Aprendizaje Colaborativo

Aprendizaje colaborativo

Primero que cualquier cosa hay que definir el aprendizaje colaborativo y buscar el significado representa tener que adentrarnos en lo que como alumnos llegamos a vivir cuando cursamos nuestra educación básica, y mezclar esos recuerdos con lo que ahora planteamos como docentes.

A quien no le suena conocido la indicación “trabajaran en equipo, júntense de 3, 4, 5, 6 o más integrantes” y seguido a esto siempre estaba la indicación de lo que íbamos a trabajar y como lo haríamos, luego durante el desarrollo de producto solo llegaban a trabajar uno o dos integrantes del equipo y los demás no lograban desarrollar su conocimiento sobre el tema que abordaban. Segura que todos llegaran a tener esos recuerdos, pues bien, el aprendizaje colaborativo va más allá de lo que nuestros recuerdos nos tratan de enfocar, si bien la palabra “colaborativo” lo dice, es colaborar, auxiliar, asistir, socorrer, favorecer, acompañar; pero como el ultimo sinónimo lo dice vamos a acompañar, o que tal, avanzar con nuestros compañeros, asistirnos de ellos, otorgar responsabilidades de trabajo a cada uno, para favorecer el desarrollo de los productos a entregar en clase. A partir de ahora definir el aprendizaje colaborativo será mucho más fácil, y además incluir dentro de este ensayo, algunas estrategias servirán mucho para organizar nuestros proyectos didácticos a fin de lograr concebir situaciones reales de aprendizaje colaborativo en las aulas.

El aprendizaje colaborativo es entonces “un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”, y aunque resulte fácil decirlo, llevarlo a la práctica, no de nosotros, sino de nuestros alumnos es mucho más difícil de lo que parece, pues primero, debemos crear conciencia en nuestros alumnos individualistas, y en nuestros alumnos “faltos de interés”, que perciban que todos tienen conocimientos claves para enriquecer sus trabajos, y que todos tienen la capacidad sobresalir en cualquier situación en la que se les involucre.

De igual manera es posible que nos veamos confundidos con el significado que tiene el aprendizaje colaborativo, y lleguemos a caer en significados que están encaminados a otro tipo de aprendizaje que es el colaborativo, en el cual, es el profesor quien diseña y mantiene casi por completo el control en la estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener, entonces es aquí donde caemos en la cuenta de que lo que muchas veces hacemos es favorecer el aprendizaje cooperativo y NO el colaborativo, porque apoco no, como docentes, se llega a implementar medidas en las cuales, SI les decimos el proceso que han de seguir, y SI también mostramos el tipo de resultado que deseamos obtener gracias, y si no obtienen el resultado como lo planeamos nosotros, entonces está mal, evidenciamos al alumno y todo el demás show que por lo regular, suele suceder en un día común de clases, pero no quiere decir que todo mundo desempeñe su quehacer docente de esta manera.

Los enfoques o paradigmas de aprendizaje colaborativo y cooperativo, tienen algunas características que los diferencian notoriamente. Cada paradigma representa un extremo del proceso de enseñanza – aprendizaje que va de ser altamente estructurado por el profesor (cooperativo) hasta dejar la responsabilidad del aprendizaje principalmente en el estudiante (colaborativo). Y obviamente enfocado a la reforma educativa, el cooperativo nos sirve para dos cosas, una, acordarnos de cuando lo usaban nuestros profesores, y dos para compararlo, darnos cuenta que aunque en su tiempo resultó medianamente efectivo, el aprendizaje colaborativo, ofrece mayores oportunidades a los alumnos, dentro de un mundo globalizado y que favorece la interacción armónica entre distintas formas de pensar, fomento del RESPETO y la TOLERANCIA, valores fundamentales para la vida en sociedad y a su vez la posibilidad de lograr enriquecer el aprendizaje dentro del aula.

El enfoque colaborativo es el que requiere de una preparación más avanzada para trabajar con grupos de estudiantes. Las estructuras de nuestros proyectos didácticos y los conocimientos que deseamos abordar con los niños, serán moldeados de tal manera que se incluya el enfoque colaborativo, habrá entonces que crear o construir, estrategias que nos permitan llevar a cabo este enfoque, sin perder tampoco el enfoque de la o las asignaturas que se quieran abordar en clase. Además dentro de este enfoque colaborativo o de colaboración es importante que tengamos objetivos claros en cuanto a las características que deseamos que los alumnos adquieran, pero siempre deberán estar comprometidos con este proceso de aprendizaje: ser responsables con el aprendizaje, estar motivados a aprender, ser colaborativos, ser estratégicos; son algunas de las características básicas que deberán adquirir, aquellos alumnos que entren en esta dinámica de aprendizaje.

Bueno y todo esto a que nos lleva, o mejor dicho, como les respondo las clásicas preguntas de toda persona que pretende buscarle un pero a este tipo de trabajo, bueno pues primero, sería contestar preguntas como:

- ¿Para qué?

El desarrollo de la persona; más indefinido, se busca el desarrollo humano

- ¿Dónde?

Ambiente: abierto, libre, que estimulan la creatividad.

- ¿Cómo?

Se pueden dar procesos formales e informales.

Los pasos de un proceso grupal no son tan rígidos, pueden cambiar pues se deben adaptar al desarrollo grupal y las reglas deben ser generadoras, que no limiten ni encasillen sino que generen creatividad.

- ¿Qué gano con todo esto?

El desarrollo personal es el objetivo, junto con el desarrollo grupal. Y una productividad secundaria. Lo que se aprende en la experiencia colaborativa.

Pero seamos optimistas, actualmente como docentes contamos con una gran gamma de información, la cual nos permite mejorar nuestro conocimiento sobre el tema.

La metacognición en el Aprendizaje colaborativo

Las habilidades metacognitivas son aquellas habilidades cognitivas que son necesarias, o útiles, para la adquisición, el empleo y el control del conocimiento, y de las demás habilidades cognitivas que no son otra cosa que un conjunto de operaciones mentales, cuyo objetivo es que el alumno integre la información adquirida a través de los sentidos, en una estructura de conocimiento que tenga sentido para él. La metacognición incluye, entre otras cosas, al monitoreo activo y a la regulación y orquestación consecuente de esos procesos en relación a los objetos cognitivos, o datos, sobre los cuales aquellos se sustentan.

Brown señala que las formas más sofisticadas de autorregulación ocurren cuando el estudiante exhibe una

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