JUGOS GASTRICOS
Enviado por HUGOCRESPO • 17 de Diciembre de 2014 • 6.192 Palabras (25 Páginas) • 222 Visitas
Tuberculosis
La tuberculosis (TBC) no es aún una afección derrotada.
Aunque se trata de una enfermedad infecciosa controlable a
nivel comunitario y curable de forma individual, dista mucho
de estar erradicada. En la actualidad se considera, sólo a
título orientativo, que al menos un tercio de la población
mundial, más de 1.500 millones de individuos, están infectados
por el bacilo de la TBC y que cada año continúan apareciendo
cerca de 10 millones de nuevos casos de enfermedad,
estimándose en más de 30 millones el número de
enfermos tuberculosos. Se considera también que mueren
cada año por TBC más de 3 millones de personas. La OMS ha
calculado que, tanto por el crecimiento de las poblaciones
como por la aplicación insuficiente de los medios disponibles
para el control de esta enfermedad, a finales del presente
siglo habrá más enfermos tuberculosos que los que había
cuando se descubrieron los primeros fármacos antituberculosos.
Por otro lado, la TBC es una de las enfermedades asociadas
al SIDA más importantes; las alteraciones inmunológicas
que acompañan a este síndrome facilitan las formas de
TBC de reactivación y la progresión rápida de infección a enfermedad.
En el momento en el que se vislumbraba la posibilidad
de erradicar la TBC en algunos países industrializados a
lo largo del próximo siglo, la aparición del SIDA amenaza
con interferir estas optimistas previsiones que la humanidad
tardó siglos en conseguir. Hoy en día se considera que mientras
el SIDA no sea controlado, es poco probable que la TBC
pueda ser eliminada.
La TBC es una infección crónica producida fundamentalmente
por Mycobacterium tuberculosis y, en muy raras ocasiones
en la actualidad, por M. bovis. Se contagia casi siempre
por inhalación, en pocas ocasiones por ingestión y de
forma excepcional por inoculación cutánea. Desde la puerta
de entrada habitual, que es el pulmón, se extiende de forma
directa, por diseminación broncógena, o es transportado por
vía linfática o hematógena por todo el organismo, donde
produce lesiones destructivas en el momento de su diseminación
o, en virtud de su capacidad de persistencia intracelular,
después de largos períodos de latencia. La infección
primaria (primoinfección tuberculosa) suele ser asintomática,
aunque en un porcentaje reducido de casos cursa con
síntomas clínicos (TBC primaria). Si bien la primoinfección
casi siempre cura, quedan focos distantes al inicial con bacilos
vivos, capaces de producir, meses o años más tarde, enfermedad
tuberculosa (TBC de reactivación del adulto).
Aunque en la mayoría de los individuos la infección primaria
no progresa, produce modificaciones inmunológicas en el
huésped que modifican la respuesta a infecciones posteriores
o a la reactivación de la infección primaria y permiten
identificar al infectado (prueba de la tuberculina).
Etiología. En la actualidad se consideran como agentes etiológicos
de la TBC humana: M. tuberculosis, M. bovis, M. africanum
y el bacilo de Calmette y Guérin (BCG). Aunque algunos
investigadores les han otorgado el estatus de especies
independientes, con criterios taxonómicos rigurosos, M. bovis,
M. africanum y algunas cepas aisladas de pacientes con
TBC en el continente asiático deben considerarse como simples
variedades de M. tuberculosis.
M. tuberculosis es un bacilo de 1-4 por 0,3-0,6 m, inmóvil
y no esporulado. Como las restantes especies del género Mycobacterium
posee una pared celular muy rica en lípidos
(40% de su peso en seco total), lo cual reduce notablemente
su permeabilidad y dificulta su tinción. Esta puede requerir
el calentamiento de la célula hasta casi los 100 °C para permitir
que el colorante penetre en ella. Una vez conseguida la
tinción, la decoloración puede resultar igualmente difícil, incluso
utilizando una solución ácido-alcohólica. Este es el
fundamento de la tinción de Ziehl-Neelsen y de otras variantes
de tinción con fluorocromos (auramina).
Es un microrganismo aerobio estricto, cuyo desarrollo es
óptimo a 35-37 °C. Con fines de aislamiento se emplean sobre
todo medios sólidos a base de huevo coagulado, como
el de Löwenstein-Jensen que es el más universalmente utilizado,
y los semisintéticos con agar de Middlebrook y Cohn.
Una atmósfera enriquecida con CO2 estimula su desarrollo.
Su velocidad de crecimiento es mucho más lenta que la de
otras bacterias (su tiempo de división es de unas 18 h) tardando
varias semanas en dar colonias visibles en medios
convencionales. Éstas son bastante características, de color
crema, rugosas (“en coliflor”) y de superficie seca. Las colonias
aisladas se identifican por la producción de niacina, por
la reducción de nitratos, por poseer una catalasa termolábil y
ser resistentes a bajas concentraciones de hidrazida del ácido
tiofén-2-carboxílico (TCH). Actualmente existen sondas
genéticas que permiten una identificación directa de las colonias
aisladas. En la tabla 17.36 se señalan las principales diferencias
entre las variantes de M. tuberculosis.
Su lentitud de desarrollo en medios convencionales ha favorecido
la introducción en los laboratorios clínicos de sistemas
de detección rápida del crecimiento (sistema BACTEC).
En éstos se utiliza un medio líquido semisintético (7H12 de
Middlebrook) que contiene ácido palmítico marcado con
14C. El crecimiento de M. tuberculosis se comprueba al detectar,
mediante un aparato adecuado, la aparición de CO2 radiactivo
en el frasco de cultivo. Esto ocurre en un período de
tiempo muy inferior al necesario para visualizar la aparición
de colonias en los medios sólidos.
Además de las características diferenciales con M. tuberculosis
señaladas en la tabla 17.36, M. bovis es patógeno para el
cobayo y también para el conejo. M. tuberculosis sólo produce
una enfermedad regresiva en este último animal.
En la mayoría de los países con condiciones sanitarias
avanzadas, la TBC humana producida por M. bovis es escasa
o casi inexistente. La pasteurización de la leche de vaca es
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