Cañas de la Memoria

Jeremy Y. Rosario Gerena                        10-3                                19 de marzo de 2019

Documental: Cañas de la Memoria

Los abuelos trabajadores ayudaban a sus hijos con las centrales de caña sin saber leer ni escribir. Aun cuando se realizaban muchas tareas con la caña, la gente era pagada una cantidad muy pequeña de apenas 65 centavos la hora. Los trabajadores no tenían la modernidad que poseen las personas hoy en día. Tenían que poner un esfuerzo de trabajo, y no tenían una vida tan simplificada y fácil como en la actualidad. La producción de caña sirvió como oportunidad para muchos puertorriqueños desempleados. Algunos trabajadores tenían que estar alejados de su familia por el trabajo arduo del campo. Los trabajadores salían de sus casas y se reunían en un batey para jugar pelota, y si el batey no estaba disponible jugaban en la playa. Había zancos donde vivía la gente en aquellos tiempos. En aquellos tiempos se hacían las pelotas con la caña y se forraba con tape eléctrico, el bate con un pedazo de madera y el guante con lona de la central y caña. Las carreteras eran de polvo, cuando pasaba un auto se veía una nube de polvo y había que cerrar el auto completamente. No existía el aire acondicionado en aquellos tiempos. La música y costumbres de estos ciudadanos es muy diferente a la que conocemos. Mucha gente de aquellos tiempos mantenía a sus familias en centrales azucareras. La mayoría de los productos en los colmados eran fiados para aquel tiempo. Hasta los menos preparados en sentido de fuerza se esforzaban para cargar la caña, echarse los sacos a la espalda y subir y estirar los sacos de azúcar por la necesidad que había en ese tiempo. La caña y su cultivo ayudo a muchas personas a prosperar en la necesidad. La gente de ese tiempo, los trabajadores tenían su propio lenguaje para representar sus acciones en el campo. La caña era un producto noble, y se podían producir otros productos mediante ella. La vida en el cañaveral es hoy día plasmada en las obras de diversos artistas puertorriqueños como Francisco Oller en el Castillo Serralles. Las centrales norteamericanas desarrollaron un tipo de sociedad totalmente ajena a la realidad de Puerto Rico. Al iniciar la guerra los jibaros tenían que retirarse. Cuando la guerra transcurría los jibaros tenían la esperanza de volver al campo, pero nunca ocurrió. La guerra causo que las esperanzas que tenían los jibaros de tener un mejor futuro en el campo se fueran en un instante. En la actualidad se ha ido perdiendo la consciencia histórica en la Isla. Los obreros tuvieron que retirarse ya que no podían más.

En la central azucarera su energía era autónoma, utilizaban calderas como energía sin utilizar petróleo. Se inventaron fabricas que cogían las cuerdas de terreno y las convertían en azúcar vendible. La azúcar se vendía en sacos, para eso el obrero tenía que estar día y noche trabajando sin una paga decente. Se recogían semillas, se bombeaba la caña y se cortaba la misma con un machete. Había piezas con múltiples cañas de azúcar con sus propios nombres y el capataz le ordenaba a los obreros y trabajadores que trabajaran con la sección que les tocara. El capataz daba descansos de solamente 15 minutos para que desayunaran. Si la caña se encontraba en un chorro, era ubicada en unos vagones, que eran arrastrados por unos bueyes. Estos se ubicaban en una línea y se llenaban con la caña. Se tenían que picar sobre 2 toneladas de caña, si no eras considerado como un inservible. Casi todas las maquinas en la central azucarera eran de origen francés. Francia fue dueña de la Central el Coloso. Los trabajadores estaban enfocados en el cultivo de caña para ganar dinero para sustentarse. La Isla, en ese entonces era una gran tierra de cultivo de caña. La leña se utilizaba para cocinar en ese tiempo. La gente cargaba el agua del rio y tenía que darle mantenimiento por una semana para que durara. La gente trabajaba en la vía cargando materiales de distintas clases. Tambien se sacaban azucares de los almacenes, cuyos sacos pesaban 257 libras, por tanto, se cargaban 250 libras de azúcar y 7 libras de saco. Esto se cargaba en carritos de manos y se estiraban hasta donde los trabajadores pudiesen. Se hizo un tren en la Isla para mover la caña de central en central y que los colonos pudiesen mandar la caña a las centrales. El colono era una persona que colindaba con el dueño de los terrenos de la central, que quería sembrar y mandaba la caña a la central, y se la molían allí. Había colonos que se encontraban lejos y mandaban la caña en vagones de tren. La central empieza con lo que se conoce como las mesas de caña, donde se pone la caña que llega a la central. De las mesas se alimenta el conductor de caña principal que va a los molinos. Los molinos constaban de tres masas, es una masa superior que es flotante, se adapta a la caña y tiene presión, aproximadamente 2,700 por pulgada cuadrada, lo que hace esto es exprimir la caña. El ultimo molino descarga a un conductor de bagazo, este es el que lleva el conductor a las calderas y sirve de combustible. Este jugo pasa de los molinos, se pesa para saber la cantidad y pasa a un clarificador, para eliminarle la impureza y la suciedad. De aquí pasa a los evaporadores, donde se concentra el jugo. Luego se pasa a los tachos, donde el jugo se sigue concentrando hasta que aparezca el azúcar. Aquí hay una reacción química porque a este jugo le alimentan granos de azúcar ubicados en una vasija, para que ocurra un proceso conocido como cristalización rápida. Se tira la masa producida hacia abajo. Luego va hacia una centrifuga, donde se separa el jugo del grano. Y este grano sería el azúcar, esta seria negra, ya que para convertirla en blanca se debería ir a una refinería. La caña tenía que ser elaborada poco tiempo después de ser cortada. Si se extendía mucho, habría un efecto detrimental completo en la caña que estaba lista para ser molida. Donde había una rotura en las centrales, era un momento preocupante para la comunidad y toda la gente que trabajaba en las centrales. Se trabajaba constantemente hasta que la central fuese reparada con éxito y funcionara correctamente. Había trabajadores de la Isla de St. Thomas que vinieron a trabajar en los campos de caña levantando sacos entre otras cosas. Se logro vender drones de miel utilizando diques para transportarlos y fue un éxito rotundo. Los trabajadores se lastimaban mientras hacían los trabajos en el campo de caña. La carga de caña provocaba enfermedades, ya que no se usaba protección, esta se llamaba bagazosis y podía ser incluso mortal. Si se escuchaba el disparo de las calderas se sabia que se estaba trabajando. En otras palabras, el cultivo de caña era para los trabajadores un estilo de vida, que utilizaban para prosperar y conseguir un futuro para ellos y para los suyos. La caña fue el cultivo histórico que ayudo a los puertorriqueños a tener una vida trabajadora y feliz. La caña fue lo que sustento a muchos puertorriqueños y puso a la isla en lo mas alto, por eso la caña es considerada un producto importante e histórico para la isla, la gente y las costumbres de nuestra isla.  

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