Literatura infantil en México
Enviado por Ale Andrade • 18 de Mayo de 2019 • Monografía • 1.433 Palabras (6 Páginas) • 226 Visitas
Literatura infantil en México
Hablar de literatura infantil conlleva una distinción y particularidad cuando se centra específicamente en México, pues es bien sabido que la literatura dirigida a los infantes se desarrolló en Europa mucho tiempo antes que en nuestro país. Y es que, aunque en México se creía que cualquier tipo de texto dirigido a los niños (como versiones abreviadas de obras clásicas) era literatura infantil no es sino hasta 1981, con la celebración de la primera Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que se empieza a tomar conciencia de la literatura dirigida a los infantes y de las ventajas y necesidades que el niño puede obtener al contacto con esta (Manzanilla Mancilla, 2014).
Cabe resaltar que hay una distinción entre los teóricos sobre las ventajas que el infante debe adquirir del contacto con la literatura; sin embargo, es posible hallar una tendencia donde los escritores buscan constantemente una perspectiva para la literatura infantil que no descuide ni sus valores artísticos ni sus valores pedagógicos. Siendo así que, mayormente, en la búsqueda de los valores pedagógicos el adulto impone al niño lo moral, es decir; de lo que debe de ser y de lo que no debe ser, a través de la literatura. (Carrión Sabarín, 2000).
Con la finalidad de evitar que se impongan situaciones morales en la literatura a través de la búsqueda de los valores pedagógicos que esta puede tener, teóricos como Lazcano Ramírez (1999) formulan que, se tiene que purgar el contenido de situaciones forzadas por situaciones que se expresen a lo largo de la narración sin recurrir a las moralejas, sentencias y exhortaciones, para que de esta forma los rasgos morales sean algo que el infante intuya y no algo que se le imponga (p.55).
De la misma forma, la imposición de juicios morales ha permitido que la literatura infantil se clasifique según rangos de edad acordes al desarrollo y la madurez del niño; existen clasificaciones como la del académico Felipe Garrido, que guían la manera en la que se puede ir instruyendo al infante especificando los géneros que pueden resultarle más llamativos de acuerdo con la etapa de desarrollo en la que se encuentran. Sin embargo, en las últimas décadas en México, se han enriquecido de manera notable, e independiente a la edad, el cuento y la novela corta para niños. Como consecuencia del auge de estos géneros empieza a existir una mayor variedad temática (Rey, 2000, p.305).
Es importante mencionar que las temáticas que encontramos en la literatura infantil mexicana varían de época a época, en la actualidad podemos observar como las historias fantásticas, de hadas, novelas de ciencia-ficción y aventuras toman mayor peso que las historias biográficas, las canciones y las fábulas. Por tal motivo, antes de continuar, es necesario aclarar que a medida que la corriente netamente didáctica de la literatura infantil en México va perdiendo relevancia en la formación de textos, se va dejando espacio a una narrativa que se enfoca más en los deseos, temores, descubrimientos, sentimientos y experiencias que competen al infante (Rey, 2000, p.317).
De tal manera que para ejemplificar los temas más tratados en las últimas décadas dentro de la literatura infantil en México podemos ubicarnos en las narraciones fantásticas y las narraciones realistas.
Por su parte, las narraciones fantásticas se emplean mayormente en el cuento fantástico; subgénero del género épico donde abundan la fantasía, las aventuras maravillosas y los héroes triunfantes. Dentro de este subgénero ubicamos también los cuentos de hadas donde los elementos de realidad adquieren características nuevas como los gritos de los animales convertidos en palabras, el triunfo del bien sobre el mal y la existencia de seres mágicos como duendes, hadas, gigantes y dragones (Lazcano Ramírez, 1999).
Cabe añadir que esta clase de narraciones fantasiosas adquieren matices distintos al entrar en contacto con la “combinación de elementos reales con elementos mágicos, el sinsentido, el humor, la ruptura con las formas tradicionales de la literatura infantil y juvenil, y la alteración del orden lógico de la narración” (Rey, 2000, p.326). Podemos nombrar como ejemplo de este tipo de narrativa Un sueño de navidad de Juan José Arreola, El viento travieso de Lourdes Bradley y la novela corta Las golosinas secretas de Juan Villoro.
Además de las narraciones fantásticas también encontramos las narraciones realistas, que se caracterizan por tratar asuntos del mundo real. Mario Rey expresa que muchas veces esta literatura muestra más el mundo interno y psicológico que el social, y suele observarse a manera de diarios o memorias (2000, p. 322).
Precisamente, esta clase de narraciones han tomado fuerza en los últimos años debido a los temas de la vida cotidiana que abordan como las escenas características de la niñez, los juegos, creaciones y rasgos propios, en su mayoría, de la vida en las grandes ciudades. Y es por estas razones que se considera que el pequeño lector encuentra en esta clase de relatos un mundo que es mucho más cercano al suyo, con historias y protagonistas que se asemejan a su propia vida, haciéndolo más llamativo para él. No obstante es más frecuente que la narrativa realista vaya dirigida a públicos jóvenes y no como tal a infantes.
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