Gasto energético

MONOGRAFÍA

GASTO ENERGÉTICO

PRÓLOGO.

Desde hace años, la nutrición ha adquirido mayor protagonismo en el mundo, desde personas con actividades sedentarias hasta practicantes del deporte ya sean profesionales o meros aficionados. Debido a esto cada día existe mayor información pero también desinformación o mitología, acerca de la influencia de determinados nutrientes sobre todo en la capacidad física de las personas, por tanto esta monografía servirá para dar un conocimiento importante al tema.

Para esto es importante sentar bases de lo que sucede en el organismo humano en relación con su metabolismo, es conveniente conocer el porqué de los requerimientos nutricionales para la buena funcionalidad o incluso un mejor desarrollo del cuerpo tal como ocurre como consecuencia del ejercicio físico llevado a cabo en el entrenamiento deportivo.

INTRODUCCIÓN.

A lo largo del tiempo el hombre y la sociedad ha ido evolucionando, modificando su forma de vivir, cultura, condiciones, actividades, etc. Por tanto, una persona del año 2019 no realiza las mismas labores que alguien del año 1200, por lo que sus necesidades no son las mismas, influyendo de manera directa en su dieta y en el gasto energético que conlleva en su día a día.

El gasto energético influye directamente en el estado de salud de los individuos, siendo una base para el bienestar y correcto funcionamiento tanto físico como mental. Siendo indispensable un correcto cálculo del mismo para un buen funcionamiento de las actividades básicas del organismo para subsistir.

Este se mide en calorías, se refiere específicamente a la forma en la que el cuerpo utiliza la energía almacenada en los enlaces químicos de los distintos nutrientes.

Por lo anterior, se pretende analizar el gasto energético en la sociedad actual y los beneficios o consecuencias que ha acarreado consigo la transformación que ha experimentado el hombre en esta transición de tiempo.

Para ello, se explicará de manera básica y detallada aquellos conceptos o actividades que conllevan para el gasto energético.

1. GASTO ENERGÉTICO.

El metabolismo puede definirse como el conjunto de reacciones bioquímicas que transforman materia y energía, llevadas a cabo por el organismo para mantener la vida. La transformación de esta materia o energía involucra un número de reacciones de las enzimas. Tal sucesión de diversas reacciones enzimáticas constituye de manera grupal y colectivamente una vía metabólica. En las series mencionadas, el producto de una reacción enzimática llega a ser el sustrato para la próxima reacción en la secuencia, donde se denomina a los productos originados de lo sucesivo de las reacciones como metabolitos o intermediarios metabólicos.

El metabolismo puede dividirse en dos aspectos, en el catabolismo y el anabolismo.
El catabolismo se entiende como un proceso degradativo, donde una molécula compleja se rompe para originar así moléculas más simples. Una función importante de este, es el de transformar las moléculas derivadas de los nutrientes ingeridos en diversos bloques de construcción más simples.

Asimismo, el anabolismo se puede definir como aquel proceso de biosíntesis, donde el organismo construye macromoléculas complejas a partir de moléculas más simples. Este proceso requiere de un gasto de energía, la cual puede ser suplidas de dos formas: ya sea por adenosintrifostato (ATP) transferido de las vías catabólicas o, en  algunos casos, por hidrógeno de alta energía en la forma de fosfato de nicotinamida adenina dinucleótido (NADPH) (Mora, 2002)

Lo anterior, es derivado de la energía que obtenemos de los alimentos, pero ¿qué pasa con el consumo energético?

Se sabe, que el gasto energético es la relación que existe entre el consumo de energía y la energía que necesita el organismo. Es decir, ¿qué tanto hay un consumo de energía y cuál es la necesaria para subsistir? Para mantener dicho equilibrio en el organismo, es imprescindible que la energía consumida y aquella utilizada sean iguales, esto es, que las necesidades energéticas deben ser igual al gasto energético total diario.

Para tal  equilibrio tanto en individuos sanos como enfermos, es indispensable el cálculo del gasto energético total, el cual se compone del gasto energético basal, el efecto termogénico de los alimentos, el factor de actividad física y factores aplicables de acuerdo a condiciones especiales tanto fisiológicas (embarazo, lactancia) así como patológicas.

1.1 GASTO ENERGÉTICO EN REPOSO.

Redondo (2015) menciona que la determinación del gasto energético total diario de un individuo debe considerar tanto la actividad física como el estado de salud de una persona, siendo de gran importancia ajustar el cálculo de la necesidad nutricional para cada individuo. La tasa metabólica basal es la mínima cantidad de energía que un organismo requiere para estar vivo. Constituye del 60 al 70% del gasto energético diario en la mayoría de los adultos sedentarios, en tanto, en los individuos físicamente muy activos es de aproximadamente el 50%. Varía dependiendo de la composición corporal, especialmente de la masa corporal magra. Y está destinada a emplear energía para el metabolismo celular (50%), síntesis de las moléculas particularmente proteínas (40%), trabajo mecánico interno (movimiento de los músculos respiratorios, contracción del corazón, entre otros en un 10%). Es el estado en el que se consume energía para las actividades mecánicas que brindan sostén a los procesos vitales, como respiración y circulación, se sintetizan constituyentes orgánicos, se bombean iones a través de las membranas y se conserva la temperatura corporal. La mitad de la energía consumida se emplea para satisfacer las necesidades metabólicas del sistema nervioso. Los términos Tasa Metabólica Basal y Gasto energético en reposo, a menudo tienden a confundirse, la diferencia está en la medición de ambos.

El metabolismo basal es diferente a la tasa metabólica en reposo o Gasto Energético en Reposo; este último se obtiene cuando la determinación se hace en reposo y en las condiciones descritas para pero no en ayuno, incluyendo por tanto la energía utilizada para el aprovechamiento biológico de los alimento.

Es decir, la  tasa metabólica basal se mide en la mañana, con el cuerpo en descanso físico y mental completo, relajado, después de que el sujeto se despierta y está en estado de postabsorción (10 – 12 horas después de última comida),  mientras que el gasto energético en reposo, se mide en cualquier momento del día y 3 a 4 horas después de la última comida. El metabolismo basal diario se puede calcular de manera aproximada de la siguiente forma, según Harris-Benedict:

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