El Fraude Cientifico
Enviado por jazminfer • 17 de Abril de 2015 • 945 Palabras (4 Páginas) • 364 Visitas
“El afán de notoriedad ha llevado a muchos reputados científicos a inventarse supuestos descubrimientos extraordinarios”.
El hecho de que la ciencia haya demostrado ser un arma de gran poder no solamente para transformar el mundo, sino también para explicarlo, reside en gran parte en el famoso “método científico”, una filosofía y un conjunto de prácticas que constituyen la principal herramienta para evitar el fraude científico.
Sin embargo, los fraudes científicos han acompañado a la ciencia desde hace muchos años. El gran periodista científico Horace Freeland Judson clasificó los fraudes científicos en tres categorías que han sido revisadas recientemente en el maravilloso libro “Rivalidades científicas” de Joel Levy:
1- Fabricación
2- Plagio
3- Falsificación
1) Fabricación.
Es el menos sibilino de todos…la mentira al poder. Me invento unos datos, los publico y a otra cosa mariposa. Pero a algunos científicos se les ha ido la mano en la fabricación de resultados.
2) Plagio.
Este tipo de fraude está referido tanto a ideas como a palabras. A pesar de que es complicado de demostrar en la mayoría de los casos, ya que la comunidad científica permite usar ideas desarrolladas por otros investigadores para aplicarlas a nuestros propios experimentos, hay casos de plagio que son flagrantes. Algunos llegan al extremo de copiar al pie de la letra un artículo publicado en una revista científica por algunos de sus colegas, especialmente de otro país, aunque no necesariamente. Tal vez con la esperanza de adueñarse más pronto de la fama y notoriedad.
3) Falsificación.
El mítico Pasteur sabía mucho de esto. La falsificación se produce cuando se “modifican” intencionadamente los resultados obtenidos en un experimento para que se ajusten lo máximo posible a nuestras hipótesis previas.
Estas modificaciones no solamente se refieren a cambiar unos datos por otros, sino que también incluye lo conocido como efecto del “último cajón” donde los resultados no convenientes se “guardan con llave en el último cajón de nuestro escritorio” mientras que resaltamos los que nos interesan.
De estos tres Pasteur se llevó el premio gordo, que, en su guerra particular con Pouchet por desmontar la teoría de la generación espontánea, guardó en su último cajón ¡¡¡el 90% de los resultados obtenidos en sus experimentos!!!
Dice Horace Freeland Judson en su libro Anatomía del fraude científico que en la actualidad la ciencia no tiene el prestigio del que disfrutaba a mediados del siglo XX. La labor de los científicos tampoco parece quedar muy bien parada tras los varios casos de fraude que han salido a la luz en los últimos tiempos. No hace mucho del caso de la falsa clonación de un embrión humano por parte del biólogo coreano Hwang Woo Suk...
No es una situación nueva. Ya en el siglo XIX Charles Babbage —considerado el inventor de la primera computadora— clasificaba el fraude científico bajo cuatro epígrafes: embuste, fingimiento, amaño y falseamiento
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