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Problemas de audicion


Enviado por   •  13 de Junio de 2016  •  Apuntes  •  6.975 Palabras (28 Páginas)  •  220 Visitas

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¿Cómo sé si mi hijo tiene problemas de audición?

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Mariana López Seco, Fonoaudióloga

Los seres humanos recibimos los estímulos del mundo por medio de 5 canales o sentidos básicos: audición, vista, olfato, gusto y tacto.

Los canales más importantes para el aprendizaje son el visual y el auditivo. A pesar de que este último permanece "despierto" aún durante el sueño, es el más difícil de detectar cuando empieza a tener una pérdida, a menos de que se trate de una pérdida súbita y profunda, donde es muy obvio tanto para el niño como para la gente que lo rodea.

El oído es uno de los órganos que está más expuesto a enfermedades comunes como gripas, resfriados, alergias, entre otras y, que por ser comunes, no se les da la importancia debida, pero ¿qué sucede cuando no pasa en unos días o se repite más de 5 veces al año?; en ocasiones, durante un proceso gripal fuerte, la audición disminuye y al recobrar la salud, también se recupera la audición, pero si la enfermedad es reincidente, seguramente el aprendizaje de los niños se verá afectado durante este proceso infeccioso y tu hijo puede haberse perdido de alguna información valiosa o haberla percibido de manera distorsionada.

El sentido de la audición es indispensable para la adquisición del lenguaje verbal y, de acuerdo al grado de salud del oído va a depender el desarrollo del mismo. Por lo tanto en los primeros 5 años del niño es fundamental cerciorarse que su audición sea la adecuada. Es más fácil identificar una pérdida de audición severa o profunda en los niños, sobre todo a partir de los 2 años de edad, ya que el niño no habla nada o habla muy mal, en algunos casos tiene problemas para detectar sonidos y los detecta sólo con un alto volumen.

Cuando los bebés son pequeñitos, una de las maneras de darnos cuenta si nuestro hijo escucha bien es observando sus respuestas ante ruidos fuertes como por ejemplo: si abre los ojos, parpadea, se agita, se despierta, gira la cabeza hacia donde proviene el sonido (a partir de los 4 meses más o menos) llora o cesa de llorar, entre otros. A medida que los niños van creciendo, son capaces de detectar los sonidos a menor intensidad y las respuestas son más evidentes.

Otros de los síntomas más comunes presentados en los niños de 2 años en adelante cuando hay una Pérdida de Difícil Detección y que nos pueden dar parámetros para detectar a tiempo una pérdida auditiva son:
Tiene dificultad en pronunciar ciertos fonemas (letras), tiene bajo rendimiento escolar, se le dificulta seguir órdenes sencillas, tendencia a distraerse, no hace caso en la escuela, habla muy fuerte o muy quedito.

Dentro de las llamadas Pérdidas Auditivas de Difícil Detección encontramos:
• pérdidas fluctuantes (en ocasiones hay pérdida, luego se recupera)
• pérdidas unilaterales (un oído sano y el otro con pérdida)
• pérdidas que abarcan solamente algunas frecuencias (puede no escuchar los sonidos graves y sí los agudos o viceversa)
• pérdidas ligeras (es muy pequeña la pérdida)

¿Qué hacer en caso de que haya duda en cuanto a la audición de tu bebé?
• Acudir con un médico otorrinolaringólogo pediatra, quien solicitará antecedentes familiares.
• Dependiendo de los antecedentes y de la edad de tu bebé, el doctor recomendará una evaluación auditiva.
• Una vez hecha la evaluación, deberás acudir nuevamente con el doctor, quien dará el diagnóstico final.

Los resultados de los estudios pueden ser los siguientes:
• Que tu hijo escuche bien
• Que tenga una infección que le esté alterando momentáneamente su audición
• Que no escuche bien de un oído
• Que en los dos oídos tenga una pequeña pérdida
• Que en ambos oídos tenga una pérdida severa o profunda.

¿Qué hacer en caso de detectar una pérdida?
Dependiendo del tipo de pérdida, el médico puede recomendar: un tratamiento con medicinas, una terapia de lenguaje, el uso de auxiliares auditivos con terapia de audición o quizá solicite otro tipo de estudios.

¿Cuáles son los estudios y a partir de qué edad se realizan?
En algunos países ya es obligatorio agregar a la evaluación que se realiza al recién nacido, un estudio auditivo. En México aún no es obligatorio, sin embargo hay hospitales que ya lo realizan de manera rutinaria. Así mismo en algunas escuelas solicitan en rastreo auditivo que sirve para detectar o descartar problemas en la audición.

A partir de las 6 horas de nacido se puede realizar un estudio llamado Emisiones Otoacústicas, y a partir de los 6 meses de edad se puede evaluar por medio de los Potenciales Evocados Auditivos del Tallo Cerebral (PEATC). Para realizar ambos estudios se necesita que el niño esté dormido. No duele ni tiene efectos secundarios.

Existe otro estudio que se realiza a niños más grandes llamado Audiometría, con el cual se conoce el tipo y grado de audición. En este estudio el paciente tiene que participar, ya sea por medio del juego o respuestas directas y la edad para realizarlo depende principalmente de la capacidad y experiencia del especialista audiólogo, con los niños. No duele y tampoco tiene efectos secundarios. Si el niño ya tiene la edad suficiente para responder, el estudio puede tener mejores resultados. Es el estudio más aconsejable aunque siempre es recomendable confirmar los resultados con un estudio complementario.

Es aconsejable realizar un estudio audiológico a todos los niños por lo menos una vez al año como prevención, y en los siguientes casos: si hay antecedentes familiares de sordera o diabetes; complicaciones durante el embarazo o nacimiento.

Determinación de la audición en el recién nacido

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La determinación para conocer si un bebé recién nacido escucha bien, ha sido una preocupación constante de padres y médicos. Aunque es elevada la posibilidad de encontrar sordera “de alto riesgo” en niños (aquellos que padecieron infecciones virales al nacer, que se expusieron a medicamentos capaces de producir daño al oído interno, que tuvieron ictericia severa [excesivo color amarillo en la piel] o aquellos con antecedentes al momento de nacer de falta de oxigenación, por citar algunos casos), se desconoce cuántos niños son sordos sin causa evidente y antecedentes de importancia.

En estos casos, generalmente el diagnóstico lo hace el pediatra, el médico especialista o los mismos padres, en forma tardía.

Aunque a muchos de estos niños se les diagnostica a una edad en que la rehabilitación es posible, el éxito de ésta, así como la buena respuesta al tratamiento específico, si es que lo hay, son mayores entre más pronto se documente si existe o no pérdida de la audición.

¿Cómo se logra determinar si un niño recién nacido escucha o no?

Una forma de hacerlo es observando la reacción del bebé al exponerlo a ruido: si despierta al producirse un sonido intenso, si dirige la mirada a la fuente del sonido o si reacciona con diferentes gestos a los sonidos producidos, se puede interpretar como signo de que existe audición. Sin embargo, esta forma de valoración es subjetiva, poco confiable y no permite, entre otras cosas, realizar un registro exacto del volumen de sonido necesario para que el bebé lo perciba.

Otra forma mucho más fiable ―que es posible medir con precisión para estudiar si existe o no audición en un niño pequeño― es con un método llamado: “Potenciales Evocados Auditivos de Tallo Cerebral”.

En este estudio se estimula el oído del bebé con una serie de sonidos de una intensidad y tono conocidos, mediante un sensor se determina la respuesta del sistema nervioso central en las regiones por donde se transmite el estímulo generado en el oído interno.

Para entenderlo mejor, podemos comparar la vía de transmisión del sonido con un telégrafo: el oído interno funcionará como la tecla del telégrafo enviando una señal eléctrica; esta señal se transmite por un cable que sería el nervio auditivo y la llamada “vía auditiva” hasta un receptor, que sería la corteza del cerebro. Lo que hacen los Potenciales es determinar si “el cable” está o no transmitiendo el mensaje.

Aunque es de gran utilidad, el estudio de “Potenciales Evocados Auditivos de Tallo Cerebral” puede dar resultados falsos por diferentes factores como la falta de madurez de la vía auditiva; debido a esto, frecuentemente necesita repetirse meses después de realizarse por primera vez, de modo que como “método único” para determinar la audición de un niño, es limitado.

Otro estudio utilizado para determinar si existe o no audición en los recién nacidos es la determinación de las llamadas “Emisiones otoacústicas”.

Las Emisiones otoacústicas son sonidos producidos por un tipo especial de células llamadas células ciliadas externas, del oído interno, son de dos tipos: espontáneas y provocadas. Las emisiones otoacústicas provocadas son aquellas que se producen en respuesta a un estímulo y también hay de diferentes tipos, son éstas las que podemos medir como indicador de si existe o no audición.

Este estudio nos permite conocer si existe o no actividad de las células ciliadas externas: aunque en la gran mayoría de los casos la presencia de emisiones otoacústicas indica que sí hay audición, existe un pequeño porcentaje de casos en donde hay emisiones otoacústicas presentes pero un estudio de Potenciales Auditivos francamente anormal. Es decir, el aparato de telégrafo funciona perfectamente, pero el cable no transmite el mensaje.

Por lo anterior, la recomendación es realizar ambos estudios en forma simultánea: si existe alteración en cualquiera de ellos se debe canalizar a un servicio de otorrinolaringología / audiología con el fin de:

1) determinar si existe una causa que pueda tratarse y, en su caso, hacerlo oportunamente.

2) establecer un protocolo de seguimiento y determinar con precisión la magnitud de la sordera.

3) iniciar lo antes posible las medidas de rehabilitación pertinentes para cada caso.

El niño sordo requiere mucho amor y cuidado: son niños especiales que requieren de atención especializada y que, en la gran mayoría de los casos, sólo tienen como obstáculo para lograr un desarrollo pleno, la ignorancia de algunos médicos y padres.

• El niño sordo no es tonto.

• El niño sordo puede rehabilitarse e integrarse totalmente a la sociedad.

• El niño sordo requiere atención inmediata, no existe motivo para retrasar su manejo pensando que “tal vez escuche cuando crezca”.

• Usar “aparatos” para la sordera no marca a los niños: los auxiliares auditivos son como los anteojos, prótesis que nos ayudan a vencer una limitación. No es ninguna vergüenza ser sordo y usar auxiliares como no es ninguna vergüenza ser miope y usar lentes.

• Si dudas si tu bebé escucha o no, debes comunicárselo a tu médico y, si es necesario, acudir directamente al especialista e insistir en que se haga una valoración audiológica completa de acuerdo con la edad de tu hijo.

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