La agricultura de Age of Empires II
Enviado por sugarc • 29 de Abril de 2013 • Ensayo • 1.818 Palabras (8 Páginas) • 549 Visitas
Ensayo
La agricultura de Age of Empires II comparada con las tecnologías aplicadas a la agricultura del INIFAP (Tradicional Vs Moderna)
Los hombres se han dedicado a la agricultura y al pastoreo de ovejas durante años, pero conseguir suficiente comida para alimentar a un ejército es mucho más complicado. Tras su caída como consecuencia de la llegada y el asentamiento de los pueblos bárbaros, durante los primeros siglos de la Edad Media este modelo se hizo mucho más cerrado, apareciendo una agricultura básicamente destinada a la población local, y con un sistema de cultivos muy homogéneo en toda Europa: huertas de frutas y hortalizas en las proximidades de las poblaciones, un poco más allá leguminosas y cultivos de regadío y, finalmente, tierras de secano destinadas a cereales.
Junto con esto, las tierras no roturadas proporcionaban pastos para el ganado y bosques donde se obtenía caza, recolección de frutos y leña.
Con la expansión demográfica medieval y la llegada de nuevos pueblos, este esquema se fue modificando paulatinamente. El crecimiento de las poblaciones hizo necesaria la roturación de nuevas tierras, y la aparición del sistema feudal llevó a los propietarios y buscar la consecución de mayores ingresos provenientes de la tierra. Ambos hechos impulsaron la aparición de nuevas técnicas que provocaron una verdadera revolución en el mundo rural y en la agricultura medieval, como en el juego.
En el juego el modelo es similar al que fue utilizado en toda Europa, podemos distinguir tres paisajes claramente diferenciados:
• En el norte la producción fundamentalmente nómada y ganadera
• En el centro predominaba el regadío
• En el sur, más seco, el cultivo de cereales, leguminosas o algodón se combina a la perfección con la producción de vino y aceite mediterráneo, así como las frutas y hortalizas, gracias al regadío mediante sistemas de canales y el uso de la noria introducida por los árabes.
La importancia de la producción y los trabajos en la agricultura es hasta tal extremo fundamental, que marca la vida y la existencia de toda una comunidad, ya fuese militar, religiosa o aldeana. Los calendarios se pueden establecer a partir de los trabajos agrícolas, identificándose cada mes con su tarea correspondiente, y son numerosos los ejemplos conservados hoy día que recogen esas actividades en pinturas murales, relieves escultóricos de iglesias y miniaturas de los manuscritos. Es gracias a muchos de estos casos que conocemos cómo era la vida cotidiana entre las comunidades agrarias de la Europa medieval, o como en el juego.
La puesta en cultivo de nuevas tierras hace que los pueblos esten más predispuestos a la introducción de innovaciones tecnológicas. Así, mientras en algunos lugares se sigue cultivando con el arado, en otros el arado de ruedas y la vertedera; esto, combinado con el yugo frontal, la collera y la aparición de la herradura, posibilitó la sustitución del buey por el caballo para tirar de una carga, con lo que el transporte terrestre se vio claramente beneficiado, a la vez que la mayor velocidad de este último permitía la multiplicación de los trabajos agrícolas.
El arado de ruedas permite remover la tierra con mucha mayor facilidad, de manera que el campesino se evitaba tener que utilizar la azada para complementar el uso del arado, mucho más superficial.
Aparecieron nuevas herramientas para el campo y las que había eran de mejor calidad, gracias a la utilización del hierro en su fabricación, como es el caso de hoces, guadañas, azadas o rastrillos.
Se introdujeron y generalizaron también los molinos de agua y de viento, facilitando en gran medida la actividad agrícola y su aplicación a determinadas producciones artesanales (batanes y molinos de curtir). Pese a que era conocido desde la Antigüedad, durante el siglo XI se multiplicó su uso, sobre todo gracias al hecho de que era controlado por el señor feudal y permitía a éste la obtención de una importante fuente de ingresos mediante la imposición de su utilización a sus siervos.
En cuanto a las técnicas utilizadas, fue fundamental la introducción de la rotación trienal, mediante la cual se dividían las tierras en tres partes que se iban destinando alternativamente a cultivos de invierno, de primavera y al barbecho; con ello, mejoró la producción y se consiguió una mayor diversificación de la misma.
Durante toda la Edad Media, la base de la sociedad estuvo constituida, casi exclusivamente, por la tierra. El sistema feudal marcó un hito en la evolución de la agricultura en el Imperio y los primeros siglos medievales hacia nuevas formas, y la tierra se convirtió en el pilar que sustentaba la división de la sociedad en señores, vasallos y siervos, ya fuesen religiosos o seglares.
Las innovaciones y la ampliación de las tierras de cultivo llevaron consigo otro efecto importante en el panorama agrario medieval, como fue la diferenciación del propio campesinado en dos grupos, los labradores y los braceros. Los primeros eran propietarios de un cierto número de tierras o lotes más o menos considerables que explotaban mediante la utilización de instrumentos de cultivo pesados, mientras que los braceros eran propietarios únicamente de pequeñas herramientas y cultivaban propiedades mucho más reducidas.
Todo ello conllevó la necesidad por parte de los principales señores de conocer la situación real de sus propiedades. Guillermo de Normandía, tras la conquista de Inglaterra en 1066, llevó a cabo un censo de todas las propiedades existentes en el reino, aunque con fines recaudatorios. Gracias a esta primera obra (el Domesday Book) y otros registros similares posteriores, así como a las actas y contratos sobre enfeudamientos y cesiones de derechos que se han conservado hemos podido conocer con detalle la estructura de la sociedad rural durante la Edad Media.
Como se ha dicho, fijar un punto exacto en la historia del
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