Cuento niños

Había una vez un tierno osito llamado Tediursa que se perdió en el bosque mientras buscada comida.

Tediursa estaba muy asustado y solo recordaba que vivía cerca de las montañas, por lo que comenzó a caminar en esa dirección. En su camino por el frondoso bosque se encontró con un lobo feroz, quien quiso asustarlo y quitarle su comida, pero el osito era muy valiente y de un solo grito lo asustó.

Luego de eso, el pequeño oso siguió su camino a casa, donde se encontró con un nuevo obstáculo, un gigantesco rio que no podía cruzar, para su suerte en la orilla había un hipopótamo muy amigable quien al ver a Tediursa en aprietos lo ayudo a cruzar a salvo. En agradecimiento el osito le dio la mitad de todo lo que había recolectado durante el día.

Siguiendo su camino, Tediursa llegó finalmente a un enorme precipicio del cual no podía salir, afortunadamente este precipicio era el hogar de una majestuosa águila que al ver que el pequeño estaba solo lo cargó con sus garras y  llevo a salvo a su casa.

Ya en las montañas Tediursa agradece a su nueva amiga la águila y corre a casa, donde su madre lo esperaba muy asustada, ambos se abrazaron fuertemente y tras un fuerte y cariñoso beso en la mejilla su madre le dijo: ¡Qué bueno es tenerte de vuelta en casa hijo mío!.

Había una vez un tierno osito llamado Tediursa que se perdió en el bosque mientras buscada comida.

Tediursa estaba muy asustado y solo recordaba que vivía cerca de las montañas, por lo que comenzó a caminar en esa dirección. En su camino por el frondoso bosque se encontró con un lobo feroz, quien quiso asustarlo y quitarle su comida, pero el osito era muy valiente y de un solo grito lo asustó.

Luego de eso, el pequeño oso siguió su camino a casa, donde se encontró con un nuevo obstáculo, un gigantesco rio que no podía cruzar, para su suerte en la orilla había un hipopótamo muy amigable quien al ver a Tediursa en aprietos lo ayudo a cruzar a salvo. En agradecimiento el osito le dio la mitad de todo lo que había recolectado durante el día.

Siguiendo su camino, Tediursa llegó finalmente a un enorme precipicio del cual no podía salir, afortunadamente este precipicio era el hogar de una majestuosa águila que al ver que el pequeño estaba solo lo cargó con sus garras y  llevo a salvo a su casa.

Ya en las montañas Tediursa agradece a su nueva amiga la águila y corre a casa, donde su madre lo esperaba muy asustada, ambos se abrazaron fuertemente y tras un fuerte y cariñoso beso en la mejilla su madre le dijo: ¡Qué bueno es tenerte de vuelta en casa hijo mío!.

Había una vez un tierno osito llamado Tediursa que se perdió en el bosque mientras buscada comida.

Tediursa estaba muy asustado y solo recordaba que vivía cerca de las montañas, por lo que comenzó a caminar en esa dirección. En su camino por el frondoso bosque se encontró con un lobo feroz, quien quiso asustarlo y quitarle su comida, pero el osito era muy valiente y de un solo grito lo asustó.

Luego de eso, el pequeño oso siguió su camino a casa, donde se encontró con un nuevo obstáculo, un gigantesco rio que no podía cruzar, para su suerte en la orilla había un hipopótamo muy amigable quien al ver a Tediursa en aprietos lo ayudo a cruzar a salvo. En agradecimiento el osito le dio la mitad de todo lo que había recolectado durante el día.

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