Criminalidad De Los Menores
Enviado por cesarnitro • 12 de Mayo de 2015 • 2.714 Palabras (11 Páginas) • 260 Visitas
El derecho Familiar Penal – Las Infracciones y Menores Infractores
El comportamiento problemático de los adolescentes es motivo de preocupación para las instituciones dedicadas a la educación, a la salud mental y a la impartición de justicia, en cualquier país, pretendiéndose desarrollar estrategias de intervención con el propósito de reducir tales comportamientos o al menos para promover conductas alternativas adecuadas.
EL PROBLEMA.
La delincuencia juvenil es un problema con diferentes facetas. Se trata de un problema social, en cuanto que representa un fracaso de la sociedad en la educación de sus nuevos miembros, además de constituir un riesgo que atenta contra el estado de derecho, el respeto de las instituciones, las reglas para la convivencia pacífica y la seguridad de los ciudadanos. Es un problema económico, cuando los comportamientos delictivos atentan contra el patrimonio y la propiedad privada o cuando promueven una economía basada en negocios ilícitos como el narcotráfico, el secuestro, el robo de autopartes, la piratería, el fraude y el chantaje.
Es también un problema político que se constituye en un reto para las autoridades, quienes tienen que desarrollar estrategias para prevenirlo y para tratarlo. Deben presupuestar los gastos de estos esfuerzos, capacitar personal y mantener instituciones judiciales y de custodia.
Los comportamientos delictivos mas frecuentes en los jóvenes se relacionan con ofensas sexuales, el robo y los asaltos, así como infracciones vinculadas con la posesión, el consumo y el tráfico de drogas. Es mas frecuente observar estos comportamientos en varones de clase media-baja, con baja escolaridad. Normalmente provienen de hogares desintegrados o donde uno o ambos padres manifiestan también conductas antisociales. Muchas veces provienen de barrios característicos, donde proliferan las pandillas.
LAS CAUSAS.
Se han planteado causas hereditarias para la conducta sociopática, estudios como los de Lange (1929) y Krans (1936) compararon los niveles de concordancia en la criminalidad entre gemelos idénticos y fraternos, demostrando que la correlación era mucho mas alta entre los primeros, respaldando así la teoría de que pueden intervenir factores genéticos. Sin embargo, también es posible que estos gemelos recibieran durante su infancia un trato similar, que mas bien nos llevaría a ponderar la importancia de los factores ambientales.
También se ha divulgado el hecho de que en varones que cometieron crímenes particularmente violentos se haya encontrado un cromosoma masculino adicional (XYY) que, sin duda, es una aberración genética.
Se ha planteado la existencia del síndrome sociopático que es la incapacidad de los sociópatas para aprender en base a la experiencia. En lo particular, no parecen sentir la necesidad de evitar las consecuencias de su conducta antisocial. Los sociópatas suelen describirse como personas que no pueden responder emocionalmente al afrontar situaciones familiares o nuevas juzgadas como angustiantes o desagradables por la mayoría de la gente.
La atmósfera familiar de los jóvenes delincuentes también se argumenta que es un factor responsable de su conducta inapropiada, por ejemplo una relación conflictiva entre los padres, la crueldad, el castigo, etc, genera muchas veces alteraciones emocionales que conducen a la comisión de actos delincuenciales. En el desarrollo humano, el niño tiene a imitar a sus padres, por ejemplo si el padre es frio y distante del niño el pequeño se vuelve frío y distante en sus propias relaciones. En segundo lugar, cuando los padres son inconsistentes en su entrega de recompensas y castigos, lo que hace difícil para el niño aprender a definir el rol modelado, teniendo como resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo de sí mismo.
Eventos negativos en la vida, sentirse hastiado, relaciones negativas con los adultos, peleas entre los padres, se asocian significativamente con la delincuencia. Es mas probable que los estresores lleven al crimen cuando estos se perciben como (a) injustos, (b) intensos, (c) asociados con poco control social o (d) como incentivos para formas criminales de enfrentarlos.
La conducta delictiva se facilita si uno se expone a modelos o ejemplos de ella (en los medios), si se premia el crimen (en las sub-culturas o pandillas) o si se generan pseudo-valores (como el "machismo"). Esta teoría de la tensión emocional señala como factores de riesgo para la conducta delictiva: (1) el rechazo de los padres, (2) la supervisión y la disciplina estricta, (3) el haber recibido abuso por parte de otros, (4) las experiencias negativas en la escuela, malas calificaciones, problemas con los maestros y el ver la escuela como aburrida o inútil, (5) el sub-empleo. (6) el hogar desintegrado o la falta de hogar, (7) el abuso de parte de compañeros o "amigos", (8) el haber sido víctima de un crimen, (9) las experiencias de discriminación por causas raciales, religiosas u otras.
Los niños antisociales usualmente son detectados en la escuela y son rechazados por el grupo de compañeros normales. Entonces, estos buscan un grupo de amigos que sean igualmente problemáticos o desviados. Este proceso se continúa durante la adolescencia, donde el individuo antisocial cuidadosamente selecciona tanto amigos como pareja romántica, que igualen (y refuercen) su comportamiento desviado. Compañeros desviados modelan y refuerzan formas cubiertas de conducta antisocial (como el uso de sustancias, el robo, hacer trampa o mentir, defraudar y comprometerse en conducta sexual de alto riesgo).
LA PREVENCIÓN.
Niños y jóvenes aprenden a ser delincuentes en tres escenarios frecuentes: el hogar, la escuela y el grupo de amigos. Evitar el efecto de los factores causales de este problema en estos ambientes, sin duda es de principal importancia.
Existen modalidades de intervención preventiva que lamentablemente en el Perú es incipiente y se enfocan en fortalecer factores protectivos en la población, con objeto de ayudar a jóvenes de bajo riesgo, de influencias desviadas que puedan llevarlos a la conducta antisocial. Como ejemplos de intervenciones diseñadas para alcanzar una prevención universal están los mensajes en los medios sobre salud pública, políticas de disciplina en todas las escuelas, currículo de clases que enseñan solución de conflictos, manejo de la ira, asertividad y habilidades de auto-control.
La prevención también debe llevarse a cabo en las escuelas. Los maestros saben que los problemas de conducta pueden impedir el buen funcionamiento de sus alumnos. Diversos casos de estudiantes que no progresan en el salón y se comportan agresivos, violentos o caprichosos por demandarles que hagan su trabajo, ejemplifican esta necesidad.
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