Seres Vivos

La relación ética entre los seres humanos y la comunidad de seres vivos

Durante la historia, principalmente en la era moderna, la humanidad (sobre todo en el mundo occidental) ha considerado a los animales como objetos de uso o instrumentos que estaban destinados a servir para los fines humanos, sin recibir ninguna consideración de tipo moral en el trato que se les daba.

Estas prácticas de maltrato y de crueldad se basaban en la idea de una supuesta superioridad del hombre sobre el resto de los animales, que residía sólo en la capacidad racional y en la autoconciencia. Los animales eran vistos por el hombre moderno como mera materia orgánica. Descartes y el racionalismo moderno en general, consideraban que los animales sólo eran máquinas compuestas de carne y huesos, pues al no tener alma racional no podían desarrollar ninguna representación mental y, por ende, ningún grado de conciencia. Así, cuando practicaban una vivisección, estos bárbaros científicos decían que los gritos de dolor de los animales eran rechinidos de la máquina , pero no expresión de sufrimiento. Éste es uno de los ejemplos más claros del antropocentrismo ético.

El maltrato a los animales ha sido ya considerado como un prejuicio de especie o idea injustificable de superioridad prepotente del hombre sobre el resto de los animales. En opinión de Peter Singer , autor de Liberación animal , equivalente al racismo que, como se ha visto, ha dañado tanto las relaciones entre seres humanos, causando un gran sufrimiento a muchos de ellos (esclavismo y persecución política o religiosa). Del mismo modo, el espejismo o prejuicio antropocéntrico de especie ha sido el responsable de provocar daño y sufrimiento a todos los animales a los que el hombre moderno ha dominado, explotado y usado sin ninguna consideración ética.

El maltrato a los animales se ha producido en diversos ámbitos, tanto en la investigación científica , en la producción industrial de alimentos , como en actividades recreativas . En la investigación científica y con fines industriales se han utilizado animales para experimentos en biomedicina para probar fármacos y tratamientos con el fin de encontrar curas a las enfermedades humanas. Pero aunque este fin es loable en sí mismos, esos experimentos se han realizado a menudo provocando un serio daño, sufrimiento e incluso la muerte de muchos animales. Por ello, las regulaciones legales actuales comienzan a establecer criterios y restricciones para la experimentación con animales.

Enel ámbito industrial en el que se ha utilizado principalmente a los animales para probar productos químicos de diversa índole, desde cosméticos hasta armas químicas y biológicas, a causa de lo cual han muerto muchísimos animales. ¿Es esto justificable para animales racionales capaces de responsabilidad como nosotros?

Hemos de considerar que los animales merecen consideración moral, puesto que sus vidas tienen un valor intrínseco que no está a nuestro servicio y que no depende de nuestros fines. Sólo es justificable la experimentación con animales si el fin es éticamente provechoso para la sociedad (fines éticos, principalmente, y no para probar cosméticos o para crear armas químicas o biológicas); pero además debemos indicar algunas condiciones: el experimento será necesario sólo si no existe otra alternativa para conocer los efectos de un medicamento o tratamiento (por ejemplo, vacunas) y hay una alta expectativa de obtener conocimiento valioso; si se causa el menor daño y sufrimiento posibles a los animales, si el daño es reversible o controlable; y si el experimento mismo puede ser interrumpido si hay evidencia de que el sufrimiento es mayor y los resultados no son los esperados, antes de que el experimento cause un sufrimiento insoportable o la muerte misma a los animales empleados.

En el ámbito de las actividades recreativas es en donde se ha dado también tradicionalmente el maltrato y la crueldad hacia los animales. La cacería recreativa o deportiva ha sido uno de los factores que han contribuido a la extinción de muchas especies terrestres y marinas. Por ello, un imperativo ético debería ser el prohibir todo tipo de cacería y, de modo muy estricto, la cacería de animales en peligro de extinción.

En particular, se ha debatido en los últimos años sobre el sacrifico de animales en actividades festivas, como las corridas de toros, que son una tradición cultural en algunos países iberoamericanos. Quienes han argumentado en contra de estas actividades señalan que las festividades culturales no tienen que implicar la matanza de animales, y que quizá será preferible toda actividad recreativa en la que ningún ser vivo sea sometido a sufrimiento y finalmente al sacrificio.

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