Lectura La Educación básica
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TITRE COURANT, PAGES PAIRES: Sylvia Schmelkes
TITRE COURANT, PAGES IMPAIRES: La autonomía y la evaluación en México
TITRE COURANT, BAS DE PAGE: Perspectivas, vol. XXXI, n° 4, diciembre 2001
Versión original: inglés
Sylvia Schmelkes (México)
Es socióloga. Durante los últimos treinta años se ha dedicado a la investigación educativa en los campos de la
educación básica y de adultos, temas sobre los que ha publicado una serie de libros, ensayos y artículos
científicos. En la actualidad es coordinadora general de Educación Intercultural y Bilingüe la Secretaría de
Educación Pública de México. Correo electrónico: schmel@data.net.mx
LA AUTONOMIA DE LA ESCUELA Y LA EVALUACION
LA AUTONOMIA ESCOLAR Y
LA EVALUACION EDUCATIVA
EN MEXICO
Sylvia Schmelkes
El contexto: descentralización y autonomía escolar
El sistema actual de educación de México surgió como consecuencia de la Revolución (19101921).
El Ministerio de Educación (Secretaría
de Educación Pública) fue creado en 1921.
Aunque
empezó
a funcionar de manera
descentralizada, pronto se vio que era necesaria la
centralización
para garantizar la prestación de los
servicios de educación, especialmente
en las
zonas
rurales (Arnaut, 1998).
El sistema ha seguido centralizado hasta hace muy poco. En 1992, con la firma del
Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica Normal (Secretaría de
Educación Pública, 1992) por el Presidente de la República, el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación y los Gobernadores de los Estados de la Federación (México
cuenta con 31 Estados y un Distrito Federal), la administración de la educación básica y la
formación inicial de docentes se descentralizó, pasando a depender de los estados. El
Gobierno Federal mantuvo el control del currículo, la evaluación y las medidas
compensatorias destinadas a garantizar la equidad entre los Estados en los servicios de
educación.
La educación básica en México experimentó una expansión notable en el decenio de
1960, situación que se prolongó hasta el final del decenio de 1980. Se planteó como un
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sistema vertical y se difundió según este modelo. Hasta hace muy poco, el educativo
mexicano no había tenido experiencia de autonomía. Las escuelas eran concebidas como
unidades que debían seguir estrictamente las instrucciones que venían del centro. Quedaba
poco espacio, en teoría, para la adopción de decisiones en el ámbito de la escuela.
Esta situación ha cambiado poco con la descentralización. Probablemente, el centro de
poder se ha desplazado ligeramente del nivel central al nivel estatal; pero el sistema sigue
siendo vertical y en principio se supervisa que las escuelas sigan las instrucciones.
Pese a esto, se ha avanzado hacia una mayor autonomía de las escuelas de modo
experimental y bajo un estrecho control de los autores del proyecto. Todo ello se debe a que
cada vez se hace más evidente la inmensa diversidad de las escuelas de México (Rockwell,
1995; Schmelkes, 1999), a la vez que se cobra conciencia de la importancia que tiene la
escuela como institución y para la mejora de la educación
1
.
En 1996 tuve la oportunidad de dirigir un proyecto de intervención en el Estado de
Coahuila destinado a desarrollar la capacidad de planeamiento escolar en 200 centros de
educación preescolar y primaria. En 1998 trabajé como asesora del Estado de Nuevo León
para el desarrollo de un proyecto destinado a preparar a los supervisores de escuelas primarias
para fomentar y apoyar el planeamiento de la educación en las escuelas de su jurisdicción.
En el Distrito Federal, se invita a las escuelas a elaborar “proyectos escolares” como
tarea colectiva de todo el equipo de la escuela, destinados a mejorar la calidad de la
enseñanza. En 1996, se inició un proyecto de administración escolar en 200 escuelas
primarias repartidas en cuatro estados, elaborado a escala central y destinado a mejorar la
capacidad de las escuelas para planear sus actividades académicas. La experiencia ha
relativamente exitosa y se va extendiendo progresivamente. Hasta ahora, participan en él 1697
escuelas primarias de 19 Estados de los 31 de que consta el país (Secretaría de Educación
Pública, 2000).
Uno de los programas de educación
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más importantes de la nueva administración es el
llamado “escuelas de calidad”, que se destina a escuelas urbanas situadas en zonas marginales
que participan voluntariamente en un programa de mejora de la escuela. Los proyectos
escolares elaborados por los equipos de la escuela con la participación de la comunidad
compiten para obtener recursos económicos destinados a mejorar y aumentar la
infraestructura educativa, el equipamiento, los materiales didácticos y todo lo necesario para
la educación. Hay un seguimiento estricto de las escuelas participantes, que reciben ayuda
durante el proceso y son evaluadas al final del curso para determinar si deben continuar con el
programa.
2
La reforma del currículo de 1997 para la formación inicial del profesorado introduce
un curso de gestión escolar por primera vez en la historia
3
. También se está impartiendo un
curso a escala nacional para los directores y supervisores sobre gestión y autonomía escolar
.
Como puede verse, el sistema está avanzando con prudencia hacia una mayor
autonomía de la escuela. No hay duda de hasta dónde nos llevará esta tendencia en el futuro
próximo. La prudencia con la que está avanzando México en esta dirección se debe al temor
por los riesgos que existen de que aumente la desigualdad debido a la incapacidad del sistema
de educación para apoyar debidamente a las escuelas en el ejercicio de su autonomía.
La evaluación: la creación de la información y su utilización
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El Ministerio de Educación de México tiene una gran experiencia en la evaluación de los
resultados de aprendizaje. Después de Chile, que fue el primer país de América Latina en
evaluar sistemáticamente los resultados del aprendizaje
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