Pensamiento y visualizacion matematica

[pic 1][pic 2][pic 3]

Recuerdo desde mis comienzos en la época escolar que la educación entregada era en base a lápiz, cuaderno y pizarra, quizás esa decepción fue mi motivación para estudiar pedagogía, pues anhelaba con educadores que se interesaran por mí y por mis metas. No quiero generalizar, ya que en mi camino me encontré con grandes profesores y para mi fortuna profesores jefes, quienes influenciaron mayoritariamente en mi decisión, porque con ellos entendí que es posible ser buen pedagogo a pesar de lo difícil y lo poco valorado. Sin darme cuenta, forjé una  actitud de  querer enseñar, tanto así que cuando mis compañeros recurrían a mí me sentía útil y feliz porque ayudaba a personas valoradas, a seres queridos.

Se me hizo fácil la matemática, no así para mis pares, y me cuestioné: ¿Por qué ellos no miran esta rama como yo? ¿Por qué esa angustia por aprender algo que está en todas partes y es usada diariamente? La respuesta la obtengo casi seis años después de que abandoné mi época escolar primaria y secundaria, cursando un ramo optativo de pensamiento y visualización matemática en la universidad. El error está en que la gran parte de  nuestra educación es tradicional, es el profesor quien tiene la absoluta verdad y, más aún, esta verdad es  plasmada en hojas de cuaderno sin crítica alguna por parte de los estudiantes.

Para muchos pedagogos, somos seres ideales de los que suponen una gran capacidad cognitiva, pero realmente cada alumno es distinto, ya sea en su forma de aprender, de comunicar, de convivir con el ambiente, aspectos trascendentales al momento de enseñar y aprender matemática. Por ejemplo existen personas que se les facilita el proceso visual ante el resto, es decir, tienen una mayor percepción mediante la vista de los diversos elementos; otros tienen esencia   por la obtención de manera gradual de una imagen auditiva; hasta hay quienes necesitan de todos estos procesos y/o el sentido del tacto. Todos estos procesos son aplicables en matemática, con la visión adquirimos imágenes de las formas que nos rodean, con la audición podemos escuchar el canto de un pájaro y determinar si está en época de apareamiento o simplemente estar alertos a una próxima lluvia mediante el compás de su trinar. Lo mencionado anteriormente contesta mis dudas, mis amigos no entendían matemática ya que nunca se relacionó su contexto, su diario vivir con esta asignatura, no hubo vínculo entre las figuras de la vereda que caminaba todos los días para llegar al colegio con la unidad de figuras planas, por ejemplo.

Crear visualización matemática en los escolares no es tarea difícil, basta con mirar el alrededor con otros ojos, con lentes geométricos o algebraicos para hacer conexión entre los apuntes del cuaderno con la matemática. Ejemplo visible de aquello, es la actividad del optativo llamada “Turismo matemático”, realizado en la Universidad Católica del Maule, que consistía en mostrar a estudiantes secundarios las formas de los edificios, la disposición de los jardines, las características que presentan algunas flores, como la sucesión de Fibonacci, lo cual ayudó a la motivación de los alumnos, perder el miedo y observar el ambiente, los fenómenos, lo que les rodea con una mirada matemática. Esta herramienta debiera ser una estrategia fundamental en el aula, especialmente en esta asignatura, pues ayuda a la etapa de reconocimiento y con ello a la comprensión, aplicación y análisis de cierto concepto, contenido o unidad.

...