Cuento Propio
Enviado por bcastilla • 12 de Agosto de 2014 • 1.335 Palabras (6 Páginas) • 187 Visitas
Y poco a poco fui decayendo, mis ojos estaban cansados y mi cuerpo ya no daba más, estaba destrozado. Entonces entendí que debía cambiar, que ya no podía seguir así, pero, ¿Cómo cambiar algo si nunca en tu vida has conocido algo diferente? ¿Cómo saber que es lo que hacía falta?
Ahí fue donde apareció ella, quién me ayudaría a cambiar, a estar bien. Para que puedan entender mejor les explicaré desde el comienzo:
Todo comenzó un día 19 de septiembre hace 15 años atrás, habían terminado las celebraciones por fiestas patrias, mi madre estaba cansada y mi padre se ofreció a llevarla, recuerdo que yo tenía 10 años, era sólo un niño, Subimos al auto que nos llevaría sanos y salvos a casa, pero el destino nos tenía algo diferente preparado, en una curva un tanto cerrada, nos encontró de frente otro auto -lo recuerdo cómo si hubiese sido ayer- aquel auto nos impactó de tal manera que mis padres salieron con fuerza por el vidrio delantero del vehículo, quedando botados en la carretera, yo, como iba en el asiento de atrás me golpee con el asiento delantero, lo que me provocó heridas leves, mis padres no corrieron la misma suerte, ambos murieron en el accidente. Llegó la ambulancia que me trasladaría al hospital donde estuve unos días en los que luego me trasladarían a un orfanato, allí conocí a muchas personas y pasé la mayor parte de mi niñez, sin embargo sentía que algo no andaba bien, que en ese lugar no era feliz, ¿Y cómo iba a serlo si no tenía una familia real? sentía que mi vida no tenía sentido, que nada podía hacerme recuperar a mis padres. Tenía 15 años cuando me escapé del hogar de menores, al principio la vida en la calle fue difícil, con frío, hambre, sin tener donde ir ni a quién acudir en los momentos difíciles. A los 17 años comencé a robar para sobrevivir. En un comienzo solo robaba comida en los supermercados, pero luego esto se volvió más y más seguido, aumentando cada vez más el deseo de tener cosas con valor material. Ahora que han pasado unos años pienso y me doy que cuenta de que el hecho de no haber tenido a mis padres me hacía ser como era e intentaba llenar ese vacío sentimental, con objetos materiales. De niño soñaba con ser un gran cocinero, de ser famoso por lo bien que trabajaba, de ser querido por mucha gente, pero esos sueños se fueron desvaneciendo a medida que crecía. Era un día 29 de julio y hacía mucho frío, ya había cumplido 20 años y había tomado la gran decisión de dejar la delincuencia, de hacer algo bueno por la sociedad, esto pasó porque hace unos días atrás vi cómo una joven lloraba por que por culpa de un robo en su casa había perdido los ahorros de toda su vida, por lo que ella tanto luchó para tener, para poder cumplir su sueño algún día. En ese instante se me vino la imagen de mis padres a la cabeza, como si ellos intentaran decirme algo, también se me puso el recuerdo de cuando era un niño, ese niño soñador que no había cumplido su sueño jamás. Con el dinero que tenía aún guardado por la muerte de mis padres me compré una casa y ropa decente y salí a buscar un trabajo digno, pero sin estudios era difícil poder conseguir algo. Entonces no me quedó más que salir a la calle a recoger basura para luego reciclar y ganar un poco de dinero para el día a día. Por las noches asistía a una escuela para adultos en los que cursaba primer y segundo año de enseñanza media, mi vida iba mejorando, cada día sentía que era mejor, pero la felicidad no duró para siempre. Empecé a sentirme cada vez más solo, tenía estudios y algo para poder comprar alimentos, pero la vida sin alguien con quien compartirla no tiene sentido. Había terminado mi enseñanza
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