Paradigma De La Discapacidad

Paradigmas de la discapacidad.

Los diversos paradigmas en torno a la discapacidad han establecido la forma de ofrecer atención a las personas entorno a esta situación. Son tres los paradigmas más habituales en torno a la discapacidad:

El paradigma tradicional

También llamado paradigma de prescindencia, es el más antiguo y de mayor divulgación. En este paradigma si ve tanto la marginación, discriminación como la lastima y protección hacia los discapacitados, donde viven una situación de dependencia y sometimiento. Dentro del uso de este enfoque se encuentra el rechazo de estas personas en muchas actividades con claras diferencias respecto a las demás personas, y así también las designaciones despectivas como “lisiados”, “deficiente” o “minusválidos”, entre otros.

El paradigma médico-biológico

Es también conocido como paradigma rehabilitador, surge después de la primera guerra mundial. El enfoque de este paradigma es que toda la atención ofrecida hacia la persona con discapacidad se centra en una solución de intervención profesional, con desarrollo y de la ampliación de la tecnología para la recuperación de estos. La meta de este paradigma es “la eliminación de la deficiencia, de manera que las personas con discapacidad sean capaces de adaptarse a las demandas del entorno, sin que se contemple como necesaria la modificación del entorno para su inclusión efectiva en la sociedad” (Padilla-Muñoz, 2010).

El paradigma social

Este paradigma ha incorporado entorno de la persona con discapacidad, todas las disciplinas e instituciones que trabajan con ellos. Es igual conocido como paradigma de la autonomía personal, ya que este concibe a la persona con discapacidad desde una perspectiva biopsicosocial y de derechos humanos, lo que lo lleva a una aspiración real, convirtiéndose en una persona social y económicamente activa. “Este abordaje sostiene que las desventajas la segregación y la inaccesibilidad a recursos no están determinadas por la deficiencia orgánica que puede presentar una persona, sino que obedecen a las consecuencias de tener que afrontar un entorno que no está diseñado para la discapacidad” (Strauss y Sales, 2010). Ya que las barreras impiden la participación autentica de las personas con discapacidad en diversos ámbitos.

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