Duelo Perinatal

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4. Golombok S, Brewaeys A, Cook R, et al. The European study of assisted reproduction families: family functioning and child development. Hum Reprod 1996; 11: 2324–31.
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El término “duelo” fue seleccionado para esta revisión más que “dolor” o “luto”, porque este último tiene una connotación más limitada. “Duelo” es más general e incluye

los tres aspectos del proceso de adaptación a la pérdida de un ser querido - biológica, psicológica y social. Además, etimológicamente “duelo” significa revuelta, lo que implica ira. Es la emoción más fuerte, dolorosa y difícil de manejar por las personas que están de luto y por los profesionales de la salud. La palabra duelo comparte su etimología con la palabra italiana luto. En francés, la palabra deuil tiene dos raíces: duelo y dolor. Ello incluye los dos aspectos principales del duelo que son la ira y el dolor, lo que puede complicar de manera importante este proceso.

El duelo perinatal es una realidad dolorosa alrededor de la cual hay una conspiración de silencio que ha aumentado desde que los nacimientos se han trasladado de un medio natural como es el hogar a la sala de maternidad de un hospital. Antes, los ritos del duelo ayudaban a las mujeres y a las familias que estaban de luto, como ocurre todavía en algunas sociedades tradicionales. Aunque estos rituales son muy diferentes de una sociedad a otra, tienen la misma función en todas partes, apoyar a la persona que está de luto a adaptarse a su pérdida. Los ritos acercan a las personas involucradas y las ayudan a significar su pérdida. En los países desarrollados, los rituales tradicionales han perdido mucho de su importancia. Algunas prácticas se crearon principalmente alrededor de los mortinatos: ocultación del bebé muerto, sedación profunda y aislamiento de la madre, no se expide acta de nacimiento, no se le da un nombre, no se le hace un funeral.

Esas rutinas no tienen ninguna base científica; por el contrario, aumentan el dolor de los padres y pueden fomentar la negación, que junto con la ira es una de las complicaciones más graves del proceso del duelo.

Los adelantos en la obstetricia y la perinatología pueden hacernos creer que las muertes perinatales son una rareza. La tasa de mortalidad perinatal se ha reducido a aproximadamente 1% en los países desarrollados. La definición convencional considera únicamente las muertes neonatales tempranas y fetales tardías e ignora el hecho de que 10 a 15% de los embarazos terminan en abortos, algunos embarazos extrauterinos y, en un cada vez mayor número de países, en aborto provocados (10 a 15%), y en terminaciones del embarazo generalmente por malformaciones fetales (cerca de 1%). Estos números son todavía mayores en los embarazos múltiples. La definición también pasa por alto el hecho de que después de la fertilización in vitro, aproximadamente 75% de los embriones transferidos no terminan en un embarazo clínico, que el número de embriones que se desarrollan es menor que los embriones transferidos o que a la inversa, su número puede ser muy alto y puede requerir una reducción embrionaria. En general, 20 a 25% de los embarazos terminan en muerte perinatal

(cuadro I).

Como se muestra en el cuadro I, la “pérdida perinatal” es cualquier pérdida después de que se confirma el embarazo. Cuando se diagnostica el embarazo, el sueño de tener un hijo se convierte en realidad y comienza el proceso de que una persona se convierta en madre, la trasformación de la identidad de la mujer a la de madre y la del hombre a padre. La pérdida perinatal es distinta de la muerte de un ser querido con quien se compartieron emociones y recuerdos. Esta es una muerte irreal, un deseo no cumplido, la muerte de lo que pudo haber sido, la pérdida de los sueños que empiezan al saber que se está embarazada.

Reacciones al duelo y manifestaciones patológicas

Freud escribió en 1917 que el “duelo es una reacción extraordinariamente dolorosa que necesita trabajo psicológico intensivo cuya función es separar de la muerte las memorias y esperanzas del sobreviviente”. Bowlby propuso no solo la teoría del apego para entender la naturaleza del vínculo del niño con su madre, también describió las cuatro etapas principales del duelo. Esas etapas corresponden a las etapas principales de los rituales del duelo (cuadro II). Antes de describirlas, se deben destacar dos puntos. En primer lugar, las cuatro etapas no ocurren de manera consecutiva y que reaparecen cuando a la persona

Cuadro I: Causas de pérdida perinatal %

que ha perdido a un ser querido se le recuerda su muerte. En segundo lugar, son sintomáticos del proceso de duelo, pero no comprenden todo el proceso, ya que éste es individual y guarda relación con la personalidad, con los lazos que se tenía con el difunto, con la red social y las creencias religiosas o filosóficas.

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