PROSPERIDAD FALAZ
Enviado por Christell Flores • 11 de Septiembre de 2021 • Documentos de Investigación • 1.398 Palabras (6 Páginas) • 557 Visitas
El término “Prosperidad Falaz” fue acuñado por el ilustre historiador Jorge Basadre, haciendo referencia a una prosperidad falsa, aparente e irreal que tuvo el Estado peruano durante el apogeo guanero. Es el período republicano entre 1845 y 1872, donde el Estado peruano obtuvo grandes ingresos económicos por la explotación y comercialización del guano de las islas (fertilizante orgánico), hacia el mercado industrial europeo. Lamentablemente los ingresos económicos, producto de la explotación del guano de islas, no fueron invertidos apropiadamente, para impulsar el desarrollo industrial en el Perú.
Desde 1845, con la llegada de Ramón Castilla al poder, el Perú inició un período de relativa paz política debido a que ahora los gobiernos gozaron de un ingreso económico inesperado: el guano. La exportación de este excelente fertilizante se hizo posible porque Norteamérica y Europa sufrían las consecuencias de una explosión demográfica en pleno siglo de la Revolución Industrial.
El problema fue que la “industria” local careció en un inicio de los medios necesarios para explotarlo. El capital, empresariado y mano de obra vinieron del extranjero, pero la propiedad del guano, como recurso natural, quedó en manos del Estado, que podía recibir ingresos directos derivados de su venta y exportación. Castilla se benefició de este dinero y tejió toda una red de poder que le permitió convertirse en uno de los políticos más exitosos del siglo XIX. Según Mariátegui, J, agudo analista sostuvo que:” (...) El guano y el salitre ocuparon un puesto desmesurado en la economía peruana. Sus rendimientos se convirtieron en la principal renta fiscal.”(L.23)
Durante su primer gobierno, Castilla invirtió en defensa nacional en previsión al avance chileno en el Pacífico, estableció el primer presupuesto, inició el pago o “consolidación” de la deuda interna, regularizó la deuda externa, puso en práctica el sistema de las consignaciones para el negocio guanero y permitió la llegada de peones chinos para laborar en las plantaciones de la costa y extraer el guano en las islas de Chincha. Por último, inauguró el ferrocarril Lima-Callao, obra emblemática del “castillismo”. Según Mariátegui, J, detalla la situación de la sociedad ante el apogeo del guano, “ (...) el país se sintió rico. El estado usó sin medida de su crédito vivo en el derroche hipotecando su porvenir a la finanza inglesa (...)” (L.24)
Según Orrego, J, evidencia la situación económica del Perú y la situación de la exportación del guano en el Perú hasta la guerra con Chile, este se evidencia a través de la siguiente cita: “Hasta el estallido de la Guerra con Chile en 1879, el Perú exportó entre 11 y 12 millones de toneladas de guano que generaron una ganancia de 750 millones de pesos. De ellos el estado recibió como propietario del recurso el 60%, es decir, una suma considerable para convertirse a través de inversiones productivas en el principal agente del desarrollo nacional. (...)” (L.6)
Instalado por segunda vez en el poder, Castilla le dio el negocio del guano a los peruanos “consolidados”. Ahora, convertidos en “consignatarios nacionales”, con el suficiente capital, pudieron reemplazar a los empresarios extranjeros en la venta del abono en Europa y obtuvieron enormes ganancias. De esta forma, Castilla quiso utilizar parte del dinero generado por el guano en formar una clase local con vocación empresarial. Y a continuación Shane, H, señaló que: “ (…) los ingresos guaneros no fueron invertidos para desarrollar un aparato productivo industrial, base para una economía nacional” (L.32). Este mismo detalla que se utilizaron de la siguiente manera: 7% supresión de tributo indígena y la libertad de esclavos, 24,5% expandir la burocracia militar, 29% expandir la burocracia civil, 8% pago a extranjeros, 11,5% pago para peruanos que financiaron las guerras de independencia, 20% ferrocarriles.
Si medimos la importancia del guano en la economía nacional podríamos decir que cuando Castilla hizo el primer presupuesto para el bienio 1846-1847, la venta del fertilizante representaba el 5% de los ingresos totales; años más tarde, entre 1869 y 1875, el guano generaba el 80% del presupuesto nacional. Con esta relativa bonanza se podía recuperar el crédito externo e implementar una política de obras públicas para modernizar al país. El resultado, sin embargo, no fue tan alentador. El dinero generado por el guano fue gastado en rubros casi improductivos: crecimiento de la burocracia, campañas militares, abolición del tributo indígena y de la esclavitud, pago de la deuda interna y saneamiento
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