Higiene personal
Enviado por toteles • 31 de Enero de 2014 • Informe • 2.232 Palabras (9 Páginas) • 332 Visitas
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
U.E.P.A”MORAL Y LUCES DEL TUY”
4 DE CIENCIAS “A”
Profesora: Integrantes:
Deisy Plaza Brayant Monasterio
Eddivan malave
Alejandro cornieles
Ocumare del tuy, 26 de enero del 2014
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, el ser humano busca constantemente una forma de sentirse cada día mejor consigo mismo, donde el cuidado de nuestra higiene personal cumple un papel esencial, debido a que es el aseo personal es el reflejo de nuestra imagen interna. Es impórtate mencionar que si bien es cierto que sería de gran utilidad conocer que productos nos ayudan a mejorar nuestra higiene personal, también es importante conocer como es su preparación.
A tal efecto se hace mención de los perfumes como uno de los muchos productos que sirven de apoyo al ser humano para reflejar una buena imagen y poderse así sentir cada día mejor. Es por ello que se hace necesario desarrollar esta investigación con el objetivo de conocer la manera en cómo se fabrican los perfumes, de que están hechos, los beneficios que ésta trae durante su uso y otros aspectos interesantes del perfume y uso por la mayoría de la sociedad.
EL PERFUME
Se denomina con el término de perfume a aquella sustancia, ya sea sólida o líquida, que ha sido fabricada con la misión de emanar un olor agradable para los olfatos humanos. Normalmente los perfumes los usamos para aportarle un olor bueno a una habitación, a una prenda o a nosotros mismos.
Cabe destacarse que en nuestros días el perfume es un elemento muy popular por el uso cotidiano que le damos. Cuando nos terminamos de cambiar, para salir, ya sea a trabajar o a realizar cualquier otro tipo de actividad, las personas, tanto hombres como mujeres, nos colocamos unas gotas de perfume en diversas partes del cuerpo, detrás de las orejas, en las muñecas, para así oler mejor y gozar de una mejor presencia ante la mirada de los otros.
Pero además del típico perfume que usamos las personas existen perfumes para ambientes, para los automóviles y para la ropa, que tienen claro la misma misión que el perfume corporal: aportarle un aroma híper agradable al espacio o prenda en el cual se apliquen.
Hoy día existe una oferta impresionante de perfumes y ni hablar de lo fantástica que se ha vuelto la industria de la perfumería ante la variedad de propuestas. A las marcas clásicas de perfumes se le han sumado las estrellas de la música o del mundo de la interpretación que sacan sus propias líneas de perfumes que hasta llevan sus nombres, y también las grandes marcas de indumentaria han incorporado entre sus productos propuestas de perfumes para sus clientes.
También la palabra perfume es usada para designar a cualquier olor que nos resulta rico y agradable, por ejemplo el olor de una fruta, el olor de una flor, entre otros. En este sentido de la palabra la percepción del olor en cuanto a si es agradable o no será más bien subjetiva porque puede ser agradable para uno pero puede no serlo para nada para otro.
HISTORIA DEL PERFUME
Casi con toda seguridad que el perfume nació en estrecha relación con la religión, empleado como purificante del alma y también como ofrenda a los dioses. El incienso, que se lleva utilizando desde hace 5.000 años, se empleaba en las ceremonias religiosas y, al igual que hoy en día, se despedía a los muertos con flores. En la mayoría de los casos era el sacerdote el encargado de mezclar los aromas en las proporciones adecuadas. Prueba de su uso en rituales lo tenemos en los relieves egipcios y en la artesanía griega y romana. Desde la India se importaban hacia Egipto, Grecia y Roma grandes cantidades de sustancias aromáticas que eran muy valoradas, como las especias y el sándalo.
Las fragancias pasaron de Oriente a Egipto, donde, los que disponían de agua vertían una pequeña cantidad en los baños, y al salir de ellos se untaban el cuerpo con más de veinte aceites diferentes, creyendo así, estar más cerca de los dioses.
De Egipto pasaron a Grecia. Los gimnasios griegos contaban con una parte para el aseo personal, y allí se podían encontrar infinidad de productos fragantes de diferentes formas y colores: talcos que aplicaban en su piel, aceites, resinas mezcladas. Incluso fueron los primeros en comercializar estas sustancias en los mercados, naturalmente, entre un público muy seleccionado. Pero fueron los romanos los que, ocupados por un aseo personal diario, lanzaron el consumo de los perfumes a todos los escalones de la sociedad. La perfumería también se encuentra desde la antigüedad asociada a la ciencia médica. En Grecia, Hipócrates, padre de la medicina, utilizaba pequeños concentrados de perfume para combatir ciertas enfermedades. La capacidad curativa de las plantas o aromaterapia tiene su origen en este país, aunque posteriormente, en la Edad Media, los perfumes se siguieran utilizando para luchar contra las epidemias y como desinfectantes hasta bien tarde, como por ejemplo en la peste que azotó Londres a mediados del s. XVII.
Paradójicamente con la llegada del Cristianismo y sus mensajes de humildad y pudor, el uso del perfume por parte de las mujeres (mayores consumidoras de perfume a lo largo de la historia) cayó en desuso. Esto, junto con la caída del del Imperio Romano, marcó un periodo de declive del desarrollo general (principalmente cultural) en occidente. Fue de nuevo la civilización árabe la que comenzó a experimentar con perfumes tras la aparición de una nueva ciencia, la alquimia. La alquimia aplicada a esta materia pretendía arrebatar las propiedades a las plantas, extrayendo así su quintaesencia. De esta forma, la planta seleccionada era destilada infinidad de veces hasta que sus cualidades pasaban a otro estado.
El perfume en la actualidad
La Revolución Francesa estancó el mercado de los perfumes, por estar asociado íntimamente a la nobleza, con una excepción: una fragancia llamada "Guillotine" –de origen desconocido- que se puso de moda entre las ciudadanas [cita requerida]. Esta etapa duró tan sólo doce años.
La llegada de Napoleón (amante de los buenos aromas) marcó el final de la república francesa y el retorno de una nobleza distinta, pero nobleza al fin. A partir de este punto, los perfumes, antes en manos de artesanos y pequeños industriales, cobraron el fuerte
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