Benjamin Y Tobias & Xavier

Luego de ver la película “Capitán de Mar y Guerra“ (En su nombre original, “Master and Commander: the far side of the world” (2003)) surgen varios planteamientos de gran interés sociológico. Uno de ellos, el cual por su importancia no se puede pasar por alto, es cómo hizo el capitán de la nave H. M. S. Surprise, Jack Aubrey, para mantener el liderazgo y el orden en la tripulación luego de meses y meses de navegar solos por el mar en un armatoste de madera, meses de trabajo continuo y esforzado, sin tener vacaciones, ni ver a las familias, de vivir hacinados, de comida vencida y mala higiene. Ante esta coyuntura, la figura del capitán adquiere una especial importancia para mantener el orden y la motivación entre la tripulación. Si un capitán mediocre estuviera en esa situación, lo más probable es que no logre controlarla, y se produzcan rebeliones, ññmotines, pudiendo llegar incluso a ser asesinado por sus propios hombres. En cambio, un capitán capaz logra mantener la disciplina y el ánimo entre sus gentes después de meses. Entonces ¿Que hizo Jack Aubrey para poder ser catalogado como un gran capitán? ¿Que habilidades tenía para hacer que sus hombres lo siguieran, aún en empresas imposibles?

El primer factor, y el más importante según nuestra perspectiva, es una de esas cualidades que no son muy comunes, esta es una de esas características que distinguen entre un gran líder y uno mediocre. Hablamos de aquella capacidad de los líderes, en este caso del capitán, por entender a su tripulación, comprender sus creencias y respetarlas.

Durante la película, vemos una extraordinaria relación entre el capitán y el doctor, ambos personajes son “opuestos”, sin embargo ambos se complementan formando un juego de caracter muy verosímil y verdaderamente simpático, incluso es de esta relación donde surge uno de los diálogos más fantásticos de la película que grafica muy bien el respeto necesario de un líder con la creencia de sus súbditos, esta charla es sobre la creencia de los marineros de “Jonás”, la tripulación creía que Hollom era el Jonás del barco. Ante esta situación surge la conversación, donde Jack le comenta a su amigo lo que esta sucediendo y este pregunta si realmente cree en esta “maldición” y es aquí donde viene lo brillante del tema, el capitán le responde que no importa lo que él piense, sino que la tripulación lo cree y lo ve de esa forma, y el como líder no puede ir contra aquella creencia. Esto es muy cierto, tan cierto es que en la práctica, esto sí se da en la actualidad con las leyes, la autoridad no puede dictar leyes que vayan en contra de las creencias del pueblo, pues esta sería ineficiente.

El segundo factor importante para controlar la situación es la disciplina a bordo del barco. Las órdenes eran irrefutables y habían duros castigos para los que se rebelaran. Por ejemplo, el látigo. Además, el capitán

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