Huelga En Personal Medico

INTRODUCCIÓN

La huelga sanitaria es un fenómeno relativamente reciente, que alcanza proporciones apreciables sólo en la segunda mitad de nuestro siglo. Sólo entonces se reunieron las necesarias condiciones políticas y las circunstancias socio laborales; ya que en tiempos anteriores, la huelga médica era casi impensable, algo extraña a la tradición ética de la Medicina.

Lo mismo sucedía en la profesión de la Enfermería, aunque básicamente asalariada, había nacido, sin embargo, como una vocación altruista y generosa, heredera de su fundadora, Florence Nightingale.

No es de extrañar que, a consecuencia de las viejas tradiciones y de la implantación de las actitudes nuevas, estén divididas las opiniones de médicos y enfermeras acerca de la huelga y de cómo actuar ante ella.

Nos preguntamos entonces, la cuestión básica de si es o no éticamente aceptable el abandono organizado del trabajo en unidades medicas y hospitales. Pero también, entre quienes no rechazan la huelga, existen los desacuerdos acerca de algunos problemas éticos como son, por ejemplo, quién puede convocarla, qué motivos y circunstancias pueden autorizarla, cuál ha de ser su intensidad y duración, o qué papel han de jugar las partes en litigio en la resolución o en la prevención de los conflictos.

El objetivo de este ensayo es revisar las opiniones que se dan en torno a la ética de la huelga del personal de salud.

DEFINICIÓN

La huelga médica es un derecho constitucional en la cual participa el personal médico asalariado, por asuntos que generalmente son relacionadas con su ámbito laboral, se puede ver también como una manera que tiene todo trabajador de manifestar opiniones, así como exigir derechos a las personas o instituciones encargadas.

La Ley Federal del Trabajo en México, en su artículo 450 define el termino de Huelga como: “La suspensión temporal del trabajador que es llevada a cabo por una coalición de trabajadores”.

El Dr. Erick Garita Jiménez en su artículo titulado Ética Médica define el termino de Huelga Médica como : “ La manifestación en la que participa personal médico asalariado, para reclamo de mejores condiciones laborales, salariales u otras y llega luego de que se agotan las negociaciones con los patrones”.

MARCO LEGAL

El derecho de Huelga se establece en La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el año de 1910, en su fracción XVII del Art. 123.

También existe una legislación en México para establecer los puntos para declarar huelgas legales como ilegales, además el tipo de penalización que se establece para esta.

Esta legislación se establece en la Ley Federal del trabajo articulo 450 y no existe reglamento específico para alguna profesión, lo que diferencia la huelga médica de otro tipo de huelga, es que al involucrar personal médico, se debe tomar en cuenta que el tiene que participar en ella, y no puede poner en riesgo la vida o la salud de ningún paciente.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El antecedente más antiguo que se tiene en la literatura de un evento de huelga, data del año 1165 a.c., y se encuentra en el “Papiro de Huelga de Turín”, mismo que se resguarda en el museo de Turín Egipto.

En este papiro describe como un grupo de trabajadores gobernados en ese entonces por el Emperador Ramsés III, al no dotárseles de sus raciones completas de alimentos, decidieron parar sus labores en la construcción de una tumba para dicho emperador; uno de ellos señala “tenemos hambre, ya han pasado 18 días”.

En el año de1864, se reconoce por primera vez el derecho de huelga en el país de Inglaterra.

Como ya mencione, el derecho de huelga en México se establece en el año de 1917, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su fracción XVII del Art. 123.

Ya en el año de 1970, se establecen en la Ley Federal del Trabajo en su artículo 450, las condiciones legales e ilegales de la realización de una huelga.

DESARROLLO

El recurso a la huelga es un derecho humano fundamental y un logro de la justicia social; es así un derecho de todos los trabajadores para que puedan defender sus intereses.

El ejercicio del derecho a la huelga estará regulado por una ley que establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad, como pueden ser el alumbrado público, la recolección de basura y claro el servicio médico.

Las opiniones del derecho de huelga están dividas y de cómo actuar ante ella, debido a que existen varios aspectos a considerar como lo son: que la huelga no puede ser convocada sin que haya sido anunciada en un plazo prefijado; la actividad sanitaria se cuenta entre los servicios esenciales, por lo que no cabe legalmente su suspensión absoluta, sino sólo su reducción; la fijación del nivel de servicios mínimos que han de prestarse por el colectivo en huelga corresponde a la autoridad gubernativa.

Actitudes éticas de los profesionales ante la huelga sanitaria.

En torno al núcleo del unánime acuerdo en rechazar la huelga sanitaria total, médicos y enfermeras muestran actitudes discrepantes acerca de los motivos que justifican éticamente la huelga sanitaria y de las circunstancias y modos de llevarla a cabo. La huelga tiende a presentarse como un fenómeno colectivo, en el que la dinámica de grupo tiende a prevalecer sobre la decisión individual.

Los pocos estudios disponibles hacen pensar que pesan más las presiones de grupo y las decisiones viscerales que la reflexión ética profunda.

Las actitudes ante la huelga pueden reducirse a tres posiciones prototípicas:

a) La que declara que la huelga limitada nunca es permisible.

La huelga nunca es conforme a la ética profesional, para algunos médicos y enfermeras, nunca está moralmente justificada la huelga, pues la consideran incompatible con la obligación de servir al enfermo, que es parte esencial de su vocación.

Esta opinión tiene sus raíces en la mentalidad hipocrática, muy fuertemente centrada en la deontología de la atención responsable al paciente individual y real, poco sensible a los compromisos comunitarios del médico. El compromiso fundamental del seguidor de Hipócrates de servir puntual y fielmente al enfermo que tiene delante y de proteger su vida y su salud prevalece como una indeclinable obligación de conciencia tanto frente a la reivindicación de mejores condiciones materiales o morales en que sean atendidos los futuros pacientes, como frente a los salarios indebidamente bajos que percibe

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