Cuello y torax.
Enviado por Pablo Espinosa • 1 de Octubre de 2016 • Resumen • 2.771 Palabras (12 Páginas) • 424 Visitas
Cuello
El relieve de la laringe en la piel, en forma de proa, en el hombre adulto se conoce como «bocado o nuez de Adán». Destaca más en los hiperviriles delgados.
Bocio
Es el aumento del tamaño del tiroides. Si éste es pequeño y difuso, otorga al cuello una forma redondeada por desaparición del relieve esternocleidomastoideo y de los canales pretraqueales (cuello tiroideo); los muy grandes motivan una deformación antiestética muy llamativa.
La palpación de la tumoración tiroidea precisa sus características, como consistencia (blanda, elástica o dura; uniforme o irregular); movilidad (si se mueve y en qué sentido, si está adherida a las estructuras vecinas; si sigue los movimientos de la laringe durante la deglución), sensibilidad, etc.:
- Bocio baserdowiano y simple eutiroideo. Son elásticos y blandos al tacto, con la diferencia de la posible hiperestesia de la piel (signo de Lian), dermografismo (signo de Marañón) y apreciables por palpación, índice de su gran vascularización, en el primero.
- Bocio nodular. Se caracteriza, como indica su nombre, por la existencia de uno o varios nodulos. Cuando son grandes, suelen estar encapsulados. Los nódulos corresponden, en realidad, a zonas de tejido tiroideo afectas por el proceso de hiperplasia (involución).
- Bocio infra:onírico o retroventa! (a causa de su situación profunda a la entrada del tórax). Dificulta la circulación venosa de retomo, lo cual se traduce por la ingurgitación más o menos acentuada de las venas yugulares. Esta permanente dificultad aumenta si hacemos que el enfermo eche la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que eleva ambos brazos; con esta maniobra, se produce un estrechamiento del orificio superior del tórax, en el que se encuentra atravesada la masa de bocio, con lo que aumentan los signos de compresión, la cara se congestiona, las venas del cuello se ingurgitan, la respiración se dificulta, y la voz y la tos se vuelven roncas y opacas. En los individuos jóvenes, puede lograrse el mismo efecto con la simple compresión del mango es. temal. El valor de esta maniobra estriba en que falta de manera constante en los demás tumores mediastínicos.
- Timidnis agudas y supuradas (inflamación de una glándula tiroides hasta entonces intacta) y es:rus:Mis si:Lapida (inflamación de una glándula previamente agrandada y bociosa). Motivan una tumefacción glandular más o menos densa pero siempre dolorosa al tacto y espontáneamente ha. cia nuca y oídos.
- Cáncer y rirordiris o estrumitis crónica fibrosa Motivan una hipertrofia progresiva y asimétrica de la glándula. Ambas (sobre todo en la última) adquieren gran dureza y adhieren a las estructuras vecinas. En la estrumitis crónica fibrosa, no se infartan los ganglios cervicales, cosa que sucede precozmente en el cáncer; con notable frecuencia, la metástasis ganglionar es mayor que la lesión tiroidea inicial.
Tórax
Al explorar el tórax en busca de signos que pueden orientarnos hacia un proceso endocnno, nos fijaremos, en primer lugar, en su configura-ción externa, así corno en el tamaño y asperto de las mansas. Atenderemos, en particular, al apara-to respiratorio y al corazón. Recordemos que la glándula Moldes es el úni en órgano endocrino que puede situarse en el in-terior del tórax. En ocasiones, el bocio intratorá-rico (tiroides hipertrofie° descendido) propende a comprimir precozmente la vena yugular inter-na, provocando dilatación de las venas superfi-ciales del cuello, que se hace raís manifiesta al elevar los brazos (signo de Maratón). En el cáncer del hioides, existen adencipatías cervicales a veces tan voluminosas como pisco ces. En la acromegalia, llama la atención el gran desarrollo torácico con cifosis cervicodorsal, cla-vículas robustas y esternón prominente. Al considerar las mamas, debe diferenciarse la seudoginecomastia (lipuusastia) resultado riel acumulo de grasa en un varón obeso, Feminoide, o ambos, de la ginecomastia verdadera desarro-llada en todos sus elementos. El aumento uni o bilateral de su tamaño son posibles en la puber-tad, acromegalia e hipogonadismo masculino pospuberal sin alcanzar, en tales casos, un tama-ño excesivo. La hipertrofia mamaria es posible en mujeres normales (a veces con carácter familiar) y su au-mento (macromastia) puede obedecer a factores genéticos. La galactorrea (secreción mamaria no fisioló-gica) se observa en el tumor hipofisario secretor de prolactina (prolactinoma), en la acromegalia, en el hipotiroidismo y tras la ingesta de múltiples fármacos (metoclopramida, ansiolíticos, fenotia-cinas y derivados, anovulatorios, etc.); y la aga-lactia, en el síndrome de Sheehan (trastornos hi-potálamo-adenohipofisarios). La exploración de los bronquios y pulmones puede revelar lesiones tuberculosas, sifilíticas, micóticas (histoplasmosis, torulosis), etc. El corazón y el aparato circulatorio en conjun-to se dejan influir por las alteraciones del funcio-namiento de las glándulas de secreción interna, pero éstas, como auténtico motivo de cardiopa-tía, no tienen gran importancia en clínica si se ex-ceptúa el hipertiroidismo. En la cardiopatía hipertiroidea, objetivamente el síntoma dominante es la taquicardia que casi siempre excede las 100 sístoles/mili, éstas pue-den ser de erigen sinusal o por taquiarritmía se-cundaria a fibrilación auricular. El ECG aclara este punto. Son frecuentes altos voltajes de 1', gran alteración de T y depresión de ST. También se pueden registrar extrasistules de diversos olí gen. 11 pulso es saltón, habiendo una gran pre-sión diferencial por aumentó de la eletóltea y des-censo de la diastólica_ Loe síntomas subjetivos más frecuentes son paipÍtarinrIPS, prernrdialgias y disnea. Si el cuadro persiste, aparecen compli-caciones como la fibrilación auricular, dilatación cardíaca y fallo miucárdicu irreversible. En la cardiopatía hipotiroidea, salvo la disnea y algunas veces dolores anginosos, puede ser ig-norada por el paciente. El pulso es normal o len ta, crin presión diferencial pequeña por disminu-ción de la sistólira El E( ;(.: evidencia pequeño voltaje de QRS y la "1 isoeléctrica o invertida. kh la radiografía del tórax, aparece agr•-a-Lni,-ntn cardiaco global (a menudo existe derrame peri cárdico) con pedículo vascular anclo. Foca ron plirud de los movimientos sistólicas de los bus des cardíacos. En la cardiopatía addisoniann, hay rnra7ñn pequeño con anomalías electrocardiográficas de disminución del voltaje, prolongación del PR y QT y alteraciones de la repolarización. Taquicar-dia. Hipotensión (en individuos previamente normotensos, es habitual encontrar las sistólicas de 80 mm Hg e incluso inferiores) con reducción de la diferencial. Tendencia al ortostatismo. En el síndrome de Conn (hiperaldosteronismo primario) y en el síndrome de Cushing (hipercor-ticismo glucocorticoide) existen hipertensión sis-todiastólica con hipertrofia cardíaca. En el feocromocitoma (hiperfunción medulo-suprarrenal) existe hipertensión arterial. Se seña-lan dos formas, la persistente (suele superar los 170-110 mm Hg) y la paroxística provocada por descargas súbitas de catecolaminas. El ascenso tensional se acompaña de cefalalgia, opresión precordial, sudación, ansiedad, temblor, dolores abdominales y palidez. Suelen durar 10-15 mM y repetir con frecuencia de intensidad variable. En el panhipopituitarismo, el pulso es lento y poco lleno, los tonos cardíacos apagados y el co-razón se advierte pequeño a los rayos X. En la acromegalia, existe un gran aumento de tamaño de las vísceras incluyendo el corazón, no existen anomalías tensionales ni electrocardio-gráficas. En el hipoparatiroidismo, la hipocalcemia ex-plica la prolongación del espacio QT (sístole eléc trica) y el aplanamiento de la onda T; en el ata-que grave, la fase inicial del complejo ventricular (QRS) es baja y la onda T, muy elevada. En el hiperparatiroidismo primario, los signos cardiovasculares consisten en palpitaciones y eretismo con acortamiento del intervalo QT.
...