COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO SOBRE “LA SELECCIÓN DE ESCRITOS POLÍTICOS DE THOMAS HOBBES”

HISTORIA DE LAS IDEAS POLITICAS

TRABAJO REALIZADO POR EL ALUMNO: ROMAN SEREDA, 2-B

• COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO SOBRE “LA SELECCIÓN DE ESCRITOS POLÍTICOS DE THOMAS HOBBES”.

El texto sobre “La Selección De Escritos Políticos De Thomas Hobbes” que vamos a analizar, es un texto compuesto por tres grandes obras escritas por el  llamado filósofo Hobbes. Estas tres obras son las siguientes:

La primera se llama “ Los Elementos De Derecho Natural Y Político”, publicada en el año 1640. En ella, Hobbes expone por primera vez su teoría sobre el contrato social que crea el soberano indivisible (sea este una asamblea popular, una minoritária aristocracia o un monarca). Para él, todos los hombres son iguales por naturaleza, ya que todos ellos estan constituidos por una materia animada, que les permite moverse y actuarse por si mismos por cuanto possen un mecanismo interno: el deseo. Además de esto, el filósofo también en esta obra, “trataba de probar la necesidad de una soberanía indivisa, pero no en virtud del derecho divino de los reyes, sino por argumentos racionales, preferentemente de orden psicológico y político…”. (DALMACIO NEGRO PAVÓN, Thomas Hobbes, Elementos de Derecho Natural y Político, Ciencia Política. Alianza Editorial. Madrid. 2005).

Dicha soberanía debe ser ante todo el centro o el corazón sobre el cual debe girar toda la vida social del soberano. Esta forma de presentar la soberanía, no es más que, el rompimiento de las antiguas estructuras sociales, y el nacimiento de las nuevas formas de configurar el poder político. 

La segunda obra se llama “El Tratado Sobre El Ciudadano”, publicada en el año 1642. En ella, el filósofo pretende demostrar como la iglesia debe subordinarse al Estado, siendo el Soberano como la cebeza del todo. Por otra parte, Hobbes también explica en élla su concepción de la Sociedad Civil, luego indaga por el sentido o razón de ser del Estado, el Soberano los poderes de éste, sus obligaciones y la reacción de la sociedad ante la ineptitud del Estado de cumplir con sus obligaciones: Se ha tenido que el soberano no debe tener limitaciones para cumplir con lo mandado o con el mandato que ha surgido del pacto social entre todos los hombres cuando acuerdan crear el Estado, “… el Estado tiene como primera obligación cuidar la vida de sus miembros”; (DALMACIO N. P., Thomas Hobbes, El Tratado Sobre El Ciudadano, Ciencia Política. Alianza Editorial. Madrid. 2005) y también se ha aceptado que ningún individuo o ciudadano tiene la obligación de obedecer al Estado cuando este no cumple con sus obligaciones. “Se entiende que cuando el Estado ya no logra garantizar la seguridad de los súbditos la obligación política viene a menos y cada uno tiene la facultad de ver por su conservación mientras no se restablezcan o rehabiliten los términos de la convivencia”. (DALMACIO N. P., Thomas Hobbes, El Tratado Sobre El Ciudadano, Ciencia Política. Alianza Editorial. Madrid. 2005).

La tercera obra se llama “El Leviatán”, publicada en el año 1651, donde básicamente sus tesis son: crítica del poder político de la Iglesia; derecho del individuo a acogerse a aquel soberano que le brinde protección, creación del Leviatán (estado o soberano), entre otras. Se dice que esta obra es la expresión definitiva y acabada del pensamiento de Hobbes. Esta obra comentare mas adelante.

Las tres obras de texto que analizamos abordan los mismos temas. Las dos primeras que comenté anteriormente, se consideran como preámbulo de Leviatán. Sin embargo, la llamada “El Leviatán” es la mas importante y definitiva del pensamiento de Hobbes. Estas tres obras se sostienen entre sí, sin contradecirse, ya que estan vinculadas con el pacto social y la constitución del soberano.

Ahora voy a analizar en general la obra Leviatán, ya que es la misma que las dos anteriores.

En esta obra (El Leviatán) como en sus dos escritos anteriores, Hobbes nos intenta demostrar como a través de la naturaleza humana se puede organizar la sociedad. Para Hobbes, todos los hombres son iguales por naturaleza, ya que todos ellos estan constituidos por una materia animada, que les permite moverse y actuarse por si mismos por cuanto possen un mecanismo interno: el deseo. Partiendo de la definición del hombre y de sus características explica la aparición del Derecho y de los distintos tipos de gobierno que son necesarios para la convivencia en la sociedad. Considera al Estado como un acuerdo natural entre los poderosos o gobernantes y los súbditos que beneficia a ambos.

Su visión del estado de naturaleza anterior a la organización social es la guerra de todos contra todos. Los hombres son iguales por naturaleza; de la igualdad proviene la desconfianza, y de la desconfianza procede la guerra de todos contra todos.

“La vida es solitaria, pobre, embrutecida y corta. No existe noción de los justo y de lo injusto, y tampoco la de propiedad. No hay industria, ni ciencia, ni sociedad”. (TOUCHARD J., Historia de las ideas políticas. Madrid: Tecnos, 1988, pág. 260).

Con esta frase o visión pesimista, Hobbes se opone, a los teóricos del derecho natural y a todos aquellos que disciernen en el hombre una inclinación natural a la sociabilidad.

El estado de guerra que se mencionó en estas obras sobre todo en el Leviatán, genera severas incomodidades y sobre éstas Hobbes explica lo siguiente:

“En una condición así, no hay lugar para el trabajo, ya que el fruto del mismo se presenta como incierto; y, consecuentemente, no hay cultivo de la tierra; no hay navegación, y no hay uso de productos que podrían importarse por mar; no hay construcción de viviendas, ni de instrumentos para mover y transportar objetos que requieran la ayuda de una fuerza grande; no hay conocimiento en toda la faz de la tierra, no hay cómputo del tiempo; no hay artes; no hay letras; no hay sociedad. Y, lo peor de todo, hay un constante miedo y un constante peligro de perecer con muerte violenta. Y la vida del hombre es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta” (HOBBES, TH., Leviatán. O la materia, forma y poder de la República Eclesiástica y Civil, Madrid: Sarpe, 1984, pág. 107-108).

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