ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cazadores De Microbios


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  5.228 Palabras (21 Páginas)  •  242 Visitas

Página 1 de 21

CAPÍTULO II.

...LÁZARO SPALLANZANI...

Los microbios nacen de microbios.

En esa época se acostumbraba creer en la generación espontánea y los mismos animalillos de Leeuwenhoek eran objeto de controversia, era desconocido asta entonces el origen de esos seres y se creía que provenían de la generación espontánea. Spallanzani negaba la posibilidad de que existiera la generación espontánea, y leyó un libro que demostraba experimentalmente como la generación espontánea era un hecho ciertamente falso:

Spallanzani no sabía porque habían aparecido esos animalillos en el caldo calentado; porque Needham no calentó la botella todo el tiempo necesario y seguramente porque no lo tapó herméticamente.

Spallanzani demostró que los pequeños animalillos podían sobrevivir sin aire. Durante los siguientes años de su carrera se dedicó a responder a una de los interrogantes que surgieron alrededor de estos bichillos como fue ¿de dónde surgen?; para esto su Bonnet refirió sus dudas a De Saussure que hacía constar que cuando se encuentran juntos dos de estos seres, se trata de un animal adulto que se esta dividiendo en dos nuevos animalillos. Spallanzani padecía una enfermedad en la vejiga y murió en el año de 1799, dejando un legado que sentó bases firmes para el trabajo de los demás “Cazadores de microbios”.

CAPÍTULO III

....LUIS PASTEUR....

¡Los microbios son un peligro!

Pasteur nació en Arbois, Francia; en el año de 1822. Cuando tenía 25 años descubrió que existían 4 tipos de ácido tartárico y no sólo 2, y; que en la Naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales. Tiempo después, en Lila, un destilador de alcohol, Monsieur Bigo fue a visitarle para pedirle que le ayudase con unas dificultades de fermentación que este tenía.

“Fue a la destilería y olfateo las cubas que no daban alcohol, tomó muestras de la sustancia grisácea y viscosa y las puso en frascos para transportarla al laboratorio, sin olvidar recoger cierta cantidad de cantidad de pulpa de remolacha de las cubas sanas en fermentación que producían cantidades normales de alcohol. Volvió al laboratorio y examinó la sustancia procedente de las cubas sanas; y vio que estaba llena de glóbulos diminutos de color amarillento, y en cuyo interior había enjambres de curiosos puntos en continua agitación. Al observar al microscopio se dio cuenta de que esas esferas estaban agrupadas unas en racimos y otros en cadenas, y después, miró como salían yemas de sus paredes. Tomó el frasco que contenía la sustancia procedente de la cuba enferma, lo olió, lo examinó y descubrió unas motitas grises pegadas a las paredes del frasco y otras cuantas flotando en la superficie del líquido. Separó esas motitas y la examinó al microscopio y observó grandes masas móviles y enredadas de cadenas de botecillos, agitados por una vibración incesante y extraña.”

Pasteur creía que estos bastoncillos eran fermentos del ácido láctico. También se le ocurrió un medio para probar que los bastoncillos estaban vivos y transformaban el azúcar en ácido láctico: tenía que idear alguna especie de caldo transparente para observar la posible reproducción de ellos. Ideó un método para observarlo:

“Tomó levadura seca, la hirvió en agua pura y la filtró para obtener un líquido transparente, al que añadió cierta cantidad de azúcar y un poco de carbonato de cal para impedir que el líquido tomara un carácter ácido. Con la punta de una aguja muy fina pescó después una motita gris en el líquido procedente de una fermentación defectuosa, y con todo cuidado la sembró en el nuevo caldo, colocó el frasco en una estufa de cultivo y se dispuso a esperar. Al día siguiente observó como muchas motitas grises y todas ellas desprendían burbujas. Cogió el frasco hacia la luz y vio elevarse del fondo ligeras espirales. Puso al microscopio y en el líquido había millones de bastoncillos.”

Pasteur realizó raros experimentos con una duración de tres años:

“Llenó hasta la mitad varios matraces, unos con leche y otros con orina, los calentó en agua hirviendo fundiendo al soplete los cuellos para dejarlos bien cerrados. Llegó el día fijado, los abrió para demostrar que la leche y la orina se hallaban en perfecto estado de conservación y que el aire contenido en los matraces conservaba casi todo su oxígeno; no habiendo microbios, no se echaba a perder la leche, Por otra parte dejo que otros gérmenes se multiplicaran en matraces con orina que no habían sido hervidos y cuando busco en ellos el oxigeno, o encontró nada: lo habían gastado los microbios en quemar destruir las sustancias que les habían servido de alimento.”

CAPÍTULO IV.

....ROBERTO KOCH....

La lucha contra la muerte.

En los años entre 1860 y 1870, un joven Roberto Koch estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga. El carbunco era por aquel entonces una enfermedad misteriosa que mataba vacas y ovejas. Koch examinaba la sangre de las vacas muertas por carbunco, ponía gotas de la sangre negra entre dos laminas de cristal muy delgadas y perfectamente limpias; un día, al mirar por el microscopio, vio entre los diminutos verdosa unas cosas extrañas, que parecían bastoncitos cortos y poco numerosos, que flotaban agitados por un ligero temblor entre los glóbulos sanguíneos; otras veces aparecían engarzados como fibras largas, mil veces más tenues que la seda fina. Y dejó de estudiar animales enfermos y se dedicó a los que estaban perfectamente sanos donde no había un filamento, ni un bacilo, pero no sabía si estaban vivos, crecían o se multiplicaban. Infectó a los ratones de su laboratorio con la enfermedad y a la mañana siguiente regresó a su laboratorio y encontró a los animales muertos,

“Disecó al animal y le extrajo el hígado y los pulmones, registrando de paso todos los rincones. Encontró que el bazo estaba negro y muy hinchado, casi ocupaba toda la cavidad abdominal del ratón. Con un bisturí limpio y bien calentado abrió el bazo y puso sobre un cristal una gota del líquido negruzco que exudaba. Encontró los mismos microorganismos.” Koch observo como los pequeños bacilos se convertían en esporas que podían transportarse de un lugar a otro y determino como era que los animales sanos eran contagiados. Pero Koch quería descubrir un procedimiento que le permitiese obtener cultivos puros de los distintos microbios.

Koch tenía la base de que una sola especie de microbio generaba una enfermedad determinada; así que un día observo casualmente la superficie del corte de media patata donde había varias manchas de un color diferente cada uno.

Con toda precisión continuó tiñendo los tubérculos de todas las partes del cuerpo del obrero

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (32 Kb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com