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La prosperidad verdadera


Enviado por   •  24 de Mayo de 2013  •  2.583 Palabras (11 Páginas)  •  455 Visitas

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La prosperidad verdadera

por Gloria Copeland

Para que nuestra vida prospere, primero es necesario que nuestra alma prospere. Pero, ¿cómo logramos esto?

Mi vida empezó a prosperar hace muchos años, cuando leí Mateo 6:33 en una Biblia que la madre de Ken le había regalado: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".

Eso quiere decir que debemos procurar "hacer lo que es justo ante Dios", y esto constituye la base de la prosperidad según Dios. Cuando encontré ese versículo, yo ya estaba pensando en poner a prueba el camino de Dios, porque tenía muchas necesidades, y a como yo estaba haciendo las cosas, nada estaba dando resultado.

Descubrí que la prosperidad según Dios no incluye únicamente las bendiciones materiales; también incluye la sanidad, la sabiduría, el éxito, el bienestar, la protección y el favor de Dios y todas las cosas buenas que usted pueda necesitar: todas las cosas buenas por las que Jesús pagó para que fueran suyas. Él tomó nuestro lugar y cargó con la maldición del pecado para que viviéramos en la bendición de Dios: "Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles, a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu" (Gálatas 3:13-14).

Isaías 53:5 nos dice: "...el castigo [necesario para obtener nuestra paz] de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga [o sus heridas] fuimos nosotros curados". La palabra hebrea para paz en esta escritura es shalom, que esencialmente significa "nada hace falta, todo está íntegro", es decir, la plenitud en todo aspecto de nuestra vida: espíritu, cuerpo y alma.

Esta forma de vida próspera no cae del cielo, ni ocurre de un día para otro. Sin embargo, el fundamento de la prosperidad verdadera empieza con los siete pasos siguientes:

1. Andar en la verdad

2. Ser fiel

3. Ser diligente

4. Diezmar

5. Sembrar

6. Confiar

7. Hablar

Echemos un vistazo a cada uno de estos elementos que son clave para andar en prosperidad.

Andar en la verdad

"No tengo yo mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad." (3 Juan 4)

Si yo le hablara del cielo, no podría ofrecerle información de primera mano pues no he estado allí. Sin embargo, cuando enseño acerca de la prosperidad, sé por experiencia propia lo que es pasar de no tener nada a tener en abundancia. Durante 33 años, Kenneth y yo hemos vivido según los principios de la abundancia.

Cuando nos casamos no sabíamos lo que era andar en prosperidad. Yo me puse un velo que costó dos dólares, y llevé un vestido blanco de algodón que mi madre cosió para la boda. Un amigo de Ken nos casó en su casa y su esposa hizo un pastel. Incluso tuvimos que pedir prestados cien dólares para ir de luna de miel. No teníamos ni dinero ni sabiduría, y difícilmente se hubiera podido encontrar una pareja tan ignorante como nosotros en aquel momento. Pero algo sucedió que cambió nuestra vida completamente; empezamos a escuchar la verdad de la Palabra de Dios. En primer lugar, nacimos de nuevo. Hubo un cambio en nuestro interior, aunque por fuera no se notaba mucha diferencia. Una vez que fuimos llenos del Espíritu Santo, hubo cambios exteriores, pero no muchos porque todavía no conocíamos la Palabra. Los cambios profundos en nuestras vidas ocurrieron cuando empezamos a andar en la Palabra y a dejar que la sabiduría de Dios dictara nuestra forma de vida. Entonces, ¡todo comenzó a cambiar!

Descubrimos que el primer paso para el incremento es andar en la verdad. Esto significa andar en la luz de la Palabra de Dios; andar según sus caminos, su sabiduría y en lo que Él considera justo. Usted nunca dejará de recibir bendiciones si vive de esta manera. Jesús dijo: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8:31-32). No me refiero únicamente a leer versículos sobre la prosperidad; usted prospera cuando anda en todas las palabras que Dios le da. En eso consiste la sabiduría de Dios.

Andar en la verdad significa llevar una vida piadosa, es decir, andar en obediencia a lo que es justo ante Dios. Las bendiciones dadas en Deuteronomio 28:1-14 son el resultado de la obediencia: "Acontecerá que si oyes atentamente la voz de Jehová, tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová, tu Dios, te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones." (versículos 1-2).

Dios siempre bendice a las personas obedientes. Isaías 1:19 nos dice: "Si queréis y escucháis, comeréis de lo mejor de la tierra". Dios puede actuar en una persona que tenga un corazón dispuesto; de hecho, en el salmo 25:12-13 está la promesa para quienes temen al Señor: "¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar y su descendencia heredará la tierra".

Una de las primeras lecciones que Dios nos enseñó fue la de no meternos en deudas, y le obedecimos. En aquel entonces eso fue algo muy significativo para nosotros. Empezamos desde el principio, lo cual significaba creer que Dios pagaría las cuentas atrasadas; y como estuvimos dispuestos a obedecer y andar en la verdad de la Palabra, el incremento se dio. En su vida también se pueda dar el incremento. Dios desea que usted viva en su círculo de bendiciones; es su voluntad que usted reciba el incremento.

Ser fiel y diligente

"Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor". (Mateo 25:21)

La fuerza de la fidelidad es un fruto del espíritu que usted recibió el día que nació de nuevo. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define fidelidad como "lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo".

Una persona fiel constantemente hace lo que es justo, aun cuando pareciera que pudiera perjudicarle. El salmo 106:3 dice: " Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo". Sin la fidelidad, no podemos ser justos, porque la naturaleza de Dios es ser fiel.

"Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias;

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