Estilo de comportamiento
Enviado por juany12 • 24 de Octubre de 2012 • Ensayo • 1.029 Palabras (5 Páginas) • 449 Visitas
Uno de los aspectos más llamativos que los padres perciben de sus hijos desde el nacimiento es su estilo de comportamiento. A través de charlas con amigos y familiares, los nuevos padres pronto se dan cuenta de que los bebés varían en su nivel de actividad, en su tendencia a la irritabilidad, en su facilidad para la risa y la sonrisa, en su grado de sociabilidad, y en la intensidad y la rapidez de sus reacciones ante los estímulos, entre otras cualidades. A esta forma de enfrentarnos y de responder al mundo que nos rodea se ha denominado temperamento. Como los padres intuyen, muchas de las características temperamentales se hacen manifiestas muy pronto en la vida y mantendrán un moderado grado de estabilidad a lo largo del ciclo vital.
Tal como definen Rothbart y Derryberry (1), el temperamento se refiere a diferencias individuales en las tendencias a expresar y experimentar las emociones y el arousal, así como en la capacidad de autorregular la expresión de tales tendencias. Estas diferencias individuales, de origen constitucional, están influidas a lo largo del tiempo por la herencia, la maduración y la experiencia. Teniendo en cuenta esta definición, podemos considerar “temperamentales” aspectos del comportamiento tales como el nivel de actividad y la impulsividad; emociones como el placer, la risa y la sonrisa, el miedo, la timidez, la ira/frustración y la tristeza; y mecanismos de autorregulación tales como la focalización y el cambio atencional, la autotranquilización y el control inhibitorio.
En la definición también se expresa que estos estilos de comportamiento pueden modificarse a través del tiempo tanto por la maduración que el propio individuo experimenta como por la influencia de los agentes de socialización.
Veamos un ejemplo: el Control con Esfuerzo refleja las diferencias individuales en la capacidad para mantener la atención en una misma tarea o cambiarla de una tarea a otra de forma voluntaria, así como en la habilidad para iniciar o inhibir con esfuerzo una conducta específica. Una de las manifestaciones del Control con Esfuerzo es precisamente la capacidad de los niños para detener o inhibir conductas inapropiadas cuando sus educadores se lo piden. Debido a los procesos de desarrollo que ocurren durante la edad preescolar, resulta frecuente que los niños de dos años sean descritos por sus padres como “tozudos” o “desobedientes”, mientras que a los cinco años los niños serán más probablemente considerados como “dóciles” y “obedientes”. Este cambio se produce debido fundamentalmente a tres factores: 1) la maduración del cerebro -enfatizando el córtex prefrontal-, responsable de las capacidades ejecutivas implicadas en la inhibición voluntaria de las conductas; 2) el desarrollo del lenguaje, especialmente la capacidad para darse instrucciones a sí mismo, una estrategia que mejora las habilidades de autorregulación; y 3) las demandas de control de la conducta por parte de padres y educadores, que brinda a los niños oportunidades para entrenar esta habilidad. En conclusión, ésta, como otras características temperamentales, si bien tienen un origen biológico, son modificables a través de la regulación social (2).
Aunque las características de temperamento se consideran aspectos de la personalidad normal incluso para las personas que puntúan en los extremos,
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