TP Pedagogía

Trabajo Práctico N° 1 - PEDAGOGÍA

1. Elaborar una síntesis a modo de reseña de libro. De algunos de los siguientes materiales correspondientes a la Bibliografía obligatoria.

• J.A Comenius: Didáctica Magna
• J.Rousseau: Emilio o De la educación.
• J.B LaSalle: Meditaciones sobre el misterio de la Enseñanza

• Título: “Didáctica Magna” - Capítulos VI, IX, X, XI, XXVIIy XXXIII (séptima edición)
• Autor: Comenius, J
• Año: 1997
• Edutorial Porrúa
• Lugar de edición: México (D.F.)

Frente a los cambios que se venían sucediendo en los comienzos de la modernidad (evolución política, económica, cambios demográficos) se debía instalar una forma de regulación y control de los sujetos con el fin de su sometimiento. Había que buscar la forma de imponer conductas acordes al nuevo orden político y económico que fortalezcan la subordinación a la fuerza de trabajo.

Para esto se comenzó una acción disciplinadora y de control desde la infancia y este contexto surge la Didáctica Magna de Comenio.

En el capítulo VI de la obra mencionada, titulado “Conviene formar al hombre si debe ser tal”, el autor presenta aspectos sobre la formación del hombre. En este marca la necesidad imperiosa de la disciplina para moldearlo para lo que es apto: el trabajo. La Didáctica Magna en general se ve atravesada por la religión. Se considera que el hombre se encuentra en estado de pecado desde su nacimiento y con su mente como una tabla  rasa. Por este motivo todo debe aprenderse entre hombres, a través de la disciplina y el que no es enseñado es un bruto.

“(…) no definió mal al hombre el que dijo que era un animal disciplinable, pues verdaderamente no puede, en modo alguno, formarse el hombre sin someterle a disciplina. (…) Si hemos de saber algo hay que aprenderlo, y tieniendo, ciertamente, nuestra mente como tabla rasa, nada sabemos hacer, ni hablar, ni entender, sino hay que excitarlo todo desde su fundamento. (…) Hay ejemplos de algunos (hombres), robados en su infancia por animales fieros y criados entre ellos, nada sabían más que los brutos ni podías usar la lengua, manos y pies de modo diverso que ellos, hasta no estar de nuevo algún tiempo antes de los hombres.” (Comenio, 1997)

En el presente capítulo también se empieza a delinear que la educación debe ser para todos. Se reconoce que no sólo los brutos deben ser formados con disciplina sino también los inteligentes, para que no se ocupen de cosas inútiles; los ricos, para dominar a otros con sabiduría; y a los pobres, para ·saber prudente y sabiamente obedecer a los que mandan; voluntariamente por amor” (Comenio, 1997)

El capítulo “Se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno y otro sexo” (IX) retoma el final del capítulo VI: la necesidad de educar a todos por igual. Especialmente a los que parezcan idiotas ya que muchas veces, los que en un inicio parecen de poco ingenio, luego razonan válidamente. Es considerable destacar que en este capítulo se incorpora la necesidad de educar al sexo femenino. Aunque se hacen algunas distinciones: si bien la mujer tiene entendimiento y capacidad al igual que el hombre, no se las llenará de libros tal como al otro sexo. El objetivo será que “adquieran el verdadero conocimiento de Dios y de sus obras (…)” (Comenio, 1997). Se evidencia que la educación de la mujer se realizará con algunas precauciones y frente a la necesidad de llenarla de ocupaciones para alejarla de la levedad.

“La enseñanza en las escuelas debe ser universal” se titula el capítulo X. En los capítulos anteriores se presenta la idea de que la enseñanza debe ser para todos. La línea fundamental que comienza a plantearse en este es que la educación no sólo debe ser para todos sino que debe enseñarse todo a todos (aunque más adelante se verá que esto se da con algunas limitaciones). Se desarrolla que la escuela debe instruir en arte, ciencias, idiomas; también formar costumbres con honestidad y adoración sincera a Dios. La idea de Comenio en este capítulo es dejar a la vista que el hombre no puede llegar a ser un animal racional, sabio, honesto y piadoso son la previa plantación de sabiduría, honestidad y piedad.

El capítulo XI que lleva el título “Hasta ahora hemos carecido de escuelas que respondan perfectamente a su fin” se observa una fuerte crítica a las escuelas imperantes hasta ese momento. Muestra que las escuelas no están creadas en todos lados y hace hincapié que en donde las hay no son para todos. También reprocha que lo que se enseña  no es todo lo que se debería enseñar.

“Los que quedaron (…) no obtuvieron su cultura sino de un modo poco serio, nada prudente, más bien de mal manera y falsamente. Pues lo que principalmente debía arraigarse en sus almas, la piedad y las buenas costumbres, se descuidaba por completo” (Comenio, 1997)

También se realiza una crítica método. Comenio plantea un procedimiento de enseñanza en donde el castigo física queda de lado. En este capítulo, el autor aprovecha las voces de Lutero y Lubin para ampliar sus fundamentos en relación a estas ideas.

El capítulo “De la división de las escuelas en cuatro especies conforme a la edad y aprovechamiento” (XXVII), presenta lo que será la organización de la escuela. “(…) emplearemos todo el tiempo de la juventud para la educación completa, esto es, desde la infancia hasta la edad viril, veinticuatro años, distribuidos en períodos determinados” (Comenio, 1997). Cada período llevará seis años. El primero es la infancia que llevará por nombre La escuela maternal; el segundo, la puericia que tendrá por escuela a La escuela común pública; un tercer período, la adolescencia, que tendrá la Escuela latina o Gimanasio; y por último, la juventud, que tendrá por escuela a La academia.

De esta manera, Comenio considera asegurar una escuela para todos.

“Así habrá una escuela materna en cada casa;  una escuela pública en casa población, plaza o aldea; un Gimnasio en cada ciudad y una Academia en cada Reino o provincia mayor” (Comenio, 1997)

También en el presente capítulo se incorpora la idea de cómo enseñar tomando a la naturaleza como guía. Primero todo de un modo general y rudimentario para luego, también enseñar todo pero más particular y minuciosamente.

“De los requisitos necesarios para comenzar la práctica de este método universal”, capítulo XXXIII de la Didáctica Magna, el autor marca en un principio los posibles problemas que se pueden presentar para llevar adelante el método que propone. Por ejemplo, la necesidad de hombres expertos en el método, cómo se conseguiría que los hijos de los pobres asistan a la escuela, encontrarse con eruditos que están a favor de la antigua escuela, y especialmente, la necesidad de suficiente cantidad de libros panmetódicos y que haya expertos dedicados a la confección de los mismos. Para poder sortear favorablemente estos posibles problemas, el autor realiza una convocatoria y apela a la necesidad del compromiso de diferentes actores sociales: los padres, a los formadores de la juventud, a los eruditos, a los teólogos, a los magistrados políticos y por último, a Dios.

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