Enfermedades-metabólicas
Enviado por perryhb • 6 de Junio de 2015 • 1.568 Palabras (7 Páginas) • 232 Visitas
Enfermedades metabólicas
4.3.1. Diabetes mellitus
Se trata de una enfermedad metabólica grave, caracterizada por una elevación mantenida del nivel de glucemia por encima de los niveles fisiológicos (126 mmg/dl). En el mundo occidental es una enfermedad bastante frecuente, pues alrededor de un 1% de la población la padece.
Diagnóstico:
El diagnóstico de la diabetes se establece principalmente mediante la detección de un aumento mantenido de la concentración de glucosa en sangre, la cual muestra unos valores superiores a 140 mmg/dl.
La gravedad de esta enfermedad viene dada por el deterioro que el citado valor permanentemente elevado de glucosa en sangre produce en el resto de los tejidos, órganos y sistemas del cuerpo humano. La diabetes puede, por tanto, originar una situación aguda grave como puede ser una cetoacidosis e incluso llegar a provocar un coma por hiperosmolaridad.
Igualmente y debido a la afectación multisistémica comentada, pueden generarse alteraciones crónicas como angiopatías, neuropatías, dislipemias e infecciones provocadas por depresión del sistema inmunitario.
Clasificación:
Tipo I
La diabetes tipo I es de origen autoinmune o idiopático. El mecanismo desencadenante es de larga evolución e inicialmente encontramos en las personas enfermas una afectación del funcionamiento del páncreas. Son pacientes insulinodependientes debido a que su organismo es incapaz de producir insulina en cantidades suficientes.
Las personas que sufren esta enfermedad son frecuentemente jóvenes menores de treinta años y de complexión delgada. Es posible que tengan o no antecedentes familiares, posean anticuerpos y hayan de tratarse mediante la administración de insulina.
Tipo II
La diabetes tipo II presenta resistencia a la insulina, no se trata solo de que no se produzcan las cantidades requeridas para el normal funcionamiento sino que el organismo se “adapta” o acostumbra a ella, es decir, se hace resistente a la misma y necesita mayores niveles de concentración de la misma para que su acción sea efectiva.
Este es el tipo de diabetes predominante en la población, pues cerca del 90% de pacientes diabéticos se corresponde con esta forma de presentación y normalmente se trata de personas mayores de 30 años. Es el tipo de diabetes que predomina en edades avanzadas. Por lo general, acostumbran a tener sobrepeso o diferentes grados de obesidad y a diferencia de las personas con diabetes tipo I, no producen situaciones de cetoacidosis, pues tienen buenos niveles de insulina y pueden utilizar la vía glucolítica como medio energético
En la diabetes tanto de tipo I como de tipo II, la primera pauta de tratamiento consiste en una adaptación de la dieta y de la activad física.Si esto no mejora la situación, hay que instaurar el aporte externo de insulina. Es importante destacar que la diabetes tipo II puede convertirse en tipo I y de esta forma llegar a provocar que la persona sea insulinodependiente.
Sobre enfermedades metabólicas
5.3.1. Sobre la diabetes mellitus
Tipo I
La bibliografía muestra pocos trabajos que hayan intentado demostrar el efecto aislado del ejercicio como efecto preventivo de la diabetes pero sí existe gran evidencia si al ejercicio añadimos la modificación de la dieta. En este sentido es interesante resaltar el estudio de Pan et al. (Pan, Li et al. 1997), quienes formaron cuatro grupos con 577 pacientes con predisposición para desarrollar esta patología. Para ello se dividió este grupo en 3 grupos más pequeños y a cada uno se le aplicó una intervención diferente. El grupo que mejores resultados obtuvo fue el que realizó ejercicio físico al mismo tiempo que tuvo un control de la dieta (46% de mejora). Existen otros ensayos clínicos que muestran la disminución del riesgo de sufrir diabetes tipo 2 mediante la realización de ejercicio físico (Tuomilehto, Lindstrom et al. 2001; Knowler, Barrett-Connor et al. 2002) pero carecen de una muestra tan potente de personas investigadas como el anteriormente citado.
Otros estudios han demostrado que la inclusión del trabajo de fuerza muscular en los programas de actividad física aporta beneficios añadidos si se compara con programas de actividad física en los que únicamente se realiza un trabajo de tipo aeróbico. El tipo de fuerza deberá ser de intensidad moderada y ser realizada durante un periodo largo de 24 meses.
Revisiones más actuales siguen concluyendo la necesidad de interrelacionar dieta con actividad física controlada y constante.
(Hawley and Gibala 2012)
Tipo II
Los beneficios del ejercicio físico en la diabetes tipo II en cambio, están muy documentados. La evidencia científica muestra el entrenamiento conjuntamente con la dieta y las medidas de tipo farmacológico como los tres pilares del tratamiento de esta enfermedad
(Albright, Franz et al. 2000). De entre los trabajos que se presentan en esta revisión, es curioso comentar el de Cauza et al (2005). Estos autores muestran cómo, en un pequeño estudio de 22 pacientes con diabetes tipo II, el entrenamiento de fuerza tenía mayores beneficios que el centrado en el trabajo de la resistencia cardiovascular, refiriéndonos a la mejora en el control glucémico.
(Cauza, Hanusch-Enserer
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