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Neurodesarrollo aplicado en el juego


Enviado por   •  6 de Julio de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.823 Palabras (12 Páginas)  •  350 Visitas

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Introducción

En el primer año de vida es fundamental  facilitar el desarrollo integral en el niño teniendo en cuenta las áreas motoras gruesa y fina, cognitiva, afectiva, social, comunicativa y además el equilibrio vestibular. Una adecuada estimulación prepara al niño para relacionarse con el mundo que lo rodea a través de su propio cuerpo.                                                

Entendemos por desarrollo la adquisición de aspectos cualitativos que implican diferenciación,  integración y perfeccionamiento de funciones  motoras, psicológicas y sensoriales, diferenciándose del concepto de crecimiento el cual comprende  aspectos cuantitativos como peso, talla, altura.

Podemos lograr un desarrollo óptimo a través del juego, el cual como experiencia esencialmente interactiva, demanda la intervención de: el niño, compañeros de actividades adultos o niños, los objetos de interés o de conocimiento, así como espacio y  tiempo para jugar. De esta manera en el transcurso de los doce primeros meses de vida, la estimulación  de los órganos sensoriales estimulan el desarrollo psicomotriz junto con la transformación de arcos reflejos inconscientes en actos voluntarios conscientes, permitiéndole al niño a descubrir su propio cuerpo, el mundo que lo rodea y su funcionamiento, la interacción con los demás creando vínculos afectivos, desarrollo de su inteligencia y habilidades motrices, entre las funciones más importantes.

En los jardines maternales se desarrollan actividades lúdicas, por lo cual es un ámbito esencial  para intervenir en el neurodesarrollo del infante. Es por ello que nos propusimos plantear un plan de actividades en dichos jardines, desde un enfoque kinésico como estudiantes de cuarto año de la carrera de kinesiología, tratando de brindar herramientas para un desarrollo óptimo de los niños. A partir de esto surge la inquietud de conocer si la práctica diaria realizada en jardines maternales se correlaciona con dicho planteamiento teórico.

Desarrollo

La estimulación en el juego debe ser adecuada, adaptada, continua, y gradual acorde a la etapa en la que se encuentra el niño. Además debe incluir todo aquello que es indispensable  dentro de la esfera sensoperceptual, afectiva, cognitiva, motora, social, moral, y  motivacional, formando hábitos y organizando  la conducta,  según  los objetivos pretendidos.

Los objetivos  varían según la edad, dividiéndose en distintas etapas con finalidades especificas en cada una de ellas.

Según Piaget el juego es el elemento en el que el niño posa su atención, y a través del cual desarrolla su inteligencia y sus habilidades para resolver problemas. Teniendo en cuenta esto, divide al juego en 3 grandes etapas, las cuales a su vez presentan subdivisiones de complejización. En l período sensoriomotor predomina el juego de ejercicio; se da de 0 a 1 año y se divide en 4 subetapas:

  • Subetapa de los reflejos: (0 a 1 mes): el recién nacido se encuentra gobernado por las reacciones reflejas,  partir de ellas ensaya algunas conductas y las aprende.
  • Subetapa de las reacciones circulares primarias (1 a 4 meses): El bebé ensaya conductas placenteras, las repite, y succionando objetos estimula su sensorialidad.
  • Subetapa de las reacciones circulares secundarias (4 a 8 meses): El niño orienta su comportamiento, observa la reacción y lo reproduce para obtener nueva gratificación. Desarrolla la coordinación viso-motora
  • Subetapa de la coordinación de esquemas secundarios (8 a 12 meses): Aquí se logra la permanencia del objeto, comprende que los objetos y personas siguen existiendo aún cuando no las ve.

En cuanto al lenguaje, en los primeros meses de vida predomina la succión, el grito y el llanto como medio de comunicación. Más adelante éstos se complejizan en los primeros juegos vocales, intentando imitar sílabas y sonidos.

Decidimos realizar una división en etapas, para diferenciar las características más importantes del juego:  

  • Primera etapa: 0-3 meses. El bebé se encuentra mayormente en una postura asimétrica, y puede comenzar a tomar objetos que le sean alcanzados. Hacia el final de este periodo logra llevar sus manos y algunos objetos a la línea media. Se observa que se sorprende ante sonidos o movimientos repentinos.
  • Segunda etapa: 3-6 meses. En el intento buscar un juguete comienza a rolar en bloque para luego progresar a un rolido más disociado, y realizar descargas de peso para liberar un miembro para jugar. En decúbito prono inicia el swimming (posición del nadador) como juego, lo cual contribuye a  la elongación de los abdominales, que lo preparar para nuevas posturas en las siguientes etapas.
  • Tercera etapa: 6-9 meses. A los 6 meses el niño logra la oposición al pulgar, lo cual le permite la motricidad fina a la hora de jugar. Consigue mantenerse sentado con apoyo anterior,  puede entrar y salir de la línea media y comienza con el gateo, facilitando el alcance de objetos de su interés.
  • Cuarta etapa: 9-12 meses. En este período se va complejizando el desplazamiento del niño. El gateo es más eficaz y comienza a pararse desde maratón agarrado de objetos, y más adelante logra caminar. Con este tipo de desplazamiento, y con el logro de la permanencia del objeto, su juego se vuelve más independiente.

Todas las adquisiciones motrices que se dan en las etapas anteriores, pueden ser estimuladas a partir de diferentes actividades lúdicas planteadas con un objetivo determinado.

Los jardines maternales son un medio apropiado para que los docentes capacitados pueden intervenir de manera positiva en el desarrollo psicomotor a través del juego. El docente debe estar atento y acompañar el desarrollo de los alumnos con propuestas enriquecedoras, pero sin apresurar ni forzar las capacidades propias del niño, respetando sus tiempos. Se debe buscar un equilibrio entre un juego que mantenga la motivación, el interés y la atención en el infante, sin dejar de lado la finalidad psicomotriz del mismo.

Para elegir una actividad apropiada se debe tener en cuenta la edad del niño, sus necesidades, sus capacidades cognitivas y la posibilidad de favorecer su aprendizaje. Se pueden combinar diferentes  tamaños, formas, colores, texturas y sonidos, que los niños puedan explorar y descubrir, en diferentes posiciones y decúbitos.

Consideramos importante que las instituciones maternales cuenten con un plan de trabajo orientado hacia un desarrollo óptimo de las áreas motrices, cognitivas y de lenguaje. Para ello propondremos una guía basada en nuestros conocimientos kinésicos, en busca de reforzar el neurodesarrollo infantil, según las etapas planteadas:

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