Importancia de la leche materna

Importancia de la leche materna

Cada año la mortalidad infantil se debe a la falta de consumo de leche materna por parte de recién nacidos: “A nivel mundial, solo un 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva.” (Organización Mundial de Salud [OMS], 2017, s. p.)

El embarazo, un momento especial lleno de emoción y anticipación, da paso a la llegada de un nuevo ser al mundo, lo cual genera una emoción mayor y crea un vínculo único entre madre e hijo; es importante entonces que la salud de ambos esté en buenas condiciones y para ello es esencial que el bebé reciba el alimento adecuado luego de su nacimiento, que viene a ser la leche materna.

La leche materna es el alimento ideal para el bebé luego de su nacimiento ya que contiene todos los elementos nutritivos que necesita para su crecimiento y desarrollo óptimo, así como las sustancias que lo protegen contra infecciones y alergias. Además de que trae muchos beneficios para la madre.

Es importante precisar que la leche materna, muy aparte de aportar beneficios para el bebé por su composición, crea también un lazo afectivo entre la madre y el bebé, ya que la lactancia permite un mayor tiempo de convivencia entre ambos formando así una experiencia primordial y única.

El tiempo que un bebé debe de consumir exclusivamente leche materna comprende sus seis primeros meses de vida, lo cual no indica que luego se debe destetar al lactante sino incorporar alimentos sólidos en forma de papillas en su nutrición, continuando con el consumo de leche materna por parte del lactante hasta los dos años de vida.

Cuando el recién nacido se alimenta solamente de leche materna en sus siguientes meses de vida, recibe las cantidades necesarias de energía y nutrientes que necesita para fortalecerse, debido a que la leche materna se comporta como un fluido vivo y cambiante según los requerimientos del bebé, modificándose así, tanto en composición como en volumen en función de sus necesidades. Esta regulación la lleva a cabo sobre todo la demanda del niño y la succión que éste efectúe sobre las glándulas mamarias.  Una mayor succión aumenta los niveles de prolactina y la secreción láctea de la madre, es decir, a mayor succión de las glándulas mamarias mayor producción de leche. (Rus, s. f.)

La leche materna es un alimento completo, puesto que contiene agua en un 88%, como azúcar principal a la  lactosa, la cual ayuda a facilitar la absorción de calcio y magnesio de la leche, proteínas que son de baja carga renal y contienen todos los aminoácidos esenciales, un elevado contenido en grasa de fácil absorción que varía a lo largo de la lactancia siendo más baja su concentración al inicio y al final, también se puede encontrar otras sustancias no nutritivas como componentes inmunológicos, hormonas y factores de crecimiento que estimulan el sistema inmune del lactante, y enzimas que facilitan su digestión. (Alimmenta, 2014)

Por más que se busque un suplemento de la leche materna que cumpla con todos los requisitos, no se obtendrán los resultados esperados, esto se debe a que: “La leche materna es un alimento complejo y aun cuando fuese factible imitar artificialmente o biotecnológicamente todos sus componentes, no se podría lograr que la interacción entre ellos fuese igual que la natural, de modo que tampoco se podrían conseguir los mismos efectos en el organismo.” (Macías et al, 2006, p. 424)

Muchos de los componentes de la leche materna se encargan de proteger al lactante mientras su sistema inmunitario completa su desarrollo, protegiéndole de enfermedades como catarros, bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, etcétera; además de enfermedades futuras como asma, alergia, obesidad, o diabetes, y favoreciendo el intelecto; muy aparte de que es un alimento inocuo, asequible y fácil de conseguir, se adapta a las necesidades de cada momento, contiene componentes inmunológicos y es de fácil digestión, propiciando una buena salud durante toda la vida a los niños.

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