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QUIMICA EN TU VIDA


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2014  •  1.359 Palabras (6 Páginas)  •  169 Visitas

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FC1/TEMA 3. (I. Parte) La revolución en la química del siglo XVIII

Durante el siglo XVIII continuó el desarrollo de la astronomía y de la física; también se produjeron avances notables en biología. Sin embargo, se puede afirmar que la ciencia que se vio más modificada en este tiempo, la que sufrió una auténtica transformación teórica, fue la química. Si el cambio producido en la astronomía desde Copérnico hasta Kepler se ha podido denominar revolución, si la física desde Galileo a Newton ha pasado por una fase revolucionaria, con no menos razón se puede hablar de revolución en la química del siglo XVIII.

El primer apartado expone las líneas más relevantes de la tradición química y alquímica (3.I.1.), presenta algunas ideas y problemas especialmente importantes y conectados con el desarrollo posterior de la química.

La primera construcción teórica importante en la química del XVIII a la que debemos prestar atención es la química del flogisto desarrollada por Stahl. Será tratada en 3.I.2..

La influencia de las ideas newtonianas, tanto en aspectos de contenido, como en cuestiones metodológicas y estrategias heurísticas fue más que notable en todas las disciplinas científicas, y la química no fue una excepción. Sin embargo, el programa newtoniano no se cultivó de manera unitaria (ni fue el único seguido por la química del momento), de modo que tendremos que ocuparnos del desarrollo del programa newtoniano en sus diversas formulaciones (3.I.3.).

Las dos líneas más importantes de cambio en la química del siglo XVIII fueron el estudio de la combustión (y fenómenos relacionados) y el atomismo. En el apartado 3.I.4. nos ocuparemos de la nueva teoría de la combustión propuesta por Lavoisier y que sustituyó a la anterior teoría del flogisto. El cambio que Lavoisier y sus colaboradores produjeron en química no se limita a la teoría de la combustión; junto con eso construyeron nuevos sistemas experimentales, una nueva nomenclatura, una nueva metodología, y, realmente, una nueva forma de entender la química.

La otra línea importante de desarrollo de la nueva química, la construcción de una teoría atomista, será tratada en el apartado 3.I.5., donde veremos las aportaciones de Dalton, ya con un pie en el siglo XIX.

3.I.1. De la alquimia a la química

La alquimia parece haber surgido en el Egipto helenístico, en el siglo I a.C. junto con la convicción de que los distintos materiales no son sino transmutaciones de los cuatro elementos. También influyó el estímulo comercial: fabricación de joyas y de tintes. Los más antiguos tratados nos llevan de nuevo a la tradición hermética; su redacción parece datar sólo del S. III d.C..

La alquimia y astrología se asociaron, relacionando el Sol con el oro, la Luna con la plata, Venus con el cobre, Mercurio con el mercurio, Marte con el hierro, Júpiter con el estaño y Saturno con el Plomo.

La obsesión de los alquimistas ("la gran obra") fue convertir el plomo en oro, mediante un reactivo llamado "piedra filosofal". El fracaso en esta aventura condujo, no obstante, a logros importantes en el conocimiento de la química de los metales y tintes.

Entre los árabes la alquimia evolucionó y pudo ser el precedente de la química. Es importante para la historia posterior el hecho de que Geber (hacia el 775), reputado alquimista árabe, sustituyese la tradicional teoría de los cuatro elementos por la idea de que los seis metales principales estaban formados, en distintas proporciones, por mercurio (de naturaleza líquida) y azufre (de naturaleza ígnea).

Entre los cristianos medievales, cabe señalar que S. Alberto Magno (1206-1280) se interesó por la alquimia.

Paracelso ya en pleno Renacimiento, introduce algunas modificaciones en el esquema del azufre-mercurio. Concretamente, Paracelso considera que se precisa un tercer principio para generar la variedad de los cuerpos y efectos que observamos. Este tercer principio será la sal (de naturaleza térrea). Si bien es cierto que se había abandonado la química de los cuatro elementos, también lo es que el mercurio se consideraba como el principio líquido, el azufre parece cumplir las funciones del fuego y, con la introducción de la sal, tenemos ya un tercer principio, esta vez asociable a la tierra. Por supuesto, el azufre y el mercurio o la sal de los alquimistas no eran

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