La pedagogía de la alteridad

La pedagogía de la alteridad

Entendiendo un poco más este nuevo modelo, se debe tener en cuenta que el educador debe comprometerse a un cambio en la praxis. ¿A qué nos referimos con esto? Se inicia con la aceptación y reconocimiento al educador–educando. Es decir, no se debe pensar en el interés del sistema educativo, sino pensar en lo que importa para el alumno como ser pensante, donde al final produzca conocimiento experiencias y destrezas, sin olvidarse de las actitudes y los valores.

El educador debe ser un amante apasionado de su profesión, donde dé lo mejor día a día, donde pueda buscar o crear modos originales, no la clonación de modelos ya existentes. Es decir, que vea la educación como el nacimiento de algo nuevo.

La pedagogía de la alteridad busca que el maestro se haga cargo del alumno conociendo sus necesidades. Resulta algo difícil entender esta postura para algunos, ya que es necesario cambiar la actitud de maestro para después vivir esta maravillosa experiencia, y estar en el contexto para tener la relación interpersonal y ayudar a la educación, a la reflexión sobre la

situación actual en la que vivimos hoy día.

Es importante tomar en cuenta que el valor debe formar parte de nuestra cultura y contagiar el conocimiento para cambiar actitudes y poder educar de forma distinta, ya que los valores constituyen el alma de nosotros mismos. Los valores son la ventana de nuestra vida.

El valor nos da conocimiento y experiencias, pero estos valores los hemos creado en nuestras manifestaciones históricas. Para poder entender un poco más es importante tomar en cuenta la universalidad moral en Levitas: “La moral no empieza por la voluntad de poner en práctica, lo que se dice o enseña, aunque esto también convenga hacerlo, sino por consentir en dejarse atrapar por su imperativo, sin referencia retrospectiva a unos principios. Alimentar a los ambientes, esconder a los perseguidos y hallar recursos para salvarlos no constituye el término de una reflexión llevada a cabo con total independencia de espíritu, aun cuando hubiera sido orientado por el hermoso principio de la dignidad de la naturaleza humana.” Estas reflexiones dejan un poco más claro lo que busca la pedagogía de la alteridad.

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