Crecimiento y Desarrollo
Enviado por maipeivillace • 3 de Septiembre de 2022 • Resumen • 3.761 Palabras (16 Páginas) • 43 Visitas
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Crecimiento y Desarrollo
Los eventos durante la vida temprana, incluyendo la nutrición, juegan un papel importante en la programación del desarrollo de una persona, su metabolismo y salud en el futuro. La importancia de la nutrición para el crecimiento y desarrollo de los niños empiezan con los alimentos ricos en proteínas, vitaminas, grasas saludables, carbohidratos y minerales, son indispensables para el crecimiento y el desarrollo físico, pero para los niños se deben llenar necesidades específicas de acuerdo con la edad.
La buena nutrición es vital para el crecimiento y el desarrollo de los niños. La alimentación de las mujeres embarazadas y los niños pequeños debe ser variada y nutritiva. Debe incluir nutrientes fundamentales, como proteínas y ácidos grasos esenciales, que ayudan al crecimiento y aportan energía; vitamina A para defender al organismo contra las enfermedades; yodo para el sano desarrollo del cerebro infantil; y hierro para preservar las funciones mentales y físicas.
Durante la infancia se establecen los hábitos alimentarios que posteriormente serán difíciles de cambiar. Con hábitos adecuados en la alimentación y en el estilo de vida, contribuimos de forma positiva en la construcción y modelado de su cuerpo y en la mejora de su salud, rendimiento físico e intelectual.
Una alimentación correcta durante la infancia es importante, porque el organismo del niño se encuentra en crecimiento y formación, razones por lo que es más vulnerable ante cualquier problema nutricional.
Una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para el estado de salud de los niños, y determinante para un correcto funcionamiento del organismo, buen crecimiento, una óptima capacidad de aprendizaje, comunicarse, pensar, socializar y adaptarse a nuevos ambientes y personas, un correcto desarrollo psicomotor y en definitiva para la prevención de factores de riesgo que influyen en la aparición de algunas enfermedades.
Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida.
Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y duraderos. Pueden impedir el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo.
Como consecuencias de una sobrealimentación o alimentación inadecuada, nuestros hijos pueden enfermedades crónicas desde muy temprana edad.
Por esto es por lo que con una dieta balanceada y con patrones saludables de alimentación podemos prevenir las enfermedades crónicas mencionadas y promover el desarrollo cognitivo del niño
Un niño con buena alimentación tiene menos posibilidades de sufrir: trastornos nutricionales, anemia, sobrepeso, obesidad, caries dental y problemas de aprendizaje escolar, contribuyendo a contribuye a la prevención de ciertas patologías en la edad adulta como son las enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Es importante mencionar que el peso no debe ser considerado como el único indicador de que el niño está teniendo una alimentación saludable. Existe la posibilidad de que el niño se encuentre en un peso normal para su estatura y edad, pero que este no consuma algún grupo de alimentos que sea necesario para su adecuado desarrollo. Por ende, no existe un balance en la alimentación, y en un futuro puede traer consecuencias.
La clave para que nuestros hijos tengan buenos hábitos, es que entiendan la importancia de una alimentación saludable por medio de actividades divertidas, para que así los niños estén motivados a consumir de todos los grupos de alimentos.
Existe fuerte evidencia que sugiere que cuanto más temprano empiece el niño a beneficiarse de programas de nutrición, mejor será su desarrollo conductual.
Una alimentación saludable le brinda al organismo una gran variedad de alimentos en cantidades suficientes para un adecuado crecimiento, desarrollo, y mantenimiento. Para que esta alimentación sea completa se deben consumir todos los grupos de los alimentos incluyendo carbohidratos, frutas y vegetales, proteínas, lácteos, grasas y azúcares. La clave es encontrar un balance en el consumo de cada grupo de nutrientes.
Los niños se encuentran en un periodo de crecimiento importante por lo cual su cuerpo tiene necesidades muy elevadas de energía y nutrientes. Cada grupo de alimentos tiene funciones específicas y esenciales, por esto es importante fomentar que nuestros hijos mantengan una alimentación variada.
Una alimentación variada y saludable, siempre va de la mano de la actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños realicen 1 hora diaria de algún tipo de actividad recreativa ya sea andar en bicicleta, jugar en el parque, patinar, natación, baile o fútbol. Evite el sedentarismo en sus hijos y motívelos a que realicen deporte de forma divertida en lugar de pasar frente alguna pantalla toda la tarde
Desnutrición y anemia
Los niños que sufren de desnutrición o anemia, y los que se enferman con frecuencia, son más temerosos que los niños saludables. Además, muestran menos interés en jugar, explorar e interactuar con los demás. Estos niños requieren estímulo, atención y cuidados especiales para comer, jugar e interactuar con otras personas y, así́, recuperar la salud. Actualmente la desnutrición infantil es uno de los mayores problemas de salud pública que, a pesar de su lenta disminución, es la causante de las altas tasas de morbilidad y mortalidad infantil. La desnutrición se acentúa en los grupos sociales más vulnerable y excluidos, como es la zona rural y de pobreza extrema, la edad temprana, el bajo nivel educativo de las madres y familias de menores ingresos económicos. Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, casi 6,2 millones de niños latinoamericanos menores de cinco años tienen desnutrición crónica. Esta situación nutricional es causada por diversos factores cuyas consecuencias son graves básicamente si se produce en los primeros años. De allí que la adecuada nutrición desde la etapa fetal hasta los primeros años es fundamental para el crecimiento y desarrollo en condiciones normales.
De igual manera, la anemia es una enfermedad que se presenta cuando la hemoglobina en la sangre ha disminuido en comparación con los valores normales para individuos de la misma edad, género y altitud. La intensidad de los síntomas de la anemia depende de dos factores: el tiempo de instalación de la anemia y la gravedad de esta, siendo los más vulnerables los niños menores de 2 años porque no consumen alimentos ricos en hierro (y micronutrientes), especialmente sangrecita, pescado, hígado, huevo y lentejitas.
Los niños y mujeres embarazadas son los más susceptibles y necesitan más aportes de hierro, su aporte diario debe ser de 7mg a 19 mg de hierro al día de acuerdo con el sexo y edad.
Por lo que es necesario crear estrategias de intervención conjunta entre la comunidad, la Universidad y los servicios de salud para tener niños sanos sin anemia y desnutrición.
La malnutrición se produce cuando el organismo no obtiene la cantidad apropiada de energía (calorías), proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y demás nutrientes que los órganos y los tejidos necesitan para mantenerse sanos y funcionar correctamente. La desnutrición y la sobre nutrición son formas de malnutrición. En la mayor parte del mundo, la malnutrición se manifiesta en forma de desnutrición. Las principales causas de la desnutrición, especialmente entre los niños y las mujeres, son la pobreza, la falta de alimentos, las enfermedades repetidas, las malas prácticas alimentarias, la falta de cuidados y la higiene deficiente.
La desnutrición eleva el riesgo de malnutrición. Este riesgo es mayor durante los primeros dos años de vida y se incrementa cuando la diarrea y otras enfermedades agotan las existencias de proteínas, minerales y otros nutrientes que el organismo requiere para mantenerse saludable.
Cuando la familia carece de suficientes alimentos y sus condiciones de vida favorecen la diarrea y otras enfermedades, los niños son los más vulnerables a la malnutrición. Y cuando los niños se enferman, pierden energía y nutrientes con rapidez. Esta situación hace que corran el riesgo de morir más rápidamente que los adultos.
Más de un tercio de las muertes que ocurren todos los años a nivel mundial se atribuyen a la malnutrición, concretamente, a la desnutrición, que debilita la resistencia del organismo a las enfermedades. Si una mujer embarazada está malnutrida, o si su hijo presenta malnutrición durante los primeros dos años de vida, el crecimiento y el desarrollo físico y mental del niño se retrasarán. Esta situación es irreversible; de hecho, afecta al niño durante el resto de su vida.
Existen cuatro tipos principales de desnutrición: emaciación, retraso del crecimiento, insuficiencia ponderal, y carencias de vitaminas y minerales.
Por causa de la desnutrición, los niños, en particular, son mucho más vulnerables ante la enfermedad y la muerte.
La insuficiencia de peso respecto de la talla se denomina emaciación. Suele indicar una pérdida de peso reciente y grave, debida a que la persona no ha comido lo suficiente y/o a que tiene una enfermedad infecciosa, como la diarrea, que le ha provocado la pérdida de peso. Un niño pequeño que presente una emaciación moderada o grave tiene un riesgo más alto de morir, pero es posible proporcionarle tratamiento.
La talla insuficiente respecto de la edad se denomina retraso del crecimiento. Es consecuencia de una desnutrición crónica o recurrente, por regla general asociada a unas condiciones socioeconómicas deficientes, una nutrición y una salud de la madre deficientes, a la recurrencia de enfermedades y/o a una alimentación o unos cuidados no apropiados para el lactante y el niño pequeño. El retraso del crecimiento impide que los niños desarrollen plenamente su potencial físico y cognitivo.
Las ingestas inadecuadas de vitaminas y minerales (los denominados micronutrientes) se pueden reunir en un mismo grupo. El organismo necesita micronutrientes para producir enzimas, hormonas y otras sustancias esenciales para un crecimiento y desarrollo adecuado.
El sobrepeso y la obesidad
Una persona tiene sobrepeso o es obesa cuando pesa más de lo que corresponde a su altura. Una acumulación anormal o excesiva de grasa puede afectar a la salud.
El índice de masa corporal (IMC) es una relación entre el peso y la altura que se utiliza habitualmente para determinar el sobrepeso y la obesidad en adultos. Se define como el peso de una persona en kilogramos divididos por el cuadrado de la altura en metros (kg/m²). En los adultos, el sobrepeso se define por un IMC igual o superior a 25, y la obesidad por un IMC igual o superior a 30.
El sobrepeso y la obesidad pueden ser consecuencia de un desequilibrio entre las calorías consumidas (demasiadas) y las calorías gastadas (insuficientes). A escala mundial, las personas cada vez consumen alimentos y bebidas más calóricos (con alto contenido en azúcares y grasas), y tienen una actividad física más reducida. También son factores de riesgo claves para el desarrollo de muchas enfermedades crónicas y otros problemas de salud, destacando la diabetes, la hipertensión, aumento de colesterol, las enfermedades cerebro y cardiovasculares, la artrosis, enfermedades digestivas como la hernia de hiato, el reflujo y afecciones en el hígado, enfermedades endocrinas como el ovario poliquístico y la infertilidad , los embarazos de alto riesgo, problemas psicológicos graves, y muchos tipos de cáncer como el de colon, mama, endometrio, etc.
Todas estas enfermedades son las que en la actualidad tienen un mayor impacto sobre la salud y la esperanza de vida de la población y sobre el gasto sanitario.
Es esencial para la salud realizar una alimentación equilibrada y variada, que no aporte más calorías que las que gastamos y lleve la cantidad necesaria de fibra, vitaminas y minerales y otros micronutrientes.
La alimentación equilibrada no sólo te protege contra el exceso de peso; también es muy importante para prevenir la arterioesclerosis, el cáncer y mantener la salud, tanto física como psicológica.
Es muy importante aprender a comer de una manera saludable, ser menos sedentario, mantener una vida físicamente activa, controlar el estrés y dormir las horas suficientes.
La sobrenutrición se manifiesta en sobrepeso y obesidad, conduce a la acumulación anormal de grasa en el cuerpo, de forma leve, en el sobrepeso y, de forma extrema, en la obesidad. Tanto en un caso como en otro, hay un desequilibrio entre la cantidad de energía aportada en forma de calorías, y la cantidad de energía gastada en los procesos corporales y vitales.
Aunque una persona con sobrepeso puede estar aparentemente sana, de la distribución de su grasa corporal dependerá su estado de salud real, es decir, no es lo mismo que grasa se esté acumulando en los órganos y tejidos internos, que en la superficie. Siendo mucho más problemático el primer caso, que el segundo.
No obstante, sea cual sea, el lugar de la grasa acumulada es el paso previo de la obesidad. Puede provocar diabetes en la infancia, y enfermedades cardiovasculares y otros problemas graves de salud en la edad adulta.
Desde el punto de vista médico, el exceso de peso siempre ha sido un problema, porque es el origen de innumerables problemas de salud.
Hasta que la sobrenutrición no se ha convertido en un problema de dimensiones enormes para la sociedad, hasta el punto de que supone un «imposible» para muchos países, afrontar las consecuencias económicas de las enfermedades y discapacidades derivadas de la misma, no se ha abordado desde un punto de vista multidisciplinario, como una problemática social, derivada de los estilos de vida del progreso: actitud sedentaria, alimentación insalubre, desconocimiento, etc.
Independientemente de la obligatoriedad de los estados de ayudar a las personas a manejar su peso, dando recomendaciones generales sobre la forma de evitar la sobrenutrición. Nosotros, de forma individual, podemos hacer seguir las recomendaciones de la OMS:
– Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares.
– Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
– Realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos
°Los niños muchas veces consumen grandes cantidades de alimentos altos en energía, pero pobres en otros nutrientes fundamentales; por ejemplo, bebidas azucaradas o alimentos fritos y ricos en almidón. En estos casos, es imperioso mejorar la calidad de la alimentación del niño y motivarlo a hacer más ejercicio y actividad física.
Es de gran importancia el aporte nutricional.
Las diferentes clases de vitaminas, minerales e hidratos de carbono nunca deben faltar en tu dieta. Las frutas y hortalizas son alimentos que aportan energía y vitalidad por su alto contenido en agua, multitud de vitaminas y sales minerales. Estos nutrientes influyen de manera esencial en nuestro estado de ánimo. De modo que, si la dieta es deficiente en alguno de estos nutrientes, influirá de manera negativa en nuestro organismo y nos sentiremos débiles.
Los hidratos de carbono aportan grandes dosis de vitalidad a nuestro cuerpo. Por ello, es aconsejable incluir alimentos ricos en estos nutrientes, sobre todo en el desayuno y la comida. No obstante, si no resulta suficiente con el consumo de alimentos que aportan vitalidad y sigues necesitando un aporte extra de energía, consulta con un especialista para tomar algún suplemento multivitamínico.
Lo más beneficioso para tu sistema digestivo será distribuir las ingestas de alimentos en cinco tomas para que el organismo nunca sienta la falta de nutrientes ni experimentes sensación de hambre o fatiga.
El desayuno es la comida más importante del día, el desayuno completo y equilibrado debe estar compuesto por una pieza de fruta entera y alimentos que aportan energía, es decir, hidratos de carbono como pan o cereales. No obstante, si eliges las versiones integrales de estos alimentos enriquecerás tu dieta con fibra y vitamina B1. Esta vitamina está relacionada con el funcionamiento de las neuronas.
Los alimentos que aportan energía son tan importantes para nosotros que la deficiencia de esta vitamina, por ejemplo, está relacionado con síntomas de irritabilidad, estados de desánimo, cansancio y depresión. Si tienes poco tiempo y necesitas un aporte extra de energía, puedes recurrir a la compota en lugar de tomar una sola pieza de fruta. Así, podrás disfrutar del beneficio de comer varias frutas a la vez.
Con un desayuno completo, tu organismo recibe una buena dosis de hidratos de carbono, vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Estos nutrientes también están presentes de manera significativa en verduras y hortalizas, por lo que puedes optar por zumos a base de hortalizas.
A la hora de la comida, nuestro organismo necesita una buena dosis de hidratos de carbono complejos que le aportarán energía para el resto del día. En nuestro menú debe estar presente la pasta, el arroz, legumbres, patatas o pan. Por otra parte, también necesita vitaminas para que se puedan aprovechar al máximo los hidratos de carbono. Por ello, debes incluir verduras y hortalizas para completar la comida.
Con todos estos alimentos que dan energía, no te faltará vitalidad en todo el día. En cuanto al postre, podrás tomar una fruta entera, un zumo natural, una compota de frutas, una macedonia o un batido de frutas y vegetales. Para terminar, puedes preparar una infusión para mejorar la digestión.
Para tener fuerza y vitalidad durante todo el día, es fundamental que por la noche tengas un sueño reparador. Uno de los factores que actúan sobre el sueño es el tipo de alimentos que tomemos antes de irnos a dormir, por lo que una cena ligera dos horas antes de ir a la cama ayuda a conciliar el sueño. Una ensalada completa que incluya vegetales, queso fresco y huevos es ideal.
También puedes añadirle hortalizas que por lo general tomarías como primer plato y caliente. De este modo, disfrutarás de una ensalada templada rica en vitaminas y minerales.
El puré de verduras es otra alternativa para nutrir mejor nuestro sistema nervioso. Debes acostumbrarte a acompañar platos como la tortilla, los revueltos, el pescado…, con vegetales. También puedes tomar una infusión relajante para ayudarte a conciliar el sueño y facilitar la digestión.
Anorexia
Un retraso en el crecimiento puede presentarse en las niñas y jóvenes que padecen de anorexia nerviosa.
Es un trastorno alimentario que causa que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura.
Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.
Causas
No se conocen las causas exactas de la anorexia. Muchos factores probablemente estén involucrados. Los genes y las hormonas pueden jugar un papel. Las actitudes sociales que promueven tipos de cuerpos muy delgados también pueden contribuir.
Los factores de riesgo para la anorexia:
Estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura
Tener un trastorno de ansiedad en la niñez
Tener una imagen negativa de sí mismo
Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia
Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza
Tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas
La anorexia a menudo comienza durante los años anteriores a la adolescencia o la adolescencia, o a principios de la edad adulta y es más común en mujeres, aunque también se puede ver en hombres.
El tratamiento para la anorexia suele llevarse a cabo mediante un abordaje en equipo, que incluye médicos, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la alimentación. La terapia permanente y la educación sobre nutrición son muy importantes para la recuperación continua.
Hospitalización y otros programas
Si tu vida corre peligro inminente, tal vez necesites tratamiento en la sala de emergencias de un hospital en caso de que tengas alteraciones del ritmo cardíaco, deshidratación, desequilibrios de electrólitos o una emergencia psiquiátrica. Puede que deban hospitalizarte en el caso de complicaciones médicas, problemas psiquiátricos o desnutrición grave, o si el rechazo a comer es continuo.
Algunas clínicas se especializan en el tratamiento de personas con trastornos de la alimentación. Pueden ofrecer programas residenciales o diurnos en lugar de la hospitalización completa. Los programas especializados contra los trastornos de la alimentación tal vez ofrezcan tratamientos más intensivos que duren más tiempo.
Atención médica
Debido a la gran cantidad de complicaciones que causa la anorexia, tal vez necesites controlar con frecuencia los signos vitales, el nivel de hidratación y electrolitos, además de otras afecciones físicas relacionadas. En los casos graves, es posible que las personas con anorexia primero necesiten recibir alimentación a través de un tubo que se coloca en la nariz y va hasta el estómago (sonda nasogástrica).
Por lo general, un médico de atención primaria o un profesional de la salud mental coordinan la atención médica junto con otros profesionales.
Cómo volver a un peso saludable
El primer objetivo del tratamiento es que vuelvas a tener un peso saludable. No puedes recuperarte de la anorexia sin volver a un peso saludable y aprender a alimentarte correctamente.
Los profesionales involucrados en este proceso pueden incluir esto:
El médico de atención primaria, que puede brindar atención médica y supervisar tus necesidades de calorías y aumento de peso
Un psicólogo u otro profesional de salud mental, que puede trabajar contigo para desarrollar estrategias de comportamiento que te ayuden a volver a un peso saludable
Un dietista, que puede guiarte para volver a los hábitos regulares de alimentación, lo que incluye planes de comidas específicos y aportes calóricos que te ayuden a alcanzar tus objetivos de peso
Tu familia, que probablemente también participe para ayudarte a mantener hábitos alimentarios normales
Alimentos que aportan energía
Dátiles: contienen azúcares naturales con un bajo índice glucémico que ayudan a combatir el cansancio y la fatiga.
Chocolate negro: es uno de los alimentos que dan energía más deliciosos, además de tener carbohidratos y antioxidantes que ayudan a controlar la presión sanguínea
Aguacate: contiene potasio, un nutriente que ayuda a mantener el buen funcionamiento de las células. Además, ayuda a almacenar mejor los nutrientes obtenidos de otros alimentos.
Plátano: contiene una gran dosis de potasio que ayuda a regular el balance de agua, fortalecer los músculos y mejorar el funcionamiento del organismo. De hecho, el cansancio se relaciona con los niveles bajos de potasio.
Avena: este alimento da energía de forma instantánea, por lo que es perfecto para el desayuno. Es una fuente de fibra y carbohidratos, sobre todo lecitina, convirtiéndolo en un alimento de digestión lenta.
Espinacas: contienen carotenoides y betacarotenos que mejoran la digestión y el funcionamiento de los músculos.
Frutos secos: dentro de los alimentos que aportan energía, son los más energéticos gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales. Sus efectos son instantáneos gracias a la fibra y las proteínas
Huevo: son los reyes de las proteínas, encargadas del buen funcionamiento de los músculos. Por ello, se recomienda consumirlos antes o después de realizar algún esfuerzo físico.
REFERENCIAS
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