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Sinusitis Odontogenica


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  2.885 Palabras (12 Páginas)  •  639 Visitas

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Sinusitis maxilar odontógena

Odontogenic maxilar sinusitis

Jhames Oré de La Cruz1, Marco Bravo Montes de Oca2

RESUMEN

La sinusitis odontógena maxilar es causada por una infección de origen dentaria como abscesos periapicales en perforaciones orosinusales, ingreso de remanentes radiculares al seno maxilar, quistes odontogénicos infectados y la enfermedad periodontal. El propósito de este reporte es documentar y adicionar un caso de sinusitis odontógena maxilar en una paciente mujer de 41 años de edad. El tratamiento consistió en la técnica Caldwell-Luc para retiro del remanente radicular.

Palabras clave: sinusitis odontógena maxilar, sinusitis maxilar.

ABSTRACT

Odontogenic maxilar sinusitis is caused by an infection of dental origin, like periapicales abscesses with orosinusales perforations, entrance of surpluses roots, odontogenics cysts infected and the periodontal disease itself. We report a case of odontogenic maxilar sinusitis in a 41-year-old woman. The treatment included Caldwell-Luc .

Key words: odontogenic maxilar sinusitis, maxilar sinusitis.

INTRODUCCIÓN

El seno maxilar o antro de Highmore comienza a desarrollarse a las doce semanas de vida intrauterina. Al nacimiento, el maxilar superior esta ocupado por los gérmenes dentarios y a los cuatro o cinco meses ya es visible radiográficamente1,2. En gran parte este crecimiento se debe a la neumatización de los al-veolos maxilares una vez que erupcionan los dientes permanentes11,13. El crecimiento hacia abajo del seno maxilar deja al orificio de drenaje en una posición más alta que el suelo del seno, lo que es desfavorable para el drenaje gravitacional del mismo. La relación de los dientes maxilares superiores con el seno varía de acuerdo con el tamaño del seno y con el grado de neumatización del proceso alveolar, así como con la edad y el estado de preservación de la dentición3,13.

Las raíces del primer y segundo molar son las que más comúnmente se encuentran en proximidad con el seno maxilar, seguido de las raíces de los premolares. Normalmente las raíces se separan del seno por una capa ósea de espesor variable, pero en ocasiones pueden estar separadas únicamente por la mucosa6,8,10

De este modo es fácil entender que la infección periapical o la infección periodontal de los molares superiores pueden extenderse y afectar al seno maxilar. El seno maxilar se encuentra revestido por una mucosa constitui-da, a su vez, por un epitelio cilíndrico ciliado seudoestra-tificado ("epitelio respiratorio") que contiene células secretoras de moco caliciformes interpuestas9,16. Este epitelio descansa sobre una fina lámina propia de tejido conectivo laxo y fibras elásticas, que se continúa con el periostio subyacente. Cada célula epitelial tiene unos doscientos cilios móviles que producen un movimiento ondulante regular y sincrónico propulsando el moco y las partículas adheridas hacia el orificio y a través de este a la cavidad nasal14.

La mucosa del seno maxilar tiene una gran capacidad regenerativa, de tal modo que se puede regenerar el epitelio ciliado con una función normal incluso tras la extirpación quirúrgica completa del revestimiento4,7,14. La típica triada sintomática en la sinusitis es: congestión u obstrucción nasal, secreción nasal patoló-gica y cefalea. Los pacientes también pueden referir otros síntomas como faringitis, dolor ocular, odontalgia, halitosis, mal gusto, etc. Los dientes posteriores y el seno se encuentran tan próximos que no es sorpren dente que los signos y síntomas de ambos se confundan. El dolor de la sinusitis puede ser intermitente o constante y variar dependiendo de la posición. En la sinusitis maxilar existen formas agudas y formas crónicas. Las formas crónicas son menos frecuentes y pueden ser casi asintomáticas. Contrariamente a lo que se pensaba antes, en los senos maxilares aparentemente sanos se pueden encontrar tanto bacterias aerobias como anaerobias, similares a las especies encontradas en la sinusitis. Las dos especies más comúnmente aisladas en las sinusitis agudas y sinusitis crónicas son el Haemophilus influenzae y el Streptococcus pneumoniae. El Haemophilus influenzae se encuentra más a menudo en las sinusitis agudas de los niños. Por el contrario, en las formas crónicas predominan los gérmenes anaerobios.

Figura 1: Rx. Walter, se observa zona radiopaca en seno maxilar izquierdo.

Figura 2: Rx. Panorámica, se aprecian las ausencias dentarias 2.6 y 2.7.

Figura 3: TC revela imagen hiperdensa adherida a la pared interna del seno maxilar izquierdo compatible con resto radicular.

Figura 4: TC. Se aprecian imágenes hiperdensas lobuladas en seno maxilar izquierdo.

Figura 5: Antrotomía por técnica de Caldwell-Luc.

La sinusitis crónica maxilar de origen dental se ha asociado con fístulas orosinusales, dientes no vitales, lesiones inflamatorias periodontales o periapicales e incluso con la afectación infecciosa de folículos dentarios incluidos por procesos periodontales o periapicales. Se cree que hasta el 40% de las sinusitis crónicas maxilares son de origen dentario. En esta situación los gérmenes anaerobios suelen ser los patógenos más importantes. La historia clínica de una sinusitis aguda debida a la descarga de un absceso periapical en el seno es más corta que la de una sinusitis aguda de origen no dentario. Los síntomas se hacen aparentes en pocas horas más que en días y la odontalgia normalmente precede al comienzo de la sinusitis. Las radiografías periapicales y la ortopantomografía confirmarán el origen de la infección. Las comunicaciones orosinusales suelen estar asociadas a factores traumáticos previos. Este proceso es más frecuente cuando existe patología periapical, una hiperneumatización del seno maxilar o un molar aislado5,12,15. Por ello en estos casos la exodoncia debe hacerse con sumo cuidado; no obstante, en algunas ocasiones es imposible evitar la comunicación con el antro. Aunque algunas de las comunicaciones se cierran espontáneamente, es difícil predecir su evolución.

El cierre de la comunicación en las primeras 48 horas reduce las posibilidades de infección y de desarrollo de cambios crónicos en la mucosa del seno maxilar4. Como regla general debemos exa-minar bien todos los dientes maxilares posteriores extraídos por si existen indicios de que se haya podido producir una comunicación oro-sinusal. Así, encontrar pequeñas láminas de hueso o fragmentos de mucosa adherida a los ápices son indicios de que se ha podido producir. En estos casos lo confirmaremos diciéndole al paciente que intente echar aire con la nariz tapada y observando si aparecen burbujas en el alveolo

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