PEDAGOGIA DE LA ALTERIDAD

4.3 PEDAGOGIA DE LA ETICA. LA ALTERIDAD

Existe una enorme diversidad de opiniones sobre el lugar que ocupan los valores y las estrategias y criterios que se deben emplear para su aplicación en el aula. Cabe señalar que el área donde se produce mayor conflicto es en la enseñanza de valores, ya que cuando la gente se refiere a ellos lo hace sobre creencias y normas individuales.

En la época actual se ha producido una ruptura de todo tipo de barreras, sociales, nacionales, políticas y tecnológicas. En la era de la globalización entran en juego nuevos movimientos sociales y otros semejantes que interactúan constantemente en la sociedad de hoy día.

Es por ello que los educadores necesitamos interesarnos más por los asuntos prácticos y ocuparnos más en basar la praxis en la experiencia. Para ello es necesario reflexionar, leer pensar, criticar y analizar para poder construir un modo selectivo teórico que ponga en práctica los valores de nuestra labor educativa.

En la filosofía de Sócrates encontramos dos elementos fundamentales: la moral y la lógica. Sócrates basó su teoría en la idea de que todos deseamos y buscamos el bien, pero la falta de lógica nos conduce a hacer lo que deberíamos; desde esta perspectiva, la enseñanza de los valores incluye estrategias como el esclarecimiento de los valores o la ejercitación del pensamiento critico.

A su vez Aristóteles se interesó por virtudes morales como la amistad, la justicia, la honradez y la valentía, como base para la enseñanza de los valores.

El psicólogo estadounidense Kohlberg (1975) adhirió en un principio a la teoría cognoscitiva de Piaget, pero se distanció de ella para referirse al desarrollo del juicio moral. Por lo cual aplicó el concepto de Piaget unido a la configuración de la perspectiva social, con las condiciones necesarias pero no suficientes para el desarrollo moral. Un juicio moral es el proceso de reflexión realizado para dar una respuesta –dar equilibrio– a una situación que ha despertado un conflicto de valores. La respuesta es dada por el sujeto, el valor adoptado por cada ser humano. Por tanto, para intentar determinar el estadio de la moral en que se halla cada persona, hay que estudiar más que la opción o el valor.

De ser cierta la perspectiva kantiana, habremos de basar nuestras acciones en el sentido del deber y de la responsabilidad, lo cual se convertiría en un principio o en una ley universal. Kant habla de actuar según imperativos categóricos, lo cual constituye los principios y la acción moral. En este caso, la estrategia más acertada para aplicarla en la praxis educativa sería la de la pedagogía de la alteridad, ya que el análisis de las cuestiones globales afecta a la población mundial, a los derechos humanos y civiles, a los temas del medio ambiente, donde los dilemas morales se basan en los principios universales.

Entendiendo un poco más este nuevo modelo, se debe tener en cuenta que el educador debe comprometerse a un cambio en la praxis. ¿A qué nos referimos con esto? Se inicia con la aceptación y reconocimiento al educador–educando. Es decir, no se debe pensar en el interés del sistema educativo, sino pensar en lo que importa para el alumno como ser pensante, donde al final produzca conocimiento experiencias y destrezas, sin olvidarse de las actitudes y los valores.

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