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Enviado por   •  27 de Febrero de 2013  •  7.329 Palabras (30 Páginas)  •  417 Visitas

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xto litúrgico, fueron poco a poco adquiriendo vida independiente, hasta convertirse en verdaderos dramas religiosos, agrupados en torno a los dos momentos fundamentales de la vida de Cristo: el Nacimiento y la Pasión y Resurrección. Representados por sacerdotes, dentro de las iglesias, en los claustros o en los atrios, perdieron su primitivo carácter al abandonar el uso del latín, sustituyéndolo por la lengua vulgar, hacia el siglo XII.

Ello transformó el drama litúrgico de tipo eclesiástico en espectáculo religioso destinado a un ambiente popular, lo cual dio lugar a que se infiltrasen en él elementos profanos que motivaron su traslado de la iglesia a la plaza pública.

Es así como en toda Europa surge una serie de representaciones religiosas que en España recibieron el nombre de “Autos”, y en Francia los de “Milagros”, “Misterios” y “Moralidades”.

Los Milagros se referían a los realizados por la Virgen o algún santo. Los Misterios eran escenificaciones de la vida de Cristo y se agrupaban en torno a dos ciclos de asuntos, referentes a Navidad - la adoración de los pastores, el viaje de los Reyes Magos - y a la Pasión y Resurrección - la muerte de Jesús, el encuentro de las tres Marías y el ángel...-. Las Moralidades tenían a su vez, carácter alegórico (los personajes representaban la Virtud, el Vicio, la Muerte, la Fe, la Esperanza...) y a menudo ofrecían un tono satírico. Como indica su nombre, no eran específicamente religiosas.

De todo el primitivo teatro castellano, sólo ha llegado a nosotros el “Auto de los Reyes Magos”, circunstancia que ha llevado a algún historiador a poner en duda la existencia de una amplia producción dramática en Castilla antes del siglo XV.

Sin embargo, podemos afirmar la existencia en España de un género análogo a las Moralidades francesas, teniendo en cuenta diversas razones, entre otras, la presencia de unas piezas alegóricas y religiosas de los siglos XVI y XVII - Farsas y Autos sacramentales - que parecen derivar de aquéllas.

SU ESCENOGRAFIA. - Como hemos dicho, las primitivas representaciones se llevaban a cabo dentro del ámbito de los templos. La escenografía sería entonces muy rudimentaria o inexistente.

Pero al trasladarse fuera de la iglesia, fue necesario crear un escenario adecuado. Éste solía colocarse sobre un tablado montado al aire libre en la plaza pública, y aparecía dividido en varios compartimientos, superpuestos o situados uno al lado del otro, que los personajes iban recorriendo sucesivamente, como en el escenario de Valenciennes, donde se veía el Paraíso, el Limbo, el Infierno, Jerusalén, Nazareth, la “casa de los obispos”...

Los gremios y corporaciones protegían estas representaciones, contribuyendo a su esplendor escénico y tomando parte activa en las mismas.

El Auto de los Reyes Magos:

Es la única obra que poseemos del teatro religioso medieval anterior al siglo XV. La lengua del manuscrito corresponde a fines del siglo XII o a principios del XIII. Sólo se conserva un fragmento de 147 versos.

Su esquema es como sigue. Pasan sucesivamente por la escena, Gaspar, Melchor y Baltasar y cada uno declara haber visto la estrella milagrosa. Reúnense y deciden seguirla hasta hallar al Dios niño. En su camino encuentran a Herodes y le declaran el objeto de su viaje. Éste queda confuso al saberlo, y llama a los sabios judíos para que le aconsejen. El fragmento termina con la discusión de dos rabinos.

Es curioso el intento de caracterización de los personajes: el escepticismo de los Magos, la astucia y el terror de Herodes, las mentiras de los judíos...

Los magos dudan por separado de la estrella milagrosa, pero acaban reconociendo la verdad del aviso.

Las escenas están dispuestas con una cierta habilidad que presta a la pieza un movimiento dramático perfectamente logrado dentro del tosco primitivismo de su técnica.

Los versos constituyen con su polimetría, un anticipo lejano de lo que iba a ser nuestro teatro del Siglo de Oro.

Orígenes del teatro profano:

Al lado del teatro religioso, debió de existir un teatro profano. Aunque nada conservamos de él, tenemos noticias de su existencia por diversas alusiones de autores medievales. Así, Alfonso X el Sabio prohíbe a los clérigos, en “Las Partidas”, actuar como “fazedores de juegos descarnios”, por las “muchas villanías e desaposturas” que en ellos se cometen.

Estos juegos de escarnio debían de ser piezas de carácter burlesco, propias para un ambiente popular. Aunque se ha visto en ellas una derivación de la baja comedia latina, es indudable su relación con el teatro litúrgico, ya que algunas revestían el carácter de parodias religiosas y llegaban a representarse en la misma iglesia, como nos demuestra la prohibición del Rey Sabio: los clérigos no deben intervenir en ellas “nin deven estas cosas fazer en las iglesias”

Quizás haya que considerar estas piezas profanas como una ampliación e independización de los elementos cómicos nacidos en los mismos dramas litúrgicos como una concesión al auditorio popular. Los “pasos” y “entremeses” que tanto éxito lograron en el siglo XVI, proceden seguramente, a su vez, de aquel primitivo teatro de los “juegos de escarnio”.

Otras manifestaciones dramáticas:

Antes de abordar la reaparición del teatro en el siglo XV, conviene mencionar dos modalidades dramáticas que a lo largo de aquellos siglos oscuros cumplieron una función cercana el hecho teatral.

-Los espectáculos parateatrales eran festejos y representaciones populares que se celebraban para amenizar ciertas conmemoraciones religioso-profanas, como la Nochebuena, el día de los Santos Inocentes, San Juan y San Esteban, la festividad de San Antón y sobre todo el ciclo del carnaval.

Todas estas celebraciones fueron frecuentes en Centroeuropa; incluían elementos paródicos del orden socia establecido, por lo que a menudo se convirtieron en objeto de censura y prohibición. Se desarrollaban casi siempre en el curso de una gran cabalgata popular a través de calles y plazas.

-La lírica dialogada: algunos textos medieval el se encuentran a mitad de camino entre la lírica y el teatro; ofrecen una estructura dialogada en la cual dos personajes reales o alegóricos debaten sobre cuestiones sencillas, que facilitarían su escenificación ante el público. Su influencia se dejará notar en el teatro cortesano del siglo XV.

Los más importantes debates medievales fueron la Disputa del alma y el cuerpo, en el que una y otro se echan la

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