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EL MAESTRO Y SU PRACTICA DOCENTE


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  1.880 Palabras (8 Páginas)  •  237 Visitas

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CARACTETÍSTICAS DEL DIAGNÓSTICO DE LA REALIDAD.

Por Carlos Alberto Añorve Zeferino.

“Nunca pude, a lo largo de toda mi vida… aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir...”

Edgar Morín.

El diagnóstico de la realidad es una fase de gran importancia para la elaboración de proyectos que nos permite ubicar los principales problemas, desempeñar sus causas de fondo y ofrecer vías de acción para irlos resolviendo.

El término diagnóstico proviene del prefijo griego dia que significa “a través de”, “a lo largo de” y del verbo gignosko, que es equivalente a la expresión latina gnoscere o noscere, que significa “aprender a conocer”… diagnosticar es llegar al conocimiento de algo a través de unos conocimientos o técnicas (CALIXTO, 2009).

El objetivo del diagnóstico es el conocimiento de la realidad, por lo que constituye una de las herramientas teórico-metodológicas más importantes para acercarnos al conocimiento de la realidad objeto de estudio.

Entendemos por realidad, según el diccionario de la Real Academia, lo que ocurre verdaderamente; y lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio, lo evidente.

Desde la primera concepción, realidad es todo lo que nos rodea: seres animados e inanimados, situaciones, hechos históricos, fenómenos naturales y sociales… en definitiva todo el cosmos.

Considerando a la realidad como lo que verdaderamente ocurre, es necesario conocer el alcance que tiene, así como sus causas. Se trata de distinguir entre apariencia y realidad. El esfuerzo consiste en explicar la realidad mediante el conocimiento y la superación reflexiva y critica de las apariencias, es decir, explicar lo que verdaderamente ocurre.

Por otra parte, la realidad que nos debe incumbir es la realidad social, la cual constituye el conjunto de fenómenos, hechos y situaciones que se dan como consecuencia de la interacción humana.

Se parte de una concepción dinámica de la realidad, entendida como la articulación de procesos que se desenvuelven en diferentes niveles y en diversas dimensiones espacio-temporales, los cuales reconocen dinamismos de desarrollo, propios o no, y apuntan hacia direcciones diversas (ZEMELMAN, 1988)

En virtud de lo anterior el diagnóstico debe tener ciertas características esenciales para que pueda cumplir con su objetivo eficazmente. Como señala Zemelman, no debe ser un análisis lineal y estático de las distintas esferas de la realidad; ni estudiar la relación entre las esferas de la realidad vinculando teorías implícitas a través de hipótesis teóricas.

O bien, estudios donde no se aborda la relación entre lo micro y lo macroespacial. Ni desde una postura evaluativa de las condiciones que se requieren para la realización del diagnostico.

Debemos evitar dichos “diagnósticos normativos”, los cuales recortan la realidad con base en fragmentos cuyas relaciones se establecen y justifican por el solo hecho de ser destacados paralelamente en un momento dado del tiempo y del espacio, donde están ausentes los fenómenos que puedan revestir un carácter estructural.

Se debe intenta abordar un “diagnóstico de construcción” a partir de un enfoque de totalidad, y como establece Zemelman, sustentado en una lógica de construcción del conocimiento que se traduce a la delimitación de observables, en oposición al razonamiento condicionado por contenido predeterminado.

La finalidad de estos diagnósticos debe ser la contribución a la solución de los problemas y dificultades tanto gnoseológicas como prácticas que conllevan los diagnósticos normativos.

Se trata de captar a la realidad no en función estricta de un fin, sino de determinar un campo de posibilidades de cuyo conocimiento dependa la organización y orientación de las praxis necesarias para una intervención efectiva. En este marco el diagnóstico no es teórico, sino que prepara el terreno para distintas modalidades de organización de la relación praxis social.

Asimismo, captar a la realidad como presente, nos permite potenciar una situación mediante proyectos capaces de anticipar, en términos de posibilidad objetiva, el curso que seguirá, sin perder de vista el carácter dinámico del presente. La dificultad radica en cómo reconocer el verdadero problema y cómo transformarlo.

La reconstrucción de lo real debe comprender: el contexto de la situación dada y su direccionalidad. Su función más importante la reconstrucción del contexto, entendido como el marco de las alternativas de estrategias posibles.

Es decir, ofrecer una información que sirva para programar acciones concretas, y proporcionar un cuadro de situación que sirva para formular las estrategias de actuación.

Además, en un proyecto viable resulta imprescindible reconstruir el contexto en el que se ubican los sujetos sociales. Es necesario pensar la realidad como una articulación, esto es, como una relación entre procesos, imbricados de forma no determinada previamente y dejar que su reconstrucción permita reconocer de qué modo concreto se articulan los procesos.

La idea de articulación supone que un fenómeno concreto requiera ser analizado desde diversos enfoques. Las relaciones posibles de los fenómenos deben plantearse desde la lógica de la articulación.

Al dar preferencia a las relaciones posibles teóricas, exige considerar de forma abierta y crítica cada aspecto de la realidad; observarla y describirla sin pretender encuadrarla dentro de un esquema teórico. Esto es lo que Zemelman llama reconstrucción articulada.

Este tipo de observación o diagnóstico incorpora mecanismos de control de la observación con el fin de evitar las desviaciones propias de los prejuicios, de las costumbres o incluso, de los intereses sociales particulares de determinados sectores de la población. Así, el diagnóstico se sustenta en una lógica de construcción del conocimiento, que se traduce en la delimitación de observables.

También hay que considerar criterios para efectuar el análisis del presente, como lo son: la exigencia de la viabilidad; la determinación del contexto especificador del contenido de los observables empíricos; descubrir bases de teorización, conceptos ordenadores e instrumentos de diagnósticos para delimitar las distintas áreas de la realidad; utilizar escalas de tiempo y de espacio micro y macroespaciales de los procesos

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