumulan más pruebas de que el sedentarismo y la falta de actividad física influyen de manera relevante en el desarrollo de múltiples enfermedades y que la actividad física tiene efectos preventivos y terapéuticos en infinidad de ellas.

La fortaleza de estas evidencias científicas ha ido creciendo a medida que los efectos de la industrialización y el desarrollo tecnológico han producido un incremento del sedentarismo. El cambio hacia un estilo de vida más inactivo incrementa las enfermedades que tienen en su origen las disfunciones metabólicas que provoca la falta de actividad física: cardiovasculares, obesidad, diabetes, síndrome metabólico y alteraciones del aparato locomotor. Por el contrario, los efectos energéticos de la actividad física sobre la salud se manifiestan incluso con una actividad física moderada.

Actividad física y obesidad en población infantil y adolescente.

La actividad física de niños, niñas y adolescentes previene el sobrepeso y la obesidad. La investigación ha mostrado que la actividad física de niños, niñas y adolescentes reduce la grasa corporal y la grasa visceral si bien no se conoce con certeza en que medida contribuye a la prevención del sobrepeso y la obesidad. Se sabe que los niños, niñas y adolescentes obesos son menos activos que los no obesos, pero este dato no permite establecer sin lugar a dudas la dirección de la causalidad. Es decir, los sujetos que presentan sobrepeso pueden presentarlo porque son menos activos pero también es posible que estos sean menos activos porque presentan sobrepeso.

Aunque en el origen de la obesidad intervienen múltiples factores, ésta se considera una enfermedad de etiología compleja, cuyo sustrato último es un desequilibrio entre la energía obtenida de los alimentos y la energía consumida. Sin embargo, no hay datos que avalen que la cantidad media de calorías ingeridas en la actualidad sea mayor que en la ingerida hace tres décadas. Por el contrario, estudios que han investigado esta cuestión muestran una disminución de las calorías consumidas, por lo que la reducción de la actividad física como consecuencia del cambio en el estilo de vida se vislumbra como un factor crítico en el incremento del sobrepeso en la población.

Por otro lado, investigaciones en adultos han mostrado que la incorporación de la actividad física parece

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