Caso Clínico

Caso Clínico

La información médica ya no es la única fuente de "verdad" para los pacientes. Hoy en día, internet y los medios son fuentes cada vez más importantes de información médica, esto puede crear conflictos y dilemas éticos.
Mi tío 68 años tuvo una tercera recaída de leucemia, que fue tratada sin éxito. Fue dado de alta con una salud general aceptable. Cualquier tratamiento adicional representaba un riesgo elevado y que probablemente lo privaría de su calidad vida durante el tiempo en que le quedaba. Sin embargo, después de un tiempo, al leer algunos artículos en internet acerca de su condición decidió analizar la opción de un tratamiento alternativo. La información insuficiente, conflictiva y contradictoria adquirida a través del internet lo condujo a la frustración, el sufrimiento innecesario y el gasto innecesario de recursos de atención médica, pues dichos tratamientos únicamente retrasaban el curso de la enfermedad, no proporcionaban una cura para su padecimiento.

Si bien en la actualidad existen un sin número de tratamientos alternativos, la medicina convencional no los avala, ni recomienda debido a que existen muy pocos datos científicos disponibles sobre la seguridad, la eficacia, la dosis óptima y los efectos secundarios o interacciones de estos. Muchos médicos rechazan los tratamientos alternativos porque consideran que es una "charlatanería", sin ninguna prueba que respalde esta afirmación. Esto viola el derecho del paciente a la información de todas las opciones de tratamiento posibles y alienta a los pacientes a utilizar estas terapias sin el conocimiento de su médico.

En este momento no existe un proceso regulatorio para garantizar la seguridad y eficacia de los tratamientos alternativas. La combinación de falta de información y la posibilidad de reacciones adversas pone en peligro la vida de muchos pacientes. Éticamente, estos tienen derecho a usar tratamientos alternativos como una cuestión de respeto a su autonomía, pero también tienen el deber de cuidar de su salud. Para garantizar su seguridad, los tratamientos alternativos deben evaluarse con respecto a la seguridad y eficacia para que puedan integrarse en la medicina convencional. La Secretaria de Salud tiene la responsabilidad ética de tomar la iniciativa en esta área. Para proteger el bien común, pues existe la necesidad de saber no solo lo qué los tratamientos alternativos pueden hacer por nosotros sino lo puede provocarnos.

Bibliografía

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