Resumen de Capitulo 1, 2, 3 y 4 de cazadores de microbios

CAPITULO I.

Leeuwenhoek fue un holandés que hace 250 años fue el primero en interesarse un mundo de especies de seres diminutos y desconocidos. Antonio Van Leeuwenhoek, conocido como padre de la microbiología, nación en Delft, Holanda el 24 de octubre de 1632, pertenecía a una honorable familia fabricantes de cestos y de cerveza, el padre de Antonio murió cuando Antonio tenía solo cinco años, la madre envió al niño a la escuela para que estudiara la carrera de funcionario público, pero a los 16 años abandono los libros y entro de aprendiz en una tienda de Ámsterdam, de modo que no fue a la universidad. Al cumplir 21 años de edad, Leeuwenhoek abandono la tienda y regreso a Delft, se desconoce de su vida entre sus 20 a 40 años, pero alrededor de esos años se casó y tuvo varios hijos, la mayoría murió a corta edad.

No sabía hablar más que holandés, la biblia en holandés era su único libro, en aquel tiempo las personas cultas se expresaban en latín, sin embargo Leeuwenhoek no sabía ni leerlo.

Era considerado como un hombre ignorante, sus vecinos se reían de él y lo difamaban como chiflado, él mismo le decía a sus vecinos “Debemos perdonarlos, en vista de sus ignorancia”, mientras el buscaba la forma de fabricar un minúscula lente, trabajaba por muchas horas sin preocuparse de sus familia y amigos.

Monto lentes en cuadriláteros de oro, plata o cobre, que el mismo había extraído de los minerales, examinó  con sus lentes diversos objetos como fibras de ballena y las escamas de su propia piel, lana de oveja, pelos de castor y liebre, también diseco la cabeza de una mosca.

Un día decide analizar el agua de la lluvia y se encuentra con unos “bichitos”, le causaba nauseas. Sin salir del asombro quería saber más sobre aquellas criaturas, así que continúo con sus interminables observaciones y experimentos. Comenzó a realizar cultivos y decidió informar a la real sociedad sobre su descubrimiento, en respuesta a su carta recibió una petición para explicar a aquellos señores de Londres la realización de su microscopio, a lo que el respondió con un sin números de cálculos, la Real Sociedad lo nombro miembro, tras observar con sus ojos los animalitos y así continuo enviando sus observaciones.

El 26 de agosto de 1723, a los 90 años de edad murió Leeuwenhoek y dejo unas cartas para enviar a la Real Sociedad.

CAPITULO II.

¿Quién va a continuar ahora el estudio de los animales microscópicos? Era la pregunta que se hacía en Inglaterra los miembros de la Real Sociedad.

A mil quinientos kilómetros, en Scandiano, pueblo del norte de Italia, nació en 1729 otro cazador de microbios, era Lazzaro Spallanzani, un niño que realizaba experimentos crueles e infantiles con escarabajos, sabandijas, moscas y gusanos, examinaba con mucha atención los seres vivos de la naturaleza.

Al pasar los años su padre lo obligo a seguir leyes, aunque lo que a él sentía era ser un hombre de ciencia, en sus tiempos libres se dedicó a estudiar matemáticas, griego, francés y lógica, y en las vacaciones observaba la naturaleza con admiración.

Hizo una visita a Vallisnieri, quien se dio cuenta de todos los conocimientos de Spallanzani, Lazzaro fue enviado a la Universidad de Reggio para emprender la carrera de ciencias.

Estudio matemática con gran aprovechamiento, para esta época se dedicaba a tirar piedras sobre el agua, escribió un trabajo científico tratando de explicar la mecánica de estas piedras saltarinas. Antes de cumplir los 30 años fue nombrado profesor en la ciudad de Reggio, explicaba sus lecciones ante un auditorio entusiasta, allí fue donde dio comienzo a su labor sobre animalitos, aquellos seres nuevos y pequeñísimos descubiertos por Leeuwenhoek. En unos de los cuestionarios que más pensaba sobre estos animalitos era ¿Nacen espontáneamente los seres vivos, o deben tener padres forzadamente, como todas las cosas vivientes?

Una noche, en la soledad de su estudio, tropezó con un libro escrito por Redi. El autor del libro no argumentaba con palabras sino con experimentos que, a los ojos de Spallanzani, demostraba los hechos con toda claridad. Spallanzani motivado con la posibilidad de la generación espontánea empezó a realizar sus propios cultivos de bichejos microscópicos y a manejar el microscopio.

Simultáneamente John Needham, su enemigo, probaba su teoría con el caldo de carnero y decía “es un descubrimiento trascendental, estos animalillos solo pueden proceder de la substancia del caldo” demostrando el experimento que la vida puede surgir espontáneamente de la materia muerta, Spallazini leía las sensacionales noticias, ya que la Real Sociedad se reunieron y pensaron en nombrar a Needham miembro de aquella restringida aristocracia del saber, a medida que iba leyendo fruncía el entrecejo y se le achicaban los oscuros ojo. Así que decidió repetir el experimento de Needham pero con redomas de cuello estrecho demostrando que lo que decía Needham era erróneo.  Sugirió que los resultados obtenidos se debían al ingreso de microorganismos del aire en el caldo.

Fue un día grande para Spallazini y para el mundo había demostrado que era errónea la teoría de Needham de la generación espontánea de los animalillos.

Lazzaro murió en Pavía en febrero de 1799.

CAPITULO III.

Treinta y dos años después de la muerte del gran Spallanzani, en 1831, la caza de microbios se encontraba paralizada. Los animales microscópicos se hallaban inmerso en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápidos progresos. Se diseñaban nuevos microscopios, pero a nadie se le ocurría utilizarlos para demostrar que ciertos microbios tenían la capacidad de matar misteriosamente y discretamente a millones de seres humanos.

Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822, en Dole, Francia era  bisnieto de un siervo del conde de Udresser e hijo de un curtidor de Arbois, quien también había sido un sargento, un día en octubre de 1831, cuando Louis tenía 9 años, noto los gritos horrorizados del Labrador Nicole, a quien un lobo rabioso lo había mordido.

Al pasar los días habían fallecido ocho personas, victimas del lobo rabioso.

Louis le preguntaba a su padre ¿Qué es lo que vuelve rabiosos a los lobos? ¿Por qué mueren las personas cuando son mordidos por los lobos rabiosos?, su padre lo único que sabía era que la gente podía morir por balas, entonces le dijo que tal vez era la voluntad de Dios.  

...